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GINNY NO PODÍA CREER lo que estaba sucediendo

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GINNY NO PODÍA CREER lo que estaba sucediendo.
Justo hace un momento, se habían aturdido sus oídos porque el enano había tirado una bomba mágica de Leo.

—Era una de mis músicas de Apolo... —murmuró Valdez.

—¿¡Qué se supone que quiere decir eso!? —se quejó Ginevra mientras se levantaba del suelo.

—¿¡Crees que es momento de preguntar esas cosas, Rapunzel!? —lo evitó Leo mientras batallaba para que no le quitaran su cinturón de herramientas. Aunque no resultó bien.

Jason ya estaba en pie, tropezando y chocándose contra objetos. Frank se había transformado en un gorila adulto (no estaban seguros del motivo: ¿tal vez para comunicarse con los enanos simios?), pero la granada le había dado de lleno. Estaba tumbado en la cubierta con la lengua fuera y los ojos de gorila en blanco.

—¡Piper!
Jason se dirigió al timón tambaleándose y le quitó con cuidado la mordaza de la boca.

—¡No malgastes el tiempo conmigo! —dijo—. ¡Ve a por ellos!

—Yo les ayudo a ellos, ¡vayan, vayan, vayan! —ordenó la rubia para luego empezar a desatar a McLean.

—¡Mmmmmm! —farfulló el entrenador Hedge en el mástil. Supusieron que significaba «¡Mátalos!» Una traducción fácil de adivinar, considerando que la mayoría de las frases del entrenador contenían la palabra « matar».

Cuando Ginevra volvió para ayudar a Frank, se encontró con que el chico estaba transformado en una serpiente. Sabía que era él... Pero odiaba las serpientes. Cuando lo vio casi se desmayó.
Había gritado tan fuerte que el entrenador quiso presenciar pensando que había una lucha... Y después trató de separar a Zhang. Menos mal él cambió de forma antes que eso sucediera.

—¡No puedes hacer eso, Frank! ¡Casi me da un paro cardíaco! Por las liras de Apolo...

—No fue mi intención... Lo siento Ginn.

Después de lo sucedido, esperaron que Leo y Jason volvieran. Aunque no fue mucho lo que se demoraron, la rubia estaba impaciente. Seguían pasando las horas y ella no sabía lo que sucedería.

Los "griegos" les explicaron que hicieron un trato con los enanos y ahora ellos estaban en camino para frustrar el camino de Octavian y sus secuaces.

Ahora, el Argo II estaba atracado en un concurrido muelle. A un lado se extendía un canal de navegación de aproximadamente medio kilómetro de ancho. Al otro se abría la ciudad de Venecia: tejados de tejas rojas, cúpulas metálicas de iglesias, torres con chapiteles y edificios blanqueados por el sol con los colores de las tarjetas de San Valentín: rojo, blanco, ocre, rosa y naranja.

PRESSURE - leo valdezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora