Forty

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¿Por qué le dolía todo? Ni siquiera podía abrir los ojos porque los sentía irritados pero no podía mantenerse quieto por tanto tiempo ante aquel sonido pausado que se escuchaba a su lado, sus ojos trataron de acostumbrarse a luz apenas los abrió.

¿En dónde estaba? Habitación blanca y aparatos a su alrededor, una intravenosa se encontraba prendada a su brazo y sus cejas se fruncieron al ver otra mano sujetada a la suya, notó luego el cabello oscuro de las cuales resaltaban unas orejitas y los sollozos que desprendía.

-¿Jimin?-llamó Jungkook dando un suave apretón en la pequeña mano de Jimin. Su garganta estaba seca y rasposa pero quería saber lo que había pasado.

-¡Jungkook!-exclamó Jimin levantándose del suelo, sus ojos irritados y llenos de lagrimas le miraron con felicidad.

Le tomó unos segundos subir a la camilla, sentarse en medio de las piernas del castaño y tirarse a sus brazos pero se alejó tembloroso apenas Jungkook se quejó.

-Lo siento, lo siento.-pidió Jimin entre llantos olvidando la herida que luchaba por sanar en el costado del cuerpo de Jungkook.

-E-Esta bien, cielo.-murmuró con dificultad, el dolor que le atravesó le había dejado sin aire.-So-Solo se cuidadoso.

Jimin asintió y con delicadeza se acostó de lado contra el cuerpo de su amo, había sufrido tanto al ver que no despertaba y que hubo una posibilidad de que pudo perderle por falta de sangre. Jimin sólo necesitaba del calor de Jungkook y de escucharlo hablar.

-Pe-Pensé que te perdería, fue horrible, amo no me dejaban verte y-y...-Jimin empezó a llorar desconsoladamente, partiendole de apoco el corazón a Jungkook.

-Es-Estoy a-aquí, mi a-amor yo...-Jungkook maldijo, no podía hablar correctamente al sentir reseca su garganta.

Miró a su alrededor y se sintió aliviado al ver una pequeña mesita con una jarra con agua y unos vasos de plástico alrededor de ella, pasó su mano de arriba hacia abajo en la espalda del pelinegro, tratando de calmarlo. Los recuerdos de lo que pasó en su departamento llegando a él en ráfagas.

-No vuelvas a dejarme.-balbuceó Jimin.-Te amo, te amo, no vuelvas a hacerlo.

Jungkook besó tras la orejita de Jimin sosteniéndolo con más fuerza, un nudo se formó en su garganta y sus ojos empezaron a picar, se sentía impotente ante la situación puesto que él no había querido "dejar" a Jimin, Jungkook luchó todo lo que pudo contra esos sujetos, ni siquiera dieron atisbo de ir armados y para cuando se dio cuenta ya había sido demasiado tarde.

No se atrevió a decir nada, él estaba aliviado de que al menos no le hicieran daño a Jimin pero al final su pequeño pelinegro terminó sufriendo por su culpa. Jungkook no supo cuanto tiempo pasó luego, solo era consciente de los balbuceos y las quejas de su pequeño hasta que éste quedó dormido.

Poco tiempo después la puerta de aquella habitación fue abierta y Jungkook vio ingresar al pelirrojo que recordaba le había ayudado con uno de esos sujetos el día anterior. Pareció sorprendido al ver a Jimin sobre él pero al cruzar miradas una sonrisa cruzó su rostro.

-Veo que has despertado.-dijo el chico caminando hacia él.

-Taehyung ¿Cierto? Gracias por tu ayuda ayer.-murmuró Jungkook e hizo una mueca ante el pequeño dolor en su garganta.-¿Po-Podrías darme un vaso con...?

-Oh, claro.-dijo Taehyung y caminó hacia la mesita para llenar el vaso con el líquido transparente, luego regresó hacia Jungkook y levantó un poco la camilla para que el castaño pudiera tomar sin problemas del vaso.-Aquí tienes.

-Gracias.-dijo Jungkook y de un largo trago acabó con el agua y su sistema se lo agradeció al instante.

-Si la enfermera lo ve ahí dará un grito al cielo.-dijo divertido Taehyung mientras señalaba con la mirada a Jimin.

Lovely -Kookmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora