Capítulo 66: Un funeral

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●★●Sariah Mansour●★●

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●★●Sariah Mansour●★●

Un funeral

La noche ha llegado y con ella la lluvia, las niñas se encuentran en su habitación, han comido, ahora se encuentran dormidas, termino de colocar rímel en mis ojos, he aplicado un poco de maquillaje para no verme tan demacrada, solo un maquillaje natural, como el clima se encuentra algo fresco opto por un abrigo cuello tortuga negro, unos jeans del mismo color, unas botas negras y un largo abrigo de cuero.

Mientras bajo las escaleras con cuidado escucho a mi hermana hablar con mi madre desde la cocina, termino de bajar las escaleras con cuidado, Salvatore entra a la casa, al verme arreglada se sorprende.

— ¿A dónde vas?— sostiene las llaves en su mano.

— Iré a la funeraria a hacer mi acto de presencia.— coloco el abrigo sobre mis brazos.

— No puedes salir, estás en reposo.

— Hablé con la doctora, ella dijo que podía ir tomando las precauciones necesarias.— tomo las llaves de mi auto.

— Lo entiendo, pero no puedes manejar un auto, eso requiere de movimientos que no puedes hacer.— intenta quitarme las llaves, quito mi mano para que no me toque.

— Sarah irá conmigo.— Sarah se acerca a nosotros.

— ¿Ya estás lista?— toma su bolso y un abrigo.

— Estoy lista, podemos irnos, no quiero que se haga más tarde.— tomo un paraguas para la lluvia.

— Iré con ustedes.— con mi mano lo detengo.

— Es mejor que te quedes con las niñas, mi madre no podrá sola.— abro el paraguas y salgo de la casa.

— Nos vemos más tarde.— escucho a Sarah despedirse de Salvatore.

Subo al auto en el asiento del copiloto y espero a que mi hermana suba al asiento del piloto, sube y me mira con algo de decepción.

— No debes tratarlo así, Salvatore solo quiere ayudar.

— Sé que quiere ayudarme, pero su manera de hacerlo me lastima.— abrocho mi cinturón mientras Sarah conduce.

— Debes entenderlo, él también se siente abrumado, no es fácil para él toda la situación que están atravesando.— observa las calles mientras habla conmigo.

— Lo único que deseo es que todo esto termine, es demasiado para mí.— bajo el pequeño espejo que tiene el asiento del copiloto, observo mi rostro, aunque tenga maquillaje sigo viéndome mal.

— Esto es solo un mal momento, luego las cosas tomarán su rumbo y será mejor para todos.

— ¿Sabes dónde queda la funeraria, cierto?— la veo asentir sin despegar la vista del volante.

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