●★●Sariah Mansour●★●
Fuera del hospital
— Tu padre se fue con las niñas al auto.— mi madre avisa desde la puerta.
Con cuidado empaco mis cosas, ya me han dado de alta del hospital, mis padres quisieron venir por mí, entro la última pieza de ropa en el equipaje y con cuidado la bajo de la cama.
— De acuerdo mamá, faltan pocas cosas para que todo esté listo.— cada vez que bajo la cabeza las lágrimas salen de mis ojos.
— Está bien hija, estaré afuera por si me necesitas.— asiento sin verla, la escucho salir.
Dejo de empacar las cosas y paso las manos por mi cabeza, me duele el pecho, siento dolor y tristeza, sé que Iván hizo cosas malas que hirieron mi corazón, pero no merecía ese final, la mayoría de las cosas que hizo al final fueron para mantenerme a salvo, no deseaba el mal para él.
— Romanov y yo iremos a resolver algunas cosas legales, tus padres te acompañarán a casa, en la noche estaré contigo.— su voz suena débil, sé que está afectado por lo sucedido.
— Da igual, no importa a la hora que llegues a casa.— me volteo a encararlo.— Como siempre vas a tomar las decisiones que consideres.— se acerca.
— Siento mucho haberte ocultado la muerte de Iván, pero debes entenderme, en estos momentos estás atravesando una situación fuerte con las niñas, no podía darte otro golpe tan fuerte.— intenta tocarme.
— Eso debía decidirlo yo, no tú, eso es algo que debes tomar en cuenta, no puedes ocultarme las cosas considerando si me harán bien o no.— me alejo de él.— Más daño me hace no saberlas.
— Te entiendo, pero no quiero que sigas de esa manera conmigo.
— ¿Cómo deseas que no? A pesar de todo quieres seguir ocultándome las cosas, no quieres que vayas a su sepelio, quieres mantenerme lejos de todo, eso me asfixia, me duele.— seco las lágrimas de golpe.
— ¡Maldita sea Sariah! Sigues sufriendo por ese pendejo, lo único que hizo fue causarte dolor.— aprieta los puños.
— Tal vez me lastimó, problemas matrimoniales, me fue infiel, pero a pesar de todo eso también supo hacerme feliz, arriesgó su vida de una forma u otra por mantenerme a salvo, por más increíble que parezca, no merecía morir.— paso por su lado y tomo el equipaje con cuidado.
— Yo... No quise decir eso, perdón, no sé lo que dije.— intenta tocarme, pero esquivo su agarre, en estos momentos detesto a Salvatore.
— Iré a darle apoyo a la madre de Iván, me necesita en estos momentos, si la situación fuera inversa, Iván hubiera hecho lo mismo.— salgo de la habitación si verlo antes, afuera todos se encuentran observando hacia la puerta, al verme cambian las caras.— ¿Nos vamos mamá?
— Sí, cariño, ya todo está listo.— me ayuda con el equipaje para llevarlo al auto.
— Pues entonces vámonos de aquí.— tomo el abrigo que trae en manos y decido ponérmelo.
— Amiga deberé quedarme aquí en servicio, pero en cuanto tenga tiempo libre iré a verte a ti y a las niñas.— asiento y camino hasta la salida del hospital.
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⋆★⋆ Salvatore Kozlov ⋆★⋆
Doy vueltas en la silla giratoria de mi escritorio, la pequeña discusión que tuve con Sariah me ha dejado pensativo, no puedo creer que lleguemos a estos términos, deseo lo mejor para ella, sé que me equivoqué al querer ocultarle información sobre la muerte de Iván, pero es entendible, quiero lo mejor para ella en estos momentos.
— Supe que estabas aquí y quise traerte un café y algo de picar.— Romanov entra a mi oficina con dos tazas de café.
— Así es, después de Sariah irse con las niñas a la casa quise venir a trabajar, ya que tengo mucho trabajo atrasado.
— Imagino, no vienes a trabajar desde hace días.— coloca una taza para mí al lado de mi laptop.
— Te podrás imaginar.— tomo un pequeño sobre de azúcar para echarle a mi café.
— Vi cuando Sariah se iba a casa con las bebés, no quise acercarme por lo que ya sabes.— suelta un suspiro.
— Ni me digas, antes de irse tuvimos una pequeña discusión, el tema de la muerte de Iván la tiene sensible y a mí, mal por verla de esa manera.— echo la azúcar en mi café.
— ¿Estás celoso?— toma un trago de la bebida caliente.
— Tendría problemas mentales si celara a un muerto.— niego.— No son celos, es rabia de ver como ella sufre por la muerte de un hombre que lo único que hizo fue joderle la vida.— muevo mi café con la cuchara para que se mezcle con la azúcar.
— Te diré algo amigo, no todo en la vida de Sariah fue tristeza, no puedes pedirle que actúe de otra manera cuando Iván fue su primer todo en la vida, es imposible que no se sienta de esa forma.— deja su taza sobre el platillo.
— Pensé que antes de Iván Sariah había tenido a alguien más en su vida.— de hecho nunca hablamos sobre las relaciones sentimentales de Sariah, no hemos tenido la oportunidad de tocar esos temas.
— Pensaste mal, Sariah se enamoró de Iván muy joven, fue su primer amor, su primer todo.— palmea el escritorio con sus dedos.
— Creo que debo acompañarla, si quiere ir a enterrarlo pienso apoyarla, después de todo es lo único que me queda por hacer.
— He pensado mucho en lo que ella dijo anoche, tal vez planearon el escenario y mataron a Iván, Alphonse es inteligente.— me mira a ver si he caído en cuenta con lo que dice.
— Yo también, pero solo no podemos hacer nada.— me levanto de mi silla.
— Podemos hablarlo con el general, después de todo Iván es como un hijo para él.
— Lo he pensado; sin embargo, para eso deberemos buscar todas las pruebas posibles, no podemos plantear la situación, así como si nada sin tener nada en manos.— asiente entendiendo lo que le explico.
— Yo me encargaré de eso, aparte Jacob está trabajando en eso, a él tampoco lo convenció la noticia de que fue un suicidio.— vuelve a tomar de su café.
— Bueno, quedaremos al pendiente con lo que acabamos de hablar.— me acerco a la puerta y tomo las llaves de mi camioneta.— Ahora iré a casa a ver a las niñas y a Sariah.— se levanta también.
— Tú ve tranquilo, yo me encargo de lo demás.— toma su taza.
— Gracias por el café, lo necesitaba.— me despido antes de irme.
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Pasiones y misiones
RomanceSer coronel de una de las organizaciones militares más importantes del país no es fácil, pero sobre todo si eres mujer, mucho más difícil la tarea. Sariah Mansour una coronel honorable, reconocida por su trabajo arduo y exitoso es el punto blanco pa...