Se habían acostumbrado tanto al silencio durante su viaje, que tener a alguien hablando en todo momento los estaba frustrando, aunque Takemichi lo llevaba de mejor manera que Chifuyu. Lo que colmó la paciencia fue que el chico comenzara a silbar.
—¿Puedes callarte aunque sea por un minuto?— gruñó el rubio volteándose sobre sus pasos para encarar a Hakkai.
—Pero si yo voy en silencio— se defendió levantando las manos—. El sujeto que nos viene siguiendo comenzó a silbar.
El par de omegas se detuvo cuando visualizaron al chico que Hakkai mencionó. Se pusieron a la defensiva a medida que se les iba acercando. Los pilló por sorpresa que un segundo tipo apareciera por sus espaldas en una especie de emboscada.
—Hagamos esto fácil— dijo el chico a sus espaldas, rodeando el cuello de Takemichi con un brazo, mostrándole un afilado cuchillo—. Nos entregarán todo lo de valor que tengan, y así nadie saldrá lastimado.
Chifuyu comenzó a reír mientras les mostraba el contenido de sus bolsas. Sólo contaban con cambios de ropa. El dúo de asaltantes parecieron muy decepcionados. Habían estado siguiendo al trío de chicos por un buen tramo para emboscarlos y robarles sus pertenencias, pero no esperaban que fueran unos mendigos.
Takemichi se percató que el rostro de los ladrones eran una réplica del otro, y que el color de sus cabellos era una forma muy hábil de diferenciarse.
—Se ven hambrientos— dijo Hakkai a Chifuyu—. Podría conseguir algunos peces del río cercano.
El rubio se negó diciendo que no era obligación de ellos darles de comer a un par de delincuentes que habían intentado robarles. Hubo una acalorada discusión entre ambos, mientras Takemichi los ignoraba para poder conversar en un espacio apartado con los gemelos.
—Lamentamos las molestias— dijo el chico de cabello azulado, recibiendo inmediatamente un regaño de su hermano, quien le repitió que dejara de disculparse con la gente.
Takemichi tuvo que intervenir en una pelea que se generó entre ambos hermanos. Lo que logró entender de aquella discusión era que uno de ellos detestaba tener que vivir como un miserable ladrón, mientras que el otro le recalaba que era el único estilo de vida al que podía optar.
Chifuyu y Hakkai detuvieron su discusión cuando las cosas se tornaron más peligrosas entre los gemelos. Era la primera vez que Takemichi y compañía veían a alguien producir rayos con las manos.
Tristemente quien recibió las descargas eléctricas de uno de los gemelos fue Takemichi. El omega cayó al suelo quejándose de un profundo dolor, sintiendo que todos los músculos de su cuerpo se contraían involuntariamente.
—¡Perdón!— gritó el chico de cabellos azules dejándose caer a su lado, viendo lo que había causado.
Hakkai atrapó a los gemelos en burbujas enormes de agua para evitar que escapases y que causaran más daño. El peliazul no batalló luego de ser atrapado, pero su gemelo no se daría por vencido tan fácil. Fue tanta su desesperación por querer liberarse, que olvidó que el agua es un conductor de electricidad, y terminó causándose daño a si mismo cuando intentó atacar a Hakkai.
Takemichi le pidió al chico alto que liberara a los gemelos, a lo que obedeció disipando las burbujas. El pelinegro corrió hasta ellos para asegurarse de que la caída no les hubiera causado más daño.
El tipo de cabellos naranja agarró la muñeca de Takemichi y le produjo una descarga eléctrica, que hizo nuevamente al chico retorcerse de dolor. De pronto, el cuello del pelinaranja fue rodeado por una masa de agua. Estaba siendo asfixiado.
Takemichi se percató en medio de su dolor de que el ataque no había sido realizado por Hakkai ni tampoco por Chifuyu.
—No lo lastimes, Mikey— dijo extendiendo su mano para distraer al rubio con un par de rocas lanzadas hacia él.
Manjiro se veía realmente encabronado. Takemichi tuvo que golpearlo con un pilar de roca más grande para hacer que soltara al gemelo pelinaranja. Logró distraerlo lo suficiente para que Hakkai y Chifuyu se interpusieran entre los ladrones y el rubio.
—¡Un año!— gruñó sujetando a Takemichi desde su camiseta para levantarlo con brusquedad— ¡Un maldito año buscándote por todas partes!
—Me estás lastimando— se quejó agarrando las manos del alfa para que lo soltara.
Manjiro empujó con una fuerte corriente a Hakkai cuando intentó ayudar a Takemichi, enviándolo contra un árbol. El pelinegro golpeó el rostro de su hermano con su puño, logrando por fin que liberara su agarre.
—¡¿En qué estabas pensando?! Shinichiro y Emma están muy tristes por tu culpa— dijo furioso—. ¿Tienes la mínima idea de cuan preocupados están? Todos los días esperan ansiosos a que vuelvas a casa.
Takemichi agachó la mirada ¿Acaso él no lo extrañaba? En todo momento se refirió a los sentimientos de sus hermanos, pero jamás habló sobre los suyos. Si lo había estado buscando seguramente era para calmar a Shinichiro y Emma.
—Estoy vivo y bien— dijo después de armarse de valor—. Puedes regresar y decirles que no se preocupen por mí. Sólo quiero encontrar a mi verdadera familia, y ver si ahí puedo ser alguien útil.
Manjiro frunció el ceño aún más enojado. Agarró a Takemichi de la muñeca y comenzó a jalar para llevarlo consigo. Los gemelos al ver la escena se pusieron de acuerdo para atacar a Manjiro y así salvar al pelinegro. Le dieron una descarga eléctrica tan fuerte que le hicieron perder el conocimiento. Aprovecharon esa oportunidad para poder escapar dejándolo atrás tendido sobre el suelo, mientras Hakkai se llevaba al hombro a Takemichi.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
Corrieron tanto que sus pies dolían. Pero podían estar seguros de que Manjiro no los encontraría, pues el lugar a donde llegaron era de muy difícil acceso y sólo personas conocedoras del camino, podrían dar con el sitio, y en este caso esas personas serían los gemelos, quienes además se aseguraron de borrar el rastro con el que el alfa pudiese dar con ellos.
—¡Que tipo tan loco!— exclamó el pelinaranja quitándose la ropa para cambiarla por prendas secas.
—Espero que estén cómodos— dijo el otro gemelo entregándoles un vaso de agua a los viajeros.
El sitio donde habían llegado era una especie de refugio natural, aclimatado para servir como hogar. Los gemelos le explicaron que encontraron ese lugar cuando fueron expulsados de su tribu.
—No es el sitio más bonito, pero nos da calor en los días fríos y un techo donde dormir— dijo quien se presentó como Nahoya.
Souya, el otro gemelo, volvió a disculparse con sus invitados por lo ocurrido antes, diciéndoles que esa era la única forma de poder sobrevivir.
Takemichi no estaba prestando mucha atención a la conversación de los demás. Su mente estaba ocupada pensando en Manjiro y en su familia adoptiva. Le dolía el corazón el saber que sus hermanos estuviesen sufriendo por él, pero no podía dar marcha atrás cuando había avanzado tanto en su búsqueda.
Si se hubiera quedado con la tribu, habría tenido que soportar los malos tratos de la comunidad, y también el inexplicable desprecio de Manjiro hacia él.
—No creo que seas inútil— dijo Souya sentándose a su lado con una sonrisa tímida.
Takemichi le sonrió de regreso.
ESTÁS LEYENDO
Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]
FanfictionTribus que controlan diferentes elementos de la naturaleza habitan montañas, bosques y bordes de ríos, manteniéndose alejados de los asuntos de las otras comunidades. A la tierna edad de dos años, los niños demuestran tener o no el don del elemento...