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GINEVRA HABÍA DEDICADO su día para descansar

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GINEVRA HABÍA DEDICADO su día para descansar. Después de haber sido herida por la Niketa, debía resguardar su salud, asimismo ayudaba a mejorar la de Jason.

Había tratado de hablar con Valdez mientras los demás estaban ocupados, hasta que se dio cuenta que él meramente la evadía.
Pero ahora, parecía ser todo al revés.

—¿Cómo sigues?

—Deberías preguntarle eso a tu mejor amigo —sonrió la rubia mientras revisaba las vendas de Grace.

—Colega...

—Ya veo que Ginny es más importante para ti —bromeó el chico fingiendo enfado—. Debería irme y dejarlos solos.

Leo desvió esa mirada con pizca de melancolía que traía últimamente.
—¡No, no y no! Grace, no inventes más excusas para que te cure —frunció el ceño la muchacha con las mejillas sonrosadas—. ¿De qué me sirve que mi padre me diera un don si no puedo ocuparlo con quien lo necesita?

—Bueno, los dejo entonces chicos.

—Leo, quiero hablar contigo, así que avísame si tienes un tiempo más tarde —avisó Ginevra sin mirarlo. No tenía valentía suficiente para hacerlo, pero se encubrió en la concentración de quitarle las vendas a Jason.

—¿E-es algo malo? Digo, ¿no puede ser frente a todos?

—¿Te incomoda estar solo junto a mi?

—Claro que no, rubia, pero deberías pedirle cita a mi secretaria.

—Olvidé el conducto regular, lo siento, estimado señor.

El romano cumplía función de espectador. Parecía estar viendo un partido de tenis y fue así hasta que la mirada de Ginevra se topó con la de él. Ahí fue cuando ella se dio cuenta que en realidad no estaba sola... Y no actuaba apropiadamente.

—Debo cambiar el vendaje de Jason.

El moreno se fue y por fin tuvo un momento para suspirar. Sintió cómo su postura se relajaba e incluso su amigo le dio una palmadita en el hombro.

—¿Problemas?

—Borra este momento de tu mente, ¿si?

—Debes de estar muy estresada para responder de esta manera —rió Grace.

Las risas fueron reemplazadas por un gran quejido de dolor.
—¿Está muy apretado el vendaje?

—Para la próxima me dejas sin respirar —masculló el rubio.

—Vamos, tenemos una reunión a la que asistir...

La tripulación se congregó para llevar a cabo una reunión rápida en la cubierta de proa, principalmente porque Percy estaba vigilando a una gigantesca serpiente marina roja que nadaba por el lado de babor.

PRESSURE - leo valdezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora