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—Tengo un elevado trastorno de ansiedad, eso es lo que me provocaba los mareos— explicó mientras le pasaba los papeles a su mamá y el peli rubio fruncio el seño sorprendido.

—¿Es grabe?— pregunto preocupado y Bruce nego mientras se cruzaba de brazos.

—No, pero puede llegar a serlo si me alteró mucho— le respondió y el peli rubio solo asintió al haber entendido.

—Entonces tienes que tener cuidado con ponerte muy nervioso hijo, no queremos que pase lo peor— el chico solo asintió y se fueron a casa.

—Bueno, ve a tu habitación a si descansas un poco hijo. Vance si quieres ver con el, yo me quedaré aquí— dijo la mujer y los chicos solo asistieron y se dirigieron a la habitación del más pequeño.

—¿Como te sientes?— pregunto Vance mientras cerraba la puerta detrás de si y el peli negro solo se encogió de hombros.

—Normal— respondió simplemente y el peli rubio se sento a su lado, le agarro las manos gentilmente y las acarició con su pulgar. Bruce solo bajo la mirada a sus manos y volvió a alzar la mirada encontrándose con la del peli rubio.

—Bruce, sabes que siempre estaré aquí para ti, si te pasa algo o te sientes mal solo dímelo, ¿esta bien?— dijo, el chico solo asintio y se abrazaron.

                      Meses después

El primer día de la escuela había llegado y todos se sentían frustrados al saber que tendrían que volver a levantarse temprano para ir a la escuela.

—¡Chicos!, ¡¿ya están listos?!— pregunto la señora desde la planta baja.

—¡Si mamá, solo unos minutos más!— le respondió de la misma manera mientras terminaba de arreglarse.

Cuando los dos chicos terminaron de arreglarse, se dirigieron a la cocina rápidamente, encontrándose con la señora esperándolos en la mesa, con el desayuno ya listo. Esta al verlos sonrió.

—Que hermosos estan— los alago y los chicos solo se sonrojaron y tomaron asientos. Cuando habían terminado se despidieron de la señora, recogieron las mochilas y se fueron cogidos de la mano, sin importarles lo que las personas dirían de ellos.

¡Finn apurate, vamos a llegar tarde— exclamó la chica un tanto nerviosa, porque su hermano se estaba tardando.

—Ya voy, solo unos segundos mas— dijo apurado mientras se terminaba de peinar y después salió encontrándose con su hermana sentada en el sillón.

—Porfin— volvió a exclamar y el chico solo rodo los ojos.

—Deja de quejarte y solo vamos— el chico cogió su mano y salieron rápidamente.

Cuando los chicos llegaron al colegio se reunieron en el patio.

—Estoy estresado, no quería volver a la escuela.

—Bueno, es cosa de la vida, no podemos hacer nada.

—Lo único que podemos hacer, es portarnos bien y estudiar.

—Si— concuerdo el peli castaño y segundos después sonó la campaña, indicando que las horas de clases ya habían empezado. Todos se miraron entre si y salieron del patio, para dirigirse a sus respectivas clases.

Finn ahora mismo se encontraba escribiendo en su cuaderno, hasta que sintió como lo miraban. El chico solo dirigió la mirada hacia el frente encontrándose con la mirada de Donna, esta al darse cuenta que el chico le devolvió la mirada, la quito  rápidamente y volvió a prestar atención al maestro, que se encontraba explicando frente a la clase. El chico fruncio el seño un tanto extrañado, por lo que acaba de pasar, pero solo lo ignoro y prestó su atención al maestro.

Rinney - Brance - GrillyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora