Lovely -Kookmin-

Fifteen

Parecía que Jimin había desarrollado algún tipo de tic en el ojo desde hace alrededor de una hora, si mirada retadora se encontraba enlazada con aquel intruso de color naranja que lo veía atentamente con esos grandes ojos amarillos. Sus orejitas se encontraban alzadas mientras que su cola estaba erizada totalmente.

Cuando llegó la hora en la que Jungkook llegó a casa Jimin pudo oler aquel olor que rodeaba a su amo desde que el chico empezó a caminar hasta el departamento y confirmó sus sospechas cuando el castaño entró completamente mojado con un gato entre sus brazos, Jimin se sintió fatal al instante ¿Quién era ese gato y por qué lo había traído a casa?

Apenas entró, medio le saludó y llevó al pulgoso ese al baño para secarlo un poco, luego lo dejó envuelto en una sábana sobre el sillón pidiéndole a Jimin que le vigilara mientras él tomaba una ducha, prometió explicarle lo sucedido cuando saliera.

El gato maulló sentándose en sus patas traseras y moviendo una de sus patas delanteras hacia él, Jimin hizo una mueca al instante.

-No eres mejor que yo.-murmuró cruzándose de brazos para luego sentarse en el suelo frente al sillón.-¿Cómo te llamas? ¿Qué haces con mi amo?-le preguntó.

El gato ladeó su cabecita mientras que una de sus orejas se agitaba un poco y maulló otra vez cortamente.

Si Jimin estuviera en su forma de gato, tal vez entendería lo que el otro lo decía porque justo ahora no lo hacía. El felino frente a él se recostó de lado cerca de Jimin agitando sus patitas hacia él.

-No te voy a tocar.-le dijo al instante.-Eres el enemigo.

La colita de Jimin se agitó al instante mientras desviaba su mirada ¿cómo se atrevía a intentar ser amistoso con él cuando hace un rato había estado a gusto acurrucado contra el pecho de su amo?

Las mejillas de Jimin se inflaron al instante sintiéndose molesto, pero parpadeó levantándose del suelo cuando vio a Jungkook vestido con unos pantalones flojos negros y un suéter del mismo color, venía secando su cabello con una toalla blanca y cuando hicieron contacto visual, le sonrió tiernamente.

-Mucho mejor.-murmuró Jungkook caminando hacia él.-Espero no enfermarme, esa lluvia nos tomó desprevenido.-Jimin intentó sonreírle pero sus ojos siguieron a la bola de pelos anaranjada que al escuchar la voz de Jungkook se había levantado del sillón para caminar hacia él.-Hola pequeñín.-le dijo con una pequeña sonrisa.

-¿Qué sucedió?-preguntó Jimin acercándose a su amo, se sonrojó cuando Jungkook lo tomó de la cintura atrayéndolo a su cuerpo para dejar un dulce beso en su frente. Jimin se quejó y luego señaló sus labios, con una pequeña sonrisa Jungkook también besos labios.

Los brazos de Jimin se ajustaron alrededor de su cuello mientras ladeaba su cabeza para dar mejor acceso al castaño que lo besaba profundamente, ese tipo de besos era los que más amaba Jimin, largos, suaves y profundos.

El pelinegro jadeó cuando Jungkook soltó sus labios con una ligera mordida, estaba empezando a excitarse y por mucho que le gustara la idea de mostrarle al otro gato que Jungkook era suyo no era correcto.

-Te lo diré mientras comemos.-le dijo Jungkook con la voz entrecortada, con una de sus manos tomó la barbilla del pelinegro fijando su mirada en los abultados y rojos labios de Jimin y no pudo evitar dejar otro beso en ellos.

Jimin sentía que se derretiría en esos mismos momentos si no conseguía un poco de distancia con el castaño, cada vez que se besaban era más difícil de controlar sus hormonas ¿será que su celo se estaba presentando antes?

-Espérame aquí.-pidió Jungkook y Jimin suspiró aliviado cuando el castaño dio unos cuantos pasos atrás.-Iré por una Coca-Cola de la refrigeradora y unos vasos para empezar a comer ya y hablamos.