Capítulo 69: Amantes

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●★● Sariah Mansour ●★●

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●★● Sariah Mansour ●★●

Amantes

Salgo sin hacer ruido de la habitación de las niñas, ambas se encuentran dormidas, Jules también se encuentra durmiendo, entro a mi habitación, dejo mis joyas sobre mi tocador y me deshago de las cosas que me molestan, siento mi cuerpo cansado.

— ¿Deseas un masaje? Te noto tensa.— Salvatore entra a su habitación desasiéndose de los botones de su camisa.

— Tomaré una pequeña ducha y me iré a la cama, mañana deberé ir a la central.— tomo una pequeña toalla para secar mi cara después de quitarme el maquillaje.

— Hablemos, te conozco, nunca rechazas mis masajes, cuéntame lo que sea.

Camino hacia la cama y tomo la camisa que se encuentra en el mismo lugar donde la vi por primera vez, su mirada se dirige a la camisa que yace en mis manos.

— ¿Qué hace esta camisa debajo de la cama?— alzo la camisa para que vea la enorme mancha de labial.

— Llegué tarde anoche y no quería despertarte.— le resta importancia a lo que es evidente.

— ¿Por qué está manchada de labial?— lo que menos deseo es pensar en lo vivido con Iván.

— Realmente tiene una explicación y antes que pienses cosas que no tienen nada que ver, deseo contarte todo, aunque Romanov se moleste conmigo.— me quita la camisa y la deja en el canasto de la ropa sucia.

— ¿Qué tiene que ver Romanov en todo esto?

— Déjame hablar, luego entenderás.— se acerca a la cama.

— Espero que tu argumento sea convincente.

— Me vi con Patricia anoche, Romanov y yo hemos creado un plan para poder atraparla.— mi pecho se oprime, el mensaje es cierto.

— ¿Por qué no está en la cárcel? ¿Entonces si estuvieron juntos?— enarco una de mis cejas.

— Me llevaron sus hombres hacia donde se encontraba, en todo el camino estuve con los ojos vendados y apuntado con armas, no pude ver todo el trayecto.

— ¿Te acostaste con ella?— busco una respuesta en sus ojos.

— No, eso nunca, aunque te lo digas pocas veces, yo te amo, todo esto es una estrategia para poder atraerla.

— Analizando tu confesión, tiene sentido todo lo que hacen, es un buen plan, pero riesgoso.— me paseo lentamente alrededor de la cama.

— ¿No recuerdas nada del camino por donde te llevaron?— se queda pensativo por unos segundos.

— Trato de recordarlo, pero me resulta imposible recordar, siempre me mantuvieron con los ojos vendados.

— ¿Por qué no me dijiste que estabas trabajando en esto? Yo hubiera podido ayudarte.

— Estabas en una etapa vulnerable por las niñas, no quería darte más tormentos.

— Te lo agradezco, pero ustedes dos solos no pueden hacerlo, necesitan de mi ayuda.— tomo una crema y la aplico en mi rostro.

— No creas que los dos no lo hemos pensado, de hecho estaba dándole largas al asunto para contarte el plan.

— Cuando Iván falleció permanecí durante noches buscando información que pudiera llevarme a ella, lo único que pude encontrar fue un taller de repuestos para autos.

— ¿Un taller de repuestos? ¿Qué tiene que ver un taller de repuestos con ella?— resulta extraño, lo sé, a mí me pareció igual.

— Al parecer tiene algo que ver con el dueño de dicho taller, sé como obtener esa información.

— De ninguna manera, no permitiré que vayas a ese lugar, no quiero que arriesgues tu vida.— un rotundo no es lo que dicen sus palabras.

— Cariño, mi trabajo, nuestro trabajo es arriesgar nuestras vidas, tranquilízate, no iré sola, Jones trabajará conmigo.

— ¿Por qué Jones?

— Me ha gustado el buen avance que ha presentado en el año que tiene en la organización, es un buen soldado y sé que no tendré problema alguno con él en este tipo de trabajo.— dejo el envase de crema sobre la peinadora y retiro la crema que llevo puesta en la cara.

— Jones es bueno, creo que si puede trabajar con nosotros en esta misión.

— Discreción, hasta que no tenga la información que necesito no podremos decir nada.

— ¿Cuándo empezaremos?

— Yo empezaré mañana, iré a al central y le informaré todo el plan a Jones.— me subo a la cama y deshago todas las almohadas hasta obtener la que quiero para dormir.

— Me parece bien, le comentaré todo lo que está sucediendo a Romanov.— se acuesta a mi lado.

— Está bien.— me acerco a él y lo abrazo, descanso mi cabeza sobre su torso desnudo.

— No vuelvas a pensar algo como eso, nunca haré nada que pueda hacerte daño, lo único que deseo es darte felicidad.— besa mi cabeza y hace mimos sobre mi cabello.

— Nunca pensé volver amar a alguien, contigo lo hago, créeme que lo hago, en serio.— mis manos se pasean por sus bellos, amo hacerle eso, me da paz.

— Sé que me amas y el sentimiento es mutuo.— sus manos se pasean por mi espalda desnuda.

Siento como los tirantes de mi vestido de seda caen sobre mis hombros, levanto mi cabeza, nuestras miradas se unen, no aguanto más la tensión entre nosotros, unimos nuestros labios, saborea mis labios lentamente, muerdo sus labios con deseo, con pasión disfruto de sus besos.

Sus manos tocan mi piel con suavidad, siento el deseo en su tacto, en sus besos, después que tuve a las niñas, siento miedo de que me vea desnuda, pues algunas estrías se colaron en mi abdomen, me avergüenzo un poco; sin embargo, en estos momentos no siento vergüenza, me siento la mujer más sexy del mundo.

— Conmigo no debes sentirte cohibida conmigo, sabes que siempre serás hermosa para mí.— se deshace de mi bata de seda y la avienta al suelo.

Sus manos se dirigen hacia mis pechos, con sus dedos estimula mis pezones, arqueo mi espalda al sentir su toque, siento mi zona íntima palpitar, latir por su toque, por sus besos, por sus lamidas, por el placer que solo él sabe darme.

Besa mi cuello, muerde mi piel desnuda, lame cada parte de ella, sus manos dan suaves caricias por toda mi espalda, lentamente siento como su miembro entra en mi feminidad, sus caderas suben lentamente y bajan, generando placer dentro de mí, con mis manos aprieto sus hombros, araño su piel.

— ¡Ah, qué delicia sentirte así dentro de mí!— muerdo su hombro, contengo mis gemidos.

Sus movimientos se mantienen lentos, me voltea quedando esta vez yo debajo de él, sus enormes brazos rodean mi cuerpo, debajo de él me siento pequeña, segura, sus manos se mantienen encima de mi cabeza, unimos nuestros labios, con sus besos retiene mis gemidos, siento mis paredes vaginales contraerse poco a poco.

— Lento para que me sientas a plenitud y sepas que solo soy tuyo y de nadie más.— atrapa uno de mis pezones con sus dientes, ese dolor y picor me resulta excitante.

No soporto más placer y termino liberando todos mis fluidos, él tampoco se queda atrás, se libera junto conmigo, siento su semen correr dentro de mí, seguimos abrazados, volvemos a besarnos, a disfrutar de los dos una y otra vez como solo nosotros sabemos hacerlo, él sabe como llenarme y yo sé como llenarlo a él, con eso es más que suficiente para nosotros.




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