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Al día siguiente, el peli castaño se levantó lentamente de la cama, miro a su alrededor y la verdad que se sentía raro, después de pasar mucho tiempo con Robin lo hizo olvidarse hasta de su propio cuarto, sin exagerar. Cuando hizo sus necesidades bajo y se dirigió a la cocina, encontrándose con su padre y Gwen desayunando silenciosamente, mientras el hombre miraba su periodico, el chico bufo y se preparó un cereal, para luego sentarse al lado de la chica, que lo miro de reojo.

—Finn, ¿estas bien?— pregunto en susurro, para que su padre no los oyera, el chico la miro confundido, pero después entendió a que se refería y asintio

—Claro Gwen, estoy perfecto— le respondió con una media sonrisa y la chica solo asintió volviendo a comer.

Después de comer su padre se había ido a trabaja, dejando a los dos chicos solos en casa, estos se encontraban en la sala mirando la televisión.

—¿Que quieres hacer hoy Finn?— pregunto la chica prestandole atención a su hermano que se encontraba en el sofá de al lado, este se encogió de hombros sin dejar de mirar la película.

—No se, creo que es mejor que nos quedemos aquí, no tengo ganas de salir hoy— le respondió y la chica lo miro incrédula.

—¿No pretenderas quedarte todo el día aquí verdad?— cuestionó la chica  la chica con una ceja elevada y el chico la miro.

—Pues si— dijo simplemente volviendo a enfocar su vista en la televisión, la chica iba a decir algo, pero se dio cuenta de que el castaño no cambiaría de opinión asique solo bufo volviendo a enfocar su vista en la diminuta pantalla.

La señora Yamada se encontraba buscando algo en su habitación, hasta que la puerta fue tocada.

—¿Quien es?

—Soy yo mama— le respondió del otro lado de la puerta, la señora dejo de buscar y se dirigió hacia la puerta y la abrió encontrándose con el chico.

—¿Paso algo cariño?— cuestionó la mujer mirándolo confundida y el chico negó pasando por su lado, la señora cerro la puerta y se mantuvo parada esperando a que el chico hablará.

—No mama, quiero hablar contigo.

—¿Sobre que cariño? — volvío a preguntar y el chico se sento en la gran cama con la señora al lado.

—¿Te acuerdas de la noche en la que hablamos sobre mis sentimientos por Vance?— le recordó el chico y la señora asintió.

—Claro, ¿Paso algo? — pregunto preocupada, el chico volvió a negar.

—No, solo quería decirte, que tenías razón sobre que sentía miedo de mis sentimientos hacia Vance, porque pensaba que me rechazaría, pero ahora creo que estamos a un buen ritmo— término de contar y la mujer volvió a asentir entendiendo todo.

—Pues estoy muy feliz por ustedes dos, ya saben que cual sea su decisión la respetaré— dijo sonriendo y el chico le de volvió la sonrisa y la abrazo cerrando los ojos.

—Lo se mama, lo se— repitio y la mujer solo le dio palmaditas en la espalda, demostrandole apoyo, los dos siguieron asi hasta que escucharon como alguien aclaraba su garganta y se separaron un tanto sorprendidos, encontrándose con el peli Rubio agarrando el maniobró de la puerta entre abierta.

—Lo siento si interrumpi su momento de familia, pero estaba buscando a Bruce y como no lo encontraba, crei que estaría aquí— se excusó y Bruce solo se paro un tanto nervioso, esperaba que el chico no hubiera escuchado nada, aunque no lo creía.

—Bueno ya me encontraste, asique vámonos— dijo mientras lo jalaba del brazo y cuando los chicos ya se habían ido la señora soltó una carcajada mientras negaba, volviendo a lo que estaba asiendo anteriormente.

Rinney - Brance - GrillyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora