Lovely -Kookmin-

Thirty three

Unos días luego de la reunión, Jungkook se encontraba de brazos cruzados frente a la ventana que daba a la calle en el baño, en esos momentos extrañaba el frío y la nieve que rodeaba su departamento, ahora en febrero, el calor era insoportable.

Salió del baño, acababa de terminar de limpiar un poco el departamento y ahora solo quería tomar una ducha y había movido las toallas, jabones y shampoo a su cama.

Suspiró al ver a Jimin en su forma de gato dormido con la pancita expuesta, llevaba tiempo que el híbrido no se transformaba en su forma gatuna así que se sorprendió cuando en la mañana al despertar, encontró una bolita de pelos durmiendo sobre su estómago.

Antes de ducharse, le tomaría unas cuantas fotos. Buscó su cámara por toda la habitación y bufó al no encontrarla por ninguna parte, ese era el problema de cuando ordenaba, luego no recordaba donde dejaba las cosas.

Luego de un par de minutos, la encontró en el ropero del cuarto de invitados, no recordaba haberla dejado ahí pero no era eso lo que importaba, cuando regresó a su cuarto encontró a Jimin ahora acostado de lado y moviendo una de sus orejitas. Sonrió mientras la cámara se encendía y se acomodó de una forma en la que podía fotografiar al minino de cara.

Jimin tenía una clara expresión en su rostro como si quisiera gritarle que dejara de molestarlo, probablemente era porque había hecho demasiado ruido para encontrar la cámara haciendo que el minino despertara de su sueño de belleza.

-Hola, cielito.-le dijo Jungkook acariciando la barbilla de Jimin y logrando que este cerrara los ojos un segundo para luego volver a abrirlos con un maullido.-Solo déjame tomarte una foto, de acuerdo, no te muevas.

La colita de Jimin se movió molesta, el gato solo quería dormir pero se mantuvo quieto, observando tanto a su amo como a la cámara.

No fue la única que tomó, le siguieron unas diez en diferentes ángulos mientras que Jimin parecía volver a quedarse dormido. Satisfecho, Jungkook observó cada una de las fotos, pero definitivamente, su favorita era la primera.

Decidió dejar en paz al híbrido para por fin ir a bañarse, colgó la cámara en un perchero improvisado que tenía al lado del ropero y tomó los productos de higiene para luego regresar al baño.

***************

-¡Amo! ¡Amo! ¡Jungkookie!-exclamó Jimin sacudía del brazo a Jungkook.-¿Puedes darme más? Solo un poquito más.

Llegando la tarde, a Jungkook se le ocurrió prepararse una taza de café, aun cuando el clima estaba a más de 30 grados, Jimin por su parte se mantuvo en su forma felina hasta un poco después del almuerzo y quiso probar de lo que tomaba, él pensó que no le gustaría, más que todo porque Jimin prefería más lo dulce, pero terminó acabándose toda la taza.

Nunca lo había visto tan hiperactivo, para él definitivamente era algo nuevo ya que Jimin si no estaba haciendo cualquier cosa con él, estaría durmiendo y justo ahora parecía que podría hacer una maratón sin cansarse.

El híbrido saltó de silla a silla en el comedor hasta llegar a él, con la taza de porcelana blanca en sus manos y con una inmensa sonrisa que atravesaba su rostro.

-Mi amor, creo que una taza es suficiente.-dijo Jungkook y le tomó de la cintura cuando el pelinegro empezó a saltar a su alrededor.-Puedo darte una pequeña taza para la hora de la cena.

Jimin hizo un puchero.

-Pero para eso falta como cuatro horas.-se quejó.

-Es mi única condición.-dijo con seguridad y beso la punta de la nariz de Jimin.-Anda, pórtate bien y prometo hacerte un cafecito luego.

Jimin trató de retener la sonrisa boba que se formó en su rostro ante el beso de su amo, pero le fue imposible, al igual que su sonrojo. Como pudo dejó la taza sobre la mesa y se abrazó al cuerpo de Jungkook.

-Está bien, amo.-dijo con suavidad.-Seré un niño bueno.

Jungkook rió ante esas palabras y sus manos se apretaron en la cintura de Jimin, su nariz rozó el cabello azabache del más bajo, muy cerca de una de sus orejitas y Jimin suspiró ante el toque mientras cerraba los ojos.

-Siempre has sido un buen niño.-aseguró Jungkook contra su oreja.-Me haces sentir orgulloso y muy afortunado de tenerte.

El corazón de Jimin palpitó con rapidez mientras que su respiración se volvía acelerada, sus dedos se afirmaron a la tela de la camisa de Jungkook y sus ojos se cristalizaron al escucharlo.

-A-Amo.-murmuró, estaba feliz, demasiado. Su amo le quería y estaba feliz a su lado, Jimin lo estaba haciendo bien.

-¿Qué sucede?-preguntó preocupado Jungkook al escuchar a Jimin sollozar, trató de separarlo para poder ver su rostro pero el pelinegro se aferró a él quejándose.-¿Jimin? ¿He dicho algo malo?

Jimin negó con rapidez y su rostro se enterró en la curvatura del cuello de Jungkook.

-Es solo que estoy muy feliz.-respondió y su colita se agitó tras él.-No pensé que podría conocer a alguien que me aceptara de verdad y que me amara.

-Jimin ¿Cómo dices eso? Claro que te amo, todos a tu alrededor te aman y quieren protegerte porque eres importante para nosotros, mucho más importante para mí porque te has vuelto mi todo.

La nariz de Jimin se frotó contra el cuello de Jungkook, sintiendo mariposas en el estómago.

-Nunca nadie lo hizo, no sé si alguien se preocupaba por mi antes de ser convertido en híbrido, pero luego de eso, para mí fue todo sufrimiento.

-Lo siento mucho.-murmuró con la voz ahogada y con los ojos picando, sentía una opresión en su corazón con solo imaginar el daño que su Jimin había sufrido.-Pero eso no volverá a pasar, confía en mí, Jimin. Haré hasta lo imposible para mantenerte a salvo y feliz.

Jimin suspiró, eso era lo que más quería y necesitaba, pero ya en ese punto, también quería sincerarse.

-Jungkookie.-murmuró despegando su rostro del cuello de Jungkook y mirándolo directamente a los ojos.-Hay algo que necesito contarte.

Jungkook le miró con una ceja alzada, notablemente curioso, se levantó de su silla y alzó a Jimin quien se abrazó tanto con sus brazos y piernas al cuerpo del castaño.

-Está bien, bebé.-dijo Jungkook saliendo de la cocina.-Deja que nos lleve al cuarto para que estés más cómodo.

Jimin tragó saliva, se había puesto más nervioso ahora pero no había marcha atrás, Jungkook merecía saber lo que tanto trataba de olvidar su subconsciente y que hasta la fecha no había logrado.