Destierro

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Al llegar a la entrada de la tribu, Manjiro le pidió a Haruchiyo que le regresara a su hijo y que regresara a su hogar al igual que Hakkai. Aún tenía temas que conversar con Takemichi y no los quería presentes.

El pelinegro se acercó lentamente a su compañero, todavía en estado de adormecimiento mental, para asegurarse que Takeo se encontraba en perfecto estado.

—Esta será la última vez que lo verás— dijo Mikey dando un paso hacia atrás, evitando que Takemichi tocara el rostro del infante—. Quedas desterrado de nuestra tribu.

El tiempo pareció detenerse para el omega. Si no fuera por el dolor constante en su cuerpo habría creído que todo se trataba de un mal sueño. Dió un paso más hacia su hijo, pero Manjiro lo apartó de él repitiéndole su sentencia. Takemichi trató de explicarle, pero el alfa no le dejaba hablar diciéndole que no quería escucharle debido a que por su egoísmo y esa estúpida idea de ir tras su verdadera "familia" había puesto en riesgo a su hijo y aquello era imperdonable para él. Takemichi no entendía porqué Manjiro estaba siendo tan cruel sin siquiera darle la oportunidad de defenderse de sus acusaciones.

Viendo que no podía seguir luchando contra una solida pared, tuvo que resignarse a cumplir. Con lágrimas en los ojos y sintiendo que su mundo se venía abajo, se dió media vuelta y emprendió camino hacia una dirección desconocida.

—¡Takemichi regresó!— gritó Souya con emoción corriendo hacia él cuando le vio a la distancia.

Manjiro cortó su camino interponiendo su brazo.

—Takemichi fue desterrado. Aquel que se atreva a ir por él puede considerarse desterrado también— comentó con seriedad.

Rindou llegó justo a tiempo antes de que Souya sin pensarlo fuera tras su amigo. El alfa batalló para sujetarlo hasta que logró que se rindiera. Souya lloraba desconsolado viendo cómo el pelinegro se alejaba cada vez más.

—Está herido— decía entre sollozos amargos—. Por lo menos hubiera dejado curarlo antes de que se fuera.

Manjiro ingresó a la tribu para poder llevar a su hijo a su hogar donde por fin podría estar a salvo. Suspiró pensando que aún debía darle la noticia a Chifuyu sobre la muerte de Kazutora.

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Chifuyu escuchó la historia de cómo había perdido a su compañero durante el rescate de Takemichi. Por lo que dijo Manjiro, Kazutora fue atravesado por una estaca de piedra persiguiendo a uno de los captores de su amigo, y cayó desde un precipicio junto con el hombre.

El omega asintió con tristeza, levantándose de la cama tan lento como una tortuga debido al dolor que aún presentaba por su reciente parto. Con determinación comenzó a guardar parte de sus pertenencias en un morral al igual que las de su bebé.

—¿Qué estás haciendo?— preguntó Mikey sorprendido.

—¿No es obvio? Me voy— dijo con una sonrisa—. Takemichi puede estar corriendo peligro por ahí solo.

Mikey le preguntó si acaso había escuchado bien la historia de cómo Takemichi los había traicionado y que gracias a él Kazutora había muerto.

—No escuchaste su versión. Yo si quiero oírla antes de juzgarlo —se colocó los morrales y con mucho cuidado cargó a Natsuki—. Además... Mi lazo con Kazutora no se ha roto aún.

Manjiro lo acompañó a la salida de la casa diciéndole que en el momento en que abandonara la tribu no podría regresar ya que estaría siendo desterrado para siempre. Chifuyu le sacó la lengua de forma burlesca. Fuera se encontraron a Inui en compañía de Kokonoi y la pequeña Aimi preguntándole al ojiazul si también iría tras Takemichi.

Un pequeño grupo se conformó dónde tambíen se les unió Souya y Rindou, este último siendo casi arrastrado por su compañero ya que no quería dejar la tribu sin embargo no podía permitirse vivir sin el omega peliazul.

—Si forman una nueva tribu, me avisan e iré de inmediato— dijo Nahoya con una gran sonrisa dándoles palmaditas en el hombro a su hermano menor—. No puedo arriesgarme a irme de aquí con Gen tan pequeño aún.

—Volveremos por ti, eso es seguro— respondió Angry desordenando el cabello de su somnoliento sobrino en los brazos del pelinaranja. El niño le sonrió haciendo ruiditos graciosos lo que tomaron como balbuceos para despedirse.

Antes de que el grupo abandonara la tribu fueron alcanzados por Wakasa quien se despidió de sus dos discípulos, en especial de aquel que tanto dolores de cabeza le había provocado. Le pidió reconsiderar el llevarse al recién nacido con él pues podría ser muy peligroso, pero Chifuyu estaba decidido a ir en busca de Takemichi y dejar a su hijo allí no era opción considerando además que su padre podría estar por ahí malherido.

—Kazutora no me perdonaría si lo encuentro y Natsuki no está conmigo— dijo con una expresión triste acariciando el rostro del bebé que dormía con la boca abierta.

—¿No te despedirás de Keisuke?— preguntó cruzándose de brazos.

Chifuyu negó con la cabeza. Si veía a Baji le daría razones suficientes para quedarse y su plan de salvar a su amigo no se pondría en marcha; Takemichi era mucho más importante en ese punto.

Con unos últimos abrazos, el grupo dejó el territorio de la tribu de Manjiro siguiendo el rastro que Takemichi había dejado al marcharse.

Mikey los vio alejarse lentamente. A su lado se posicionó Izana en silencio. El omega inclinó su cabeza a un lado preguntando qué había sucedido, pero el rubio le dejó hablando solo.

—Que maleducado— reclamó el peliblanco a Shima en su brazos.

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Takemichi abrió sus ojos cuando sintió un ardor insoportable en su rostro. Frente a él estaba Souya con una expresión muy concentrada poniendo un ungüento sobre su cara para curar sus heridas.

—No es buena idea dormir en mitad de un camino poco transitado y peligroso— regañó Chifuyu sentado a su lado mirando el cielo nocturno.

El grupo había logrado dar con el omega a las orillas del río dónde seguramente se había acercado para beber agua, pero se había desmayado antes de lograr su cometido. Nunca lo habían visto tan lastimado. Se preguntaron cómo había sido posible que Manjiro actuara tan frío ante su aspecto.

Chifuyu preguntó por lo ocurrido. Cuando Takemichi le contó, supo que había hecho bien al darle el beneficio de la duda. Sabía que el chico no haría algo para poner en riesgo a su hijo, y que además ya había abandonado definitivamente la idea de saber sobre su familia genética.

—Perdí a Takeo para siempre— comentó derramando lágrimas aún recostado sobre el suelo mirando el cielo—. Mikey ni siquiera quiso escucharme.

—Ya verás como las cosas tomarán su propio rumbo y la verdad se sabrá tarde o temprano— dijo Inui jugando con Aimi a peinar el cabello de Koko.

Takemichi asintió con tristeza.

Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora