Forty four

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Joy caminó más tranquila hacia la salida del hospital, por lo menos ahora ya sabía qué hacer y solo era cuestión de esperar un poco más, pero mientras tanto se encargaría de cuidar a Jimin.

Flashback

-¿Puedo realmente confiar en ti?-preguntó Yoongi con una mueca.

Ambos se habían alejado unos cuantos metros de la puerta donde se encontraba Jungkook dentro.

-Escucha, yo no estuve en lo absoluto de acuerdo con lo que él hizo, conocí a Jungkook y a Jimin en la tienda para híbridos donde trabajo y me parecieron una pareja linda y completa, Sungjae está demasiado segado con el pasado y todo lo referente a Jimin, no está pensando correctamente y yo no permitiré que separe, como él quiere, a Jimin y a Jungkook.-respondió con seguridad la chica.

Yoongi sonrió de lado, extrañamente le daba una confianza instantánea que esperaba no arrepentirse de sentir.

-De acuerdo, confiaré en ti.-declaró Yoongi luego de un suspiro.-Mañana estarán dando de alta a Jungkook y lo llevaré a mi casa para que esté seguro, voy a darte una dirección y quiero que lleves a Jimin a ella ¿De acuerdo?

-¡De acuerdo!-exclamó la pelirroja al instante.-Lo llevaré sano y salvo, lo prometo.

Yoongi le dio un pequeño asentimiento para luego intercambiar sus números y enviarle la dirección a la pelirroja.

Fin Flashback.

-Solo un poco más, Jimin.-susurró para ella sola.-Pronto estarás con Jungkook.

Caminó junto al pequeño invernadero rodeada por mallas metálicas, observando las flores dentro de ella hasta que giró en una de sus esquinas encontrándose hasta al fondo a un pelirrojo que parecía forcejear con la malla que parecía haber atrapado la gasa que envolvía su brazo.

Joy consideró en pasar de largo pero la expresión frustrada del chico le hacía querer ayudarlo así que simplemente se acercó a él.

-Hola, parece que tienes problemas ahí.-dijo la chica sonriendo.

El pelirrojo le miró ofuscado y simplemente le dio un leve asentimiento con la cabeza para seguir jalando de su brazo.

-Mmm déjame ayudarte entonces.-volvió a hablar Joy.

No esperó por la respuesta del pelirrojo, simplemente llevó sus manos a la malla observando el delgado hilo que se encontraba atrapado en una punta desgastada de la malla, podía sentir la penetrante mirada del chico sobre ella, poniéndole nerviosa sin poder evitarlo.

-Listo.-dijo Joy apenas logró romper el hilo atrapado por la malla.-Creo que sería bueno que te cambiaran la venda, se ve un poco desgastada.

Joy le regaló una sonrisa amable mientras que el pelirrojo miraba desde su venda a ella sin pronunciar todavía ningún tipo de palabra.

La pelirroja espero un gracias o lo que sea del extraño pero empezó a incomodarse al solo recibir miradas penetrantes del chico así que decidió que era hora de irse.

-Hem bueno, un gusto.-murmuró la chica dando una pequeña reverencia.-Adiós.

Dio un pequeño paso en dirección a la salida y el pelirrojo le detuvo.

-¿Cómo te llamas?-le preguntó.

Un escalofrío le recorrió ante el tono grave en la voz del pelirrojo, le miró de nuevo con una pequeña sonrisa.

-Soy Joy.-respondió alegre.-¿Y tú?

-Gracias, Joy.-fue lo único que le respondió y con una reverencia se alejó de ella.

Joy revoloteó las pestañas observando como el desconocido desaparecía en la misma dirección de donde ella había aparecido, se encogió de hombros, no era como si iba a ver de nuevo al chico así que no importaba si no sabía su nombre y probablemente él olvidaría el suyo.

*********

-Ya regresé.-exclamó Joy apenas entró a su casa.

No obtuvo respuesta alguna, su casa se encontraba extrañamente silenciosa y le dio un mal presentimiento. Corrió hacia las gradas que le llevaban a la segunda planta y las subió de dos en dos hasta estar arriba, una vez ahí caminó hasta la habitación donde había estado Jimin el día anterior y suspiró al encontrarlo en la misma posición de antes.

Entró por completo a la habitación y caminó hacia Jimin, tampoco era normal que siguiera durmiendo, lo movió para que quedara boca arriba y llevó su palma a la frente del pelinegro.

-¡Pero si estas hirviendo!-exclamó asustada.

Con rapidez salió de la habitación hacia la suya donde tenía el botiquín de primero auxilios y de ella sacó un termómetro electrónico, regresó con Jimin y apuntó hacia su frente presionando entonces el botón de start.

-39 grados.-murmuró asustada.-Tengo que bajar la temperatura ya.

Corrió entonces ahora al pequeño baño del cuarto y buscó unos cuantos trapos en el cajón al lado del lavabo, luego abrió el grifo para mojar dos de ellos y luego escurrirlos para que queden templados.

Llenó un depósito con agua teniendo los paños colgando de su brazo y se hincó frente a la cama donde estaba Jimin, dejando el deposito en el suelo a su lado.

Con cuidado colocó uno de los paños sobre la frente de Jimin para luego levantarse y abrir un poco la ventana y lograr así que entrara un poco de aire.

-Vuelvo en seguida.-dijo saliendo de la habitación.

**********

Una hora luego Joy por fin logró que la temperatura de Jimin bajara a base de agua estando un poco helada con jugo de limón y los paños húmedos, Jimin parecía cooperar sin siquiera saberlo, caía inconsciente rápidamente y Joy necesitaba saber qué era lo que le estaba pasando y si Sungjae tenía que ver en ello.

Aunque ahora estaba más tranquila al saber que la salud de Jimin había mejorado.

La puerta de entrada fue azotada en esos momentos, asustándola. Caminó fuera de la habitación y bajo las gradas encontrándose con Sungjae justo en medio de la sala con la mirada pegada en su celular.

-¿Dónde has estado?-preguntó Joy.

El pelinegro le ignoró mientras escribía en su celular y Joy no hizo más que rodar los ojos.

-Jimin tenía mucha fiebre, hace poco logré bajársela porque tenía 39 grados.-volvió a hablar Joy y esta vez los ojos de Sungjae si llegaron a ella.

Sungjae dio un paso hacia las escaleras con intención de ir a la habitación donde se encontraba Jimin pero pronto fue interceptado por Joy.

-No le molestes, tu y yo tenemos mucho de qué hablar todavía.-le dijo severa la pelirroja.

-No tengo nada de qué hablar contigo.-dijo encogiéndose de hombros el pelinegro.

Mantuvieron entonces un duelo de miradas, Joy no quería dejarse intimidar por el pelinegro aun cuando su corazón dolía por todo lo que él estaba haciendo.

Pasaron casi el minuto de aquella forma hasta que se escucharon pasos apresurados en la planta de arriba.

-¡¿Amo?! ¡Jun-Jungkook!

El cuerpo pálido y asustado de Jimin se vio en la parte de arriba de las escaleras, y Sungjae corrió hasta él.

-Jimin, vuelve a la habitación...

-¡No! ¿Do-Dónde estoy? ¿Dónde está mi amo? Sungjae.-lloriqueó Jimin tratando de bajar las gradas pero fue imposible ya que el pelinegro le sostuvo por los hombros.

-Hablaremos en la habitación, voy a explicarte pero cálmate.-pidió el pelinegro y arrastró al pelinegro hacia la habitación donde los encerró a ambos.

Joy se mantenía petrificada en su lugar ante aquella nueva información, aunque realmente no quería creer lo que estaba pensando porque sabía que Sungjae no se atrevería a llegar tan lejos.

Porque él nunca traería a Jimin a la fuerza ¿Verdad?


Lovely -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora