Capítulo 37: Un juez

10.8K 736 15
                                    

●★●Sariah Mansour●★●

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


●★●Sariah Mansour●★●

Un juez

— Todo saldrá bien, solo debes estar tranquila.— Vanessa intenta darme ánimos antes de que entremos al juzgado.

Jacob entra junto conmigo, mi abogado acomoda sus cosas en una mesa y me pide tomar asiento a su lado. Jacob y Vanessa toman asiento detrás de nosotras, escucho la puerta abrirse de nuevo, entra Iván acompañado de sus padres y con su abogado.

— Buenos días.— dice Iván al pasar por mi lado.

Prefiero ignorar cualquier acción que realice, busca lo que sea para tomarlo en mi contra, respiro y espero a que el juez entre al juzgado.

— ¡Todos de pie, el juez ya ha llegado!— nos levantamos y mostramos respeto al juez, este hace una breve seña para que volvamos a nuestros asientos.

— Se abre esta sesión, por favor que los implicados comiencen a comentar sus inquietudes y lo que desean para que el caso sea resuelto.— toca el pequeño martillo de madera, dando por iniciado el juicio.

Mi abogado se pone de pie, saca unos papeles de su maletín y organiza su traje antes de comenzar a hablar.

— Mi clienta la señora Sariah Mansour, se encuentra demandando al señor Iván Petrova por las siguientes razones.— toma un papel y verifica lo que contiene antes de proceder.— Solicita el divorcio, repartición de bienes en común a partes iguales, más una indemnización de quinientos mil dólares por daños y perjuicios.— el juez lo observa.

De reojo observo a Iván, si sus ojos fueran cuchillos hace rato estuvieran clavados en mi piel.

— Que pase hacia adelante la demandante.— me coloco de pie y camino hacia la silla que se encuentra al lado del juez.— Presente todos sus alegatos para que podamos entender el motivo de su demanda.— asiento.

Hago el juramento correspondiente, me acomodo mejor en la silla y espero a que se me realicen las preguntas.

— Si usted lo permite, señor juez, me gustaría empezar yo a hacerle preguntas a la demandante.— el abogado de Iván hace la petición.

— Adelante, haga las preguntas que considere necesarias.

— Gracias, señor juez.— se levanta, acomoda su traje, toma una libreta y camina hacia mí.

— Señora Mansour.— muestra una pequeña sonrisa.— ¿Cuánto tiempo lleva usted casada con el señor Petrova?

— Seis años de matrimonio.

— Durante estos seis años de matrimonio, ¿Cómo ha sido el señor Petrova con usted?

— Al principio todo iba de maravilla, era atento, detallista, el hombre que toda mujer sueña.— bajo la mirada de solo recordar las cualidades que me enamoraron.— Todo fue cambiando desde hace dos años hacia acá.

— ¿A qué se refiere con que fue cambiando?— deja de ver la libreta y me mira.

— Ya no era amoroso, llegaba a casa a la hora que le daba la gana, por todo se molestaba, en ocasiones prefería quedarse en el trabajo que estar conmigo.

— ¿Le propuso ir a terapia de parejas? ¿Le comentó su inquietud acerca de como la estaba tratando? ¿Hizo algo para demostrarle a su esposo que las cosas andaban mal entre ambos?

— En dos ocasiones aparté citas con la psicóloga, la cual también tiene una especialidad en temas de parejas.— hago una pausa.— Pero él siempre se negó a ir.

— ¿Tiene pruebas de esto?

— Así es, mi abogado las tiene.

El juez hace una seña a mi abogado para que este le entregue la prueba de la que hablo, se detiene a leer el papel, asiente y nos pide que continuemos.

— Usted dice que mi cliente le fue infiel ¿Qué le garantiza tal hecho?— Iván busca mi mirada.

— Hace unos meses me di cuenta de que estaba embarazada.— la cara del abogado se pone de todos los colores, lo más seguro es que desconoce esa información.— Cuando se lo comenté a mi esposo, negó por completo, no quería hijos conmigo, no me apoyó en nada del embarazo, semanas después sufrí un aborto espontáneo, el embarazo que estaba llevando era riesgoso.— lágrimas se salen de mis ojos.— Lo que más me hizo dudar de él, fue ver la actitud que tomaba cada vez que comentaba el tema cerca de su secretaria, hasta que decidí investigarlo a los dos.

— ¿Qué descubrió?

— Descubrí que me estaba engañando con ella, como también que tiene dos hijos, uno de do años y otra de cuatro.— el juez pide las demás pruebas, mi abogado se las extiende, observa las imágenes que les tomé a Iván con Ana y a los niños.

— ¿Sabe usted que seguir a una persona sin su consentimiento es un delito?— busca la manera de sacar a su defendido a flote, es más que evidente que está hasta el cuello.

— Con todo respeto abogado, si hay alguien en este mundo que conoce los delitos de ante mano, esa soy yo.— me acomodo mejor.

— ¿Tiene alguna pregunta que agregar?— interviene el juez.

— No, señor, esto ha sido todo de mi parte.

— Tengo las pruebas suficientes de ambas partes, por lo que les voy a pedir al abogado de la señora Mansour que sea él quien interrogue al señor Petrova, estamos cortos de tiempo y tengo varios juicios el día de hoy.— ambos abogados asienten.— Por el momento tomaremos un receso de cinco minutos.— toca el martillo.

Me levanto de la silla y camino hacia fuera del juzgado, mi abogado ya me espera afuera junto a Jacob y Vanessa.

— ¿Desean algo de tomar?— pregunto.

Los tres niegan, nos sentamos en los bancos que se encuentran frente a la puerta, Iván no ha salido, lo más seguro es que se haya quedado dentro con sus padres.

— Por cierto, ¿Dónde están tus padres?— Vanessa deja de comerse las uñas para preguntarme.

— Les pedí que no vinieran, de solo saber a lo que tengo que enfrentarme es suficiente, no quiero preocuparlos más.— asiente.

— Ganarás este caso, ya lo verás.— Jacob besa mi frente.

— Debes saber algo Sariah.— mi abogado cierra su maletín.

— Que no sean malas noticias, se lo pido de favor.— ruego como niña pequeña.

— Es lo que más quisiera.— niega no muy feliz.

— Pues entonces suéltelo de una vez, es mejor de golpe, que suave.

— Iván tiene pruebas donde estás envuelta con Kozlov, uno de sus alegatos es que eres su amante.— cierro los ojos, esta noticia me ha caído como balde de agua fría.

— ¿Qué sigue?

— No te preocupes, tienes más pruebas que él, además alegaremos la verdad, mantuviste una relación con Kozlov después de enterarte de su infidelidad.

— Espero que eso sirva de algo.

— No te preocupes, que va a servir de mucho.










Pasiones y misionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora