Hielo

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Chifuyu acompañó a Seishu hasta su hogar charlando sobre cómo se animaría a preguntarle a Izana si podía enseñarle a controlar mejor el agua. Los dos se miraron desconcertados al escuchar gritos provenientes de la casa de Ran y Nahoya. Chifuyu pensó que su amigo podría estar en problemas, así que decidido se acercó a la puerta, pero su acompañante lo detuvo diciéndole que Nahoya se encontraba bien.

—Pero... Sus gritos— replicó confundido.

—Se lo están follando— contestó Seishu rodando los ojos obligando al menor a alejarse de la casa.

Inui rió por la reacción de Chifuyu. El chico estaba tan rojo como una manzana madura, y a pesar de que trataba de mantener una expresión seria, la vergüenza lo delataba.

El mayor le agradeció su compañía y viendo que aún estaba algo afectado por lo anterior, le invitó a descansar en su sala. Chifuyu no tuvo más alternativa que aceptar.

Si bien todas las casas tenían la misma estructura, Seishu se había encargado de realizar algunos retoques dentro para hacerla más acogedora, considerando que en unos cuantos meses nacería su bebé. Al rubio más joven le agradó cómo lucía el lugar. Por unos instantes su mente divagó e imaginó cómo sería su vida con una pequeña familia junto a Baji. La imagen mental le sacó una sonrisa. Pero había un gran problema referente a eso. Keisuke no quería ser padre. Antes del incidente de la quemadura, la pareja tenía la costumbre de quedarse hasta altas horas de madrugada charlando. Y entre los muchos temas que abordaron salió el sobre formar una familia juntos. El pelinegro argumentó que todavía eran muy jóvenes para ello, y después terminó confesándole que la idea de convertirse en padre le disgustaba pues sabía perfectamente que no tenía madera para eso. Todo lo referente a grandes compromisos espantaba a Keisuke, eso incluía también la marca. Baji ya le había dejado en claro que no lo marcaría hasta sentirse seguro de hacerlo.

—Tierra llamando a persona insoportable— decía Seishu pasando su mano por delante de la vista del otro.

—¿Cómo se siente que te marquen?— preguntó sorprendiendo al mayor.

—Qué pregunta tan rara...— dijo levantando una ceja—. En el momento es muy doloroso, luego se calma y después te he es indiferente.

Chifuyu sabía que le había preguntado a la persona incorrecta. Esperaba una mejor explicación, pero considerando el tipo de respuesta escueta que Seishu acostumbraba a dar, no comprendía porqué le había preguntado por algo así.

Le agradeció a Inui todas las conversaciones que tuvieron, y prometió acompañarlo en la noche considerando que Koko no regresaría hasta unos cuantos días más. Seishu le dijo que no sería necesario, pero Chifuyu estaba decidido en no dejarlo solo, así que tuvo que despedirse diciéndole que lo esperaría en la noche.

Salió del hogar de Inui a paso lento. Debía darse ánimos para su entrenamiento diario. Estiró sus brazos mientras se dirigía al río con la intención de practicar. Ahí quitó su camiseta ya que siempre terminaba empapada y la dejó cerca.

—Cambia la posición de tus pies— le dijeron a sus espaldas.

Al voltearse se encontró con Shinichiro y un sujeto que no había visto antes. Por la voz podría decir que la persona que le había hablado había sido él. Chifuyu asintió situando sus pies de forma diferente a la que ya estaban e intentó movilizar una mayor cantidad de agua, y quedó muy sorprendido del buen resultado que obtuvo. Intentó concentrarse para intentar congelar la masa de agua, pero fue en vano.

—No pongas cara de estreñido— le dijo Wakasa sentándose cerca mientras Shinichiro se posicionaba junto a Chifuyu.

—Waka es un excelente maestro— dijo el mayor en voz baja—. Teníamos curiosidad hacia donde ibas. Me alegra saber que aún te mantienes entrenando.

Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora