Lovely -Kookmin-

Twenty two

-¡Mira eso!-exclamó Jimin jalando de la mano a Jungkook para ir a una zona en específico.-Es una sirena como la del estanque.

Luego de almorzar y como Jungkook le había prometido, regresaron al acuario a la zona de recuerdos que había justo al final del recorrido.

Jungkook se dijo que iba a terminar aceptando aquellas tres sesiones fotográficas que tenía pendiente esa misma semana porque por lo que se ve, terminaría pobre.

-Puedes llevarlo, Jiminie.-le aseguró aunque ya llevaba una canasta llena con peluches en forma de peces y un lindo pingüino de ojos grandes.

Jimin sonrió mientras dejaba su nueva adquisición en la canasta.

-También hay ropa ¿puedo llevar?

Jungkook asintió al instante mientras lo acercaba al área de ropa, en su mayoría camisetas y suéteres con el logotipo del acuario y otros con animales marinos.

Jimin tomó unas cuantas camisetas entre azules y rosas para probárselas mientras que Jungkook observaba los peces globo hechos de papel que colgaban desde el techo.

-Vamos, te llevaré a los probadores para que te los pongas.-dijo Jungkook caminando de la mano con el híbrido.-Yo estaré afuera por si me necesitas.

-De acuerdo.-murmuró Jimin entrando a un pequeño cuarto cubierto solo por una cortina.-¿Qué hago con la correa?

-Si te molesta puedes quitártela.-dijo Jungkook con una sonrisa.-Recuerda que nos dijeron que era necesario que la tengas puesta.

Jimin asintió obediente para luego adentrarse completamente al cuarto, colgó las camisetas sobre el perchero dentro y se quitó el suéter que llevaba puesto, empezó a probarse las camisas la primera con los pingüinos en el centro rodeando el 63. Sonrió encantado al ver que le quedaba correctamente.

Y así empezó a probarse las demás camisas, Jimin había llevado por lo menos unas 8 camisas y 3 suéteres, hasta ahora todas le tallaban y había dejado el suéter rosa con una sirena dormida bajo el número 63 de último.

Para su mala suerte, Jimin ni siquiera podía entrar en ella, él había notado que era más pequeña que las demás, pero fue la única que encontró con la sirena así que tuvo esperanza de que le quedara. Luego de unos minutos forcejeando con la tela se rindió sintiendo lágrimas de frustración en sus ojos.

-¿Todo bien, cielo?-preguntó Jungkook al otro lado de la cortina.

Jimin sacó su cabeza con las orejitas gachas mientras veía con un puchero al castaño.

-No me queda.-murmuró.-El suéter con la sirena es muy pequeña y yo la quería.

Jungkook suspiró mientras tomaba el suéter rosa de las manos de Jimin.

-Veré si hay otra talla, no te preocupes.-le dijo Jungkook acariciando la mejilla del pelinegro.-Quédate aquí y ponte tu suéter por ahora para que no te de frío.

Jimin asintió observando a su amo alejarse, volvió a entrar completamente y se colocó con desgana su suéter azul. Unos minutos después escuchó como la cortina era movida, sonrió pensando que se trataba de Jungkook pero se paralizó mientras sentía que la sangre se drenaba de su cuerpo.

Un hombre delgado y calvo, vestido totalmente de negro había ingresado mientras le regalaba una sonrisa cínica.

Jimin tembló dando unos pasos hacia atrás hasta topar contra la pared justo cuando el hombre le sostenía para inmovilizarlo.

-Pero miren quién se ha dejado ver por fin.-dijo divertido el hombre.-Te has estado escondiendo muy bien, experimento A405.

Tembló mientras observaba con horror al hombre que una vez le hizo trizas la vida, quien se encargaba de castigarle de las peores formas si no acataba ordenes en aquel lugar.