Lovely -Kookmin-

Thirty six

Jungkook se carcomía la cabeza para averiguar qué era lo que había pasado con esos dos el día anterior ¿De qué promesa hablaban como para poner tan en alerta a Jimin?

El pelinegro vigilaba las afueras del departamento por cada ventana que había en el lugar, también se mantenía vigilándolo a él y si por alguna razón Jungkook debía salir del departamento, Jimin le convencía para que lo dejara ir con él.

-Bebé.-le llamó Jungkook al encontrar a Jimin pegado a su ventana.-¿Qué estás haciendo?

-Cuido nuestro hogar.-respondió sin despegar su mirada de la desolada calle.

Jungkook rodó los ojos mientras se acercaba al pelinegro y lo abrazaba de espalda, apretándolo a su cuerpo.

-No necesitas cuidarlo tanto.-murmuró Jungkook contra su oreja.-¿Ves aquel carro que bueno, apenas y se nota dónde está?

Jimin siguió con la mirada donde señalaba su amo y efectivamente se lograba apreciar el capó de un Nissan centra de color negro, asintió girando un poco el rostro para mirar a Jungkook.

-Son los hombres de Yifan.-le dijo con una sonrisa.-Creo que se llaman Yixing y Kyungsoo los seleccionados para mantenernos bajo cuidado y todos los días se aparcan en ese lugar para estar pendientes de cualquier movimiento extraño y reportarlo así lo más pronto a Yifan.

Jimin pudo respirar tranquilo ante aquello, pero aun así no bajaría la guardia.

-¿Crees que ellos nos podrán salvar de algún ataque?-preguntó inseguro Jimin.

-La verdad es que espero que si.-murmuró y empezó a mecerlos de izquierda a derecha con lentitud.-Yifan dice que ellos dos son los mejores de la estación, claro, después de él.

Jimin rió, debía confiar entonces en aquel rubio alto.

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Jungkook se removió entre sueños, se sentía atrapado y extrañamente húmedo, su respirar se tornaba acelerada y no entendía exactamente qué era lo que estaba pasando, un jalón repentino en su parte baja hizo que diera un respingo y despertara completamente.

-¿Ji-Jimin? ¿Q-Qué ha...? ¡Ah!

De todos los escenarios que se pudo haber imaginado Jungkook al despertar de aquella forma tan abrupta en medio de la madrugada, jamás pensó que se encontraría a Jimin entre sus piernas y con su pene dentro de la boca.

-D-Detente.-le pidió y trató de empujarlo por los hombros.

Jimin se quejó y le miró a los ojos, las luz de la luna alumbraba por completo su cuerpo y le permitía admirar al pelinegro que, con los ojos completamente dilatados, le miraba con hambre.

-Amo.-ronroneó Jimin contra el falo erecto.-Sabes muy bien.

Luego de decir aquello, Jimin siguió con su labor, lamió desde la separación de los testículos hasta la punta rosada que goteaba líquido pre seminal, su lengua trazó cada vena disfrutando de la textura hasta que estuvo de nuevo dentro de su boca.

¿Era esto algún sueño? Jungkook no sabía cómo reaccionar, estaba aturdido y excitado, pero no podía dejar llevar, así como así.

-Bebé, mi-mírame.-pidió y Jimin lo hizo, todavía con el grueso pene de Jungkook rozando su garganta.-V-Ven aquí.-Agitó sus manos para indicarle que subiera su cuerpo a su lado pero siseó cuando Jimin vocalizó una negativo que vibró en su tenso pene.

-No quiero.-dijo sacando la erección de su boca para empezar a masturbarlo con las manos.-Quiero hacerte sentir bien.

Jungkook se atragantó con su propia saliva, una de sus manos se hizo puño en la tela del cubrecama y la otra viajó hasta el cabello de Jimin. Gimió cuando el pelinegro empezó de nuevo con sus succiones y Jungkook no tuvo de otra que dejarse caer contra la cama, rendido al placer.