ventiocho.

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Debo de haber estado muy mal, porque al abrir la puerta del apartamento Villamil cambio su rostro completamente a preocupación.

-¿Esta bien?- pregunto sin saludarme.

-Hola Villa- respondí- no, estoy maluca.

-¿Por qué no lo dijo? Podría haber venido otro día.

Chité e hice un ademán con la mano para restar importancia a la situación.

-Es mejor terminar de una vez por todas esto- cerre la puerta del apartamento- ¿quiere algo de beber?- pregunte.

-No, gracias- hablo tímidamente.

-Nada de tonos de victima- dije seria- siéntate en el sofá si quieres.

Al acercarme a él sentí unas repentinas ganas de vomitar.

Me frene en seco ante el sillón y tape mi boca con la mano.

Quizo decirme algo pero lo frene extendiendo mi mano y enseñándole mi dedo anular, dándole a entender que me de un segundo.

Una arcada fue repentina y corri al baño antes de lanzarle todo encima.

-¿Martu?- toco la puerta de mi habitación.

-Aqui en el baño- grite sentada frente al inodoro.

-Permiso- lo vi asomarse por la puerta del baño- ugh- volteo su rostro rápidamente.

-¿Es tonto?- lo mire- va a terminar vomitando usted si mira esto- lo regañe.

-¿Necesita algo?- pregunto aun sin ver hacia mi lado.

Reí ante su cara de asco.

-No, tranquilo, me lavare los dientes e iré al sofá.

-¿Porque no se acuesta mejor?.

-Has venido a hablar, no puedo estar acostada- dije parandome.

-Puedo sentarme al lado suyo y hablar igual.

Ate mi pelo y vacíe el inodoro.

-Okey- tome el cepillo de dientes y comencé a lavarme- ¿puede buscarme agua?- hable con mi boca llena de pasta de dientes y el río.

Asintió y desapareció del baño.

Termine el lavado y luego enjuague mi rostro.

-Bien, oigo- dije sentandome en la cama y viendo como Villa también lo hacía.

-Quiero que seamos amigos de nuevo- lanzó rápidamente.

-Oh- dije sorprendida- lo lamento pero creo que no es posible, y ya lo habia dicho anteriormente- bebi agua.

-¿Pero por que?- dijo desesperado- en serio lo lamento, fui un idiota debí haberla defendido ante Carolina tiene toda la razón, pero me puedo equivocar, y tambien tendria que haberla buscado pero crei que me odiaba y no queria ver, y cuando reaccione fui a buscarla. Quiero que me de una oportunidad. Por favor, Martu- suplico.

-Oiga, yo lo perdono por haber sido un idiota, pero no podemos ser amigos- volví a decir.

-Pero si me perdona ¿por que no podemos?- volvió a repetir.

-Villa, estoy enamorada de ti- le lance- estoy segura que en tu corazón lo sabias. Sabias que lo estaba cuando me besaste en tu casa, cuando nos besamos en el bar y luego tuvimos sexo- sentí como su cuerpo se tensaba- y se que tu no me quieres como yo a ti. Entonces es por eso que no podemos ser amigos, no por lo menos mientras yo te siga amando.

La conversación tenía un tono pacífico, como cuando sabes que la muerte de alguien es inminente y solo queda despedirse, entonces hablas en paz y con nostalgia.

-Mira- me incorpore mejor en la cama- podemos llevarnos bien, pero solo será un trato de trabajo, y eventualmente conversaremos en reuniones amistosas en la que nos cruzaremos. Pero ya no puedo ser la amiga que fui, porque fue así como me enamore de usted.

El asintió con pena. Pero no dijo nada.

-Lo lamento mucho, porque se que no es fácil encontrar una buena amistad, pero entienda que aunque lo quiera tanto, también tengo amor propio y eso no me estaba haciendo bien.

-¿Se aprendió la canción del violin?- miro mi pared con la guitarra y el violin colgado.

Su cambio de conversación me molesto un poco pero igual respondí.

-Si, es un tango, precioso nunca lo había oído. ¿De quien es?- pregunte.

-Mio- respondió aún viendo mi pared.

-¿Usted compuso un tango?-pregunte asombrada- wow, que bien- sonreí, también mirando la pared.

-Lo compuse luego de conocerla- lo mire rápidamente.

-¿Qué?.

-Eso, luego del festival un poco de inspiración llegó a mi y comenzó a sonar una melodía en mi mente. Me sente con la guitarra y dejé fluir, y salió ese tango- me sonrió.

-O sea que me mintio- dije atonita- ya se había destrabado y siguio aun dejando que gaste mi tiempo en ayudarlo- lo acuse y su cara se tranformo a preocupación.

-No, no, no- dijo rápidamente- no ha entendido, yo- su lengua iba más rápido que su mente- lo siento, no es eso- estaba desesperado.

Comencé a reír al verlo así.

-Tranquilo Villa, fue solo una broma- apoye mi mano en si pierna, y el tacto provocó nerviosismo en mi- me alegra que haya querido compartir conmigo momentos.

-Y sigamos compartiendo- tomo mi mano y suplico.

Sonreí con nostalgia y sentí ganas de llorar.

-Villa- dije pausadamente- quisiera poder hacerlo, quisiera ser su amiga otra vez como en un principio, pero si lo hago jamás apagare esta llama que siento dentro.

-Marti- lo interrumpí.

-Tu no sientes lo mismo por mi, y eso a mi me rompe el corazón más de lo que ya esta roto. Me ilusiona cada momento contigo, y luego caigo en cuenta que no es correspondido- senti una lágrima correr por mi mejilla- créeme que te quiero y querré toda la vida, pero por ahora no podremos ser amigos.

Apreté su mano, y él devolvio el apretón también. Un apretón en forma de consuelo, confirmando que no me queria.

El sonido de nuestra Música - Juan Pablo VillamilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora