Capítulo 11: Francia

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⋆✩⋆ Vanessa Black ⋆✩⋆

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⋆✩⋆ Vanessa Black ⋆✩⋆

Francia

La fría noche golpea la piel desnuda de mis piernas, este vestido negro cubre solo hasta antes de las rodillas, mis senos son expuestos por el pronunciado escote, para cubrirme del frío uso un enorme abrigo de piel y lana por dentro, mis labios color cereza y mi cabello rubio rizado me hacen ver aún más sexy.

Entro escoltada al restaurante por tres de nuestros soldados, el auricular que me ayuda a escuchar está cubierto por mi cabello, es transparente, no es fácil de ver. Este restaurante se encuentra solitario, ya que estos reservaron para nosotros, mis hombres se ha distribuido en diferentes puntos.

Hay francotiradores en los edificios del frente, afuera se encuentran disfrazados de valer parking, mozo o porteros, como también de mendigos, todo por pasar desapercibidos y poder cuidarme desde la distancia, llevo un arma en la parte alta de mi pierna, es cubierta por mi vestido aunque no tanto.

De lejos diviso a los hombres, dos de ellos se encuentra acompañado de sus esposas, los demás están solos, trago duro antes de acercarme a la mesa, escucho como Sariah me pide que me tranquilice, al igual que Jacob.

— Buenas noches para todos.— saludo a cada uno fríamente, no muestro dulzura ante estas bestias.

— ¡Hasta que por fin tenemos la dicha de conocer a esta hermosa mujer!— Thomas Alphonse me alaga.

¡Mierda! ¿Cómo Sariah pudo olvidar decirme que este tipo está como quiere?

En la foto mostrada su ángulo no era favorable, pero en persona es precioso.

No me lo follo aquí mismo porque va en contra de la ética, pero ganas no faltan y abstinencia por el sexo me está fallando.

— Por favor, no quisiera opacar la belleza de las mujeres que se encuentran presente en esta mesa.— muerdo mi labio coquetamente, de algo debe servirme la putería.

— Toma asiento a mi lado, por favor.— hace la silla hacia atrás para que pueda sentarme, con cuidado tomo asiento y sonrío en forma de agradecimiento, este me rodea y toma asiento a mi lado.

— ¿Mucho tráfico no?— pregunta el otro guapo que tengo frente a mí, este y Thomas son los únicos solteros en la mesa, los otros dos están acompañados de sus esposas.

— Diría que como siempre, pero un poco congestionado.— le resto importancia.

— ¿Por qué mantenerte en el anonimato durante dos años y dar la cara hasta ahora?— pregunta el que deduzco es Albert, primo de Thomas.

— Por la sencilla razón de que debía protegerme, no sabía si eran de fiar, por eso esperé un tiempo prudente, pero eso no quita de que haya hecho negocios con ustedes desde la distancia.— me acomodo mejor en la silla.

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