Había pasado por lo menos un mes desde la presentación, el pelirrojo había sido uno de los mejores aquella noche y Jungkook estaba orgulloso y contento por él.
Namjoon y Jin vivían en unos apartamentos a unos pocos kilómetros del de ellos y cada vez que podían, Jimin y Jungkook les iban a visitar. Especialmente porque Jimin se había encariñado mucho con Jin.
La relación entre Jungkook y Jimin iba a paso lento pero seguro, ellos se conocían mucho mejor ahora, los gustos, disgustos y preferencias. Jimin había aprendido muchas cosas gracias a Jungkook, sobre la vida en general y ahora el pelinegro podía confirmar lo enamorado que estaba de su amo ¿era correcto? Porque no.
Jungkook se había ganado completamente su corazón siendo amoroso y cuidándolo siempre, respetándolo y preocupándose por él. Jimin por su parte trataba de comportarse y hacer feliz a Jungkook, esperaba que cuando era un gato se esforzara igual que como lo hacía en su forma humana.
Era ordenado y cuidadoso, había aprendido a cocinar gracias a Seokjin así que cuando Jungkook volvía a casa cansado porque de la universidad se encaminaba a alguna sesión de foto que se le había solicitado, de regreso solo quería ir directamente a dormir y según lo que le había informado Namjoon eso podría afectarle a su salud y Jimin no podía permitir eso.
Trató de leer con dificultad aquel libro azul que tenía en sus manos, era viernes así que Jungkook regresaría directamente desde la universidad y él apenas había empezado la tarea.
Jimin no sabía leer, cuando despertó siendo un híbrido en aquella habitación blanca estaba totalmente vacío, aquellas personas solo le habían enseñado lo que creyeron importante para ellos y la educación no era una de esas. Cuando se lo dijo a Jungkook hace unas dos semanas el castaño se comprometió con él a enseñarle y así había sido.
Siendo paciente y calmado le enseñó poco a poco el abecedario y la conexión de oraciones a Jimin, todavía le costaba un poco, pero por lo menos ya podía leer frases cortas o lo que decían algunos de los envoltorios en los frascos o botes. Jungkook le compró variedad de libros y le había dejado como tarea leer uno por uno y colocar pequeñas tiras de colores en palabras que no entendía.
Jimin estaba un poco avergonzado, el castaño también se había dado cuenta de que tampoco podía escribir, pero le dijo que irían de apoco, a veces se sentía como una carga para el castaño, pero el realmente amaba esos momentos de enseñanza porque le demostraba el interés que tenía Jungkook hacia él.
Solo falta una hora. Pensó viendo aquel objeto cuadrado con números dentro de él teniendo en el centro unos palitos que se movían lentamente, Jimin había aprendido a leer la hora fácilmente y cuando aquella manija pequeña señale al número uno, el castaño estaría entrando al departamento.
Se concentró de nuevo en aquel libro llamado El Principito, le había gustado desde el momento en que lo inició, lleno de aventuras y mensajes importantes, era uno de los mejores libros que Jungkook pudo comprarle y no veía la hora para comentarle hasta donde había logrado leer y lo que había aprendido.
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Jungkook golpeteó su mesa de trabajo un tanto estresado. Tenía que entregar un dibujo abstracto al final de clases y él no sabía que hacer exactamente.
-Pss... pss
Jungkook rodó los ojos, observó a Yoongi que había cambiado el color de su cabello a uno azul menta.
-¿Qué quieres?-le preguntó cansado mientras empezaba a hacer garabatos en su libreta.
-¿Recuerdas lo que te había contado sobre Hoseok?

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Lovely -Kookmin-
Fanfiction-Jungkook aprenderá a no dejar la ventana de su cuarto mal cerrada, si es que no quería seguir teniendo visitas no deseadas. ***** Kookmin❣️ Temática de híbrido 🐈 Jungook activo Jimin pasivo