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Cuando se separaron, Robin se paro y fue a apagar la luz, después se acostaron acurrucados.

—No te preocupes Finn, yo no dejaré que tu padre te haga daño— susurro y Finn solo se acercó más a el, Robin le beso la nuca.

Al día siguiente cuando los dos se levantaron, se dirigieron a la cocina y desayunaron. Al terminar, los dos hicieron sus necesidades y salieron hacia la comisaría de policía. Siguieron caminando, hasta que Finn se dio cuenta de algo y paro, Robin al notar eso también se paro y se acercó a él con el seño fruncido.

—¿Paso algo?— pregunto preocupado y el chico lo miro con temor.

—Tenemos que ir por Gwen, Robin, puede estar en peligro con mi padre— chillo y su respiración empezó a descontrolarse, el peli negro sólo lo agarro de las mejillas, para que lo mirara.

—Calma amor, cuando le digamos a la policía vamos a dirigirnos a tu casa y ella va a estar bien, tenemos que darnos prisa antes de que sea tarde.

—Pero...

—Por favor Finn, confía en mi, ¿si?—dijo y el peli castaño solo asintió. Los dos empezaron a caminar de nuevo.

Cuando habían llegado, habían muchas personas en el lugar y algunos policías haciendo su trabajo. Ellos se acercaron a la recepción del lugar y el policía los miro con el seño fruncido.

—¿Que hacen aquí niños? Este no es lugar para ustedes— regaño mientras se incorporaba volviéndo a leer su periodico y ellos se miraron y lo volvieron a mirar.

—Queremos hacer un reporte— le respondió Robin y el hombre bajo su periodico lentamente.

—¿Un reporte?— repitió con una ceja alzada y los dos asistieron inseguros.

—Es mi padre, es muy abusivo, ayer tuvimos una pelea y nos hizo daño a mi y mi hermana— dijo y el policía lo miro con curiosidad mientras asentia.

—¿Y se podría saber de que era la pelea?— volvió a preguntar y Robin lo miro incrédulo, el peli castaño trago saliva, algo le decía que esto saldría mal.

—Es algo personal— le contestó y el policía los miro serio a los dos.

—No pueden venir a hacer una denuncia, sin dar pruebas, tenemos que saberlo todo, además...

—No hay tiempo para esto, ese hombre puede estar haciéndole daño a su hermana ahora mismo— lo interrumpió Robin ya harto del hombre, este lo miro y soltó una carcajada, mientras se echaba para atrás.

—Basta de bromas niños, esto es una comisaría de policía, no es algo con lo que bromear— dijo y robin lo miro más furioso aún.

—¡¿Esto le parece una broma?! ¡Por Dios casi lo mata a golpes!— chillo enojado y el policía nego.

—Sin pruebas no podemos hacer nada chico, asique tendrán que retirarse— volvió a decir, Robin solo le saco el dedo de en medio y se llevó al peli castaño.

—Maldito estúpido, es un idiota— lo maldijo ya cuando habían salido de la comisaría, el peli castaño solo se acercó y le acarició el brazo.

—Calmate Robin, tiene que haber otra solución— lo trato de tranquilizar, pero el chico bufo mientras rodaba los ojos.

—Necesitamos ayuda, no podremos con esto solos— dijo y el peli castaño asintió de acuerdo con la idea.

—Tienes razón.

Los dos chicos solo se agarraron de las manos y volvieron a la casa del peli negro a hacer un plan.

Ahora mismo Bruce y Vance se encontraban en la casa del menor, caminando silenciosamente sin hacer algún ruido, para que la señora Yamada no los descubriera, pero no corrieron con esa suerte, pues la señora se encontraba esperándolos en el sillón con una tasa de café en las manos. Los dos se asustaron un poco.

Rinney - Brance - GrillyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora