Ser coronel de una de las organizaciones militares más importantes del país no es fácil, pero sobre todo si eres mujer, mucho más difícil la tarea. Sariah Mansour una coronel honorable, reconocida por su trabajo arduo y exitoso es el punto blanco pa...
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●★● Sariah Mansour ●★●
Más que una misión
Por un pequeño espacio de la puerta de emergencia puedo ver al presidente hablar desde el escenario, este sube, toma el micrófono y empieza con su discurso de inicio, después que termine de hablar solo tendré un minuto exacto para entrar por él, debo ser rápida si quiero que esto funcione.
— Recuerda, un minuto, no menos de ahí.— recuerda Jacob por la línea.
— Ya lo sé, ubiquen a los francotiradores.— tomo mi arma, debo tenerla lista para cuando se desate todo.
El presidente toma el micrófono, una hoja se posa frente a él, imagino que allí se encuentra el discurso de la mañana.
— Agradezco la presencia de cada uno de ustedes, es de suma importancia para mí recibir el apoyo de todos/as, la postulación de mi hermano a la alcaldía ha sido sorpresa para todo el país, debo informar que no era de mi conocimiento sus planes, pero ahora que los sé, queda en mí informar que cuenta con todo mi apoyo, me alegra saber que desea servir a una carrera tan hermosa como lo es la política.— el micrófono comienza a tener problemas técnicos, esa es una de las señales que comunica el correo.
— Entraré ahora, no puedo esperar a que termine el discurso, estos tipos no juegan.— informo.
— Estamos de acuerdo contigo, comenzaremos a operar el plan.— dicen ambos.
Varios disparos irrumpen el lugar, los gritos de las personas se hacen presente, estas corren por todo el lugar en busca de salir del lugar, puedo ver a varios en el piso. Entro a toda prisa, tomo al presidente por un brazo y lo bajo al piso.
— Debe escucharme, no diga nada, no tenemos tiempo para preguntas estúpidas.— me levanto y disparo al frente, hombres se acercan.— Mi nombre es Sariah Mansour, pertenezco a la Organización Nacional Militar, he venido a salvar su vida, pero para ello necesito de su ayuda también.— lo veo de reojo asentir con miedo.— vuelvo a levantarme a disparar, mato a dos de un disparo a la cabeza.
— ¿Cómo sé que no miente?— se arrodilla a una altura que no puedan dispararle y la mesa lo cubra.
— ¿Quiere morir aquí y ahora? ¿O venir conmigo a un lugar seguro?— camino de rodillas a la puerta de emergencia.
— Iré con usted, pero si algo me sucede, será su responsabilidad.— sigue mis pasos.
— Puedo cargar con eso, no se preocupe.— corremos como podemos a la puerta de emergencia.
Choco con el cuerpo de Salvatore, este me ve sorprendido.
— ¡Maldición! ¿Qué mierda haces aquí?— apunta con su arma a todos lados para protegernos.
