Sintió una suave respiración cerca de su oído, lo que provocó que su piel se erizara rápidamente. Amaba despertar así, con tanta delicadeza y cariño. Una perezosa sonrisa se dibujó en su rostro, dejando escapar una risita coqueta cuando una mano acarició la piel de su cadera antes de apegarse a su espalda.
—Eres demasiado meloso— dijo después de ser besado en la mejilla un par de veces.
—Sé que te encanta que sea así— refutó antes de dejar otro beso, sin embargo esta vez en su nuca donde estaba su marca.
—No tientes tu suerte— tomó la mano del pelinegro y la guió hasta su abdomen abultado—. Esta noche me dejó dormir bien, así que por eso estoy de buen humor.
—Lo sé...sino, ya me hubieras sacado a patadas de la cama— dejó otro beso y rió cuando el omega le comentó que el bebé se había movido—. Ya se despertó.
Wakasa suspiró brevemente, pero Shinichiro lo reconfortó diciéndole que le hablaría al bebé hasta que se durmiera otra vez y así no causarle tantas molestias.
El peliblanco había descubierto su embarazo ya estando en su cuarto mes de gestación, cuando entró en razón de que su celo se había retrasado un mes. Debido a que estaba casi siempre ocupado con diferentes cosas, había pasado por alto el atraso y cuando se dió cuenta que estaba ganando algo de peso en la zona de su abdomen, fue que tuvo la sospecha. Se llevó un gran susto cuando utilizó su poder en si mismo y vio al cachorro en formación, tan pequeño como un manzana. Shinichiro al encontrarlo echo un desastre en la habitación pensó que algo malo le había pasado y después de recibir un golpe en el abdomen por ser tan insistente e irritante, fue que Wakasa le dió la noticia de que se convertirían en padres. Shinichiro estaba tan feliz que tomó al omega sin ningún problema desde las caderas y lo levantó dándole una pequeña vuelta mientras le repetía una y otra vez lo contento que estaba con aquella noticia.
—Me gustaría estar todo el día así— decía repartiendo caricias por el vientre del omega.
—Pero tienes trabajo que hacer, así que ya ponte de pie y vete— gruñó.
Shinichiro detestaba ser parte del equipo que acompañaba a Kokonoi en sus viajes de negocios, pues desde que se había enterado de que se convertiría en padre, la idea de estar mucho tiempo separado de su compañero lo enfermaba. Entonces se le ocurrió una idea en base a eso. Tal vez si fingía no encontrarse bien de salud podría evitar el tener que viajar aunque fuese una vez.
—No te hagas el enfermo— dijo Wakasa pegándole un codazo para apartarlo.
—¿Lees la mente?— preguntó asustado.
—No— respondió, más pronto añadió—. Pero eres idiota, y los idiotas son muy predecibles.
El pelinegro tuvo que levantarse ese día con el pesar de su alma.
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Wakasa se despidió de él con un corto beso en los labios, diciéndole que tenía prohibido lastimarse o morir durante el viaje, o sino él mismo se encargaría de patearle el trasero por ser tan descuidado.
El bullicio en el centro de la tribu interrumpió el momento tierno de la pareja por lo que supusieron que debía ser alguna despedida exagerada para el grupo de excursión, sin embargo cuando se acercaron a averiguar de qué se trataba tal escándalo, lo entendieron todo. Ambos quedaron boquiabiertos viendo a Chifuyu entre la multitud junto con Kazutora. El par de chicos habían logrado regresar a casa.
—Ese niño... estúpido— susurró Wakasa derramando sus primeras lágrimas—. Siempre estuvo vivo.
Shinichiro lo abrazó de inmediato. Sabía que la reacción exagerada del más joven se debía a sus hormonas alteradas, aunque su emoción de felicidad fuese real. En el fondo, Wakasa le agradecía al pelinegro que lo refugiara en sus brazos porque así los demás no le verían llorar.
—Con que sí tiene corazón— comentó Manjiro apareciendo al lado de su hermano y su pareja, con Takeo profundamente dormido—. Pensé que sólo conocía el enfado.
Shinichiro golpeó la cabeza del rubio tal como lo hacía cuando era pequeño y decía algo fuera de lugar, cómo era precisamente lo que acababa de hacer. Manjiro rió travieso. El chico comentó lo feliz que estaba por el regreso de Chifuyu, ya que eso mejoraría el ánimo de Takemichi y de esa forma por fin podría quitarse de encima el peso de cargar sobre sus hombros con la muerte de su mejor amigo, cómo lo había estado haciendo hasta ese momento.
Wakasa limpió su rostro con la camiseta de Shinichiro antes de quedarse mirando al grupo de amigos que parecían escuchar atentos a Chifuyu. Y desde la distancia en que se encontraban el mayor pudo percatarse de que había algo distinto con el chico rubio.
—¿Podrá ser?— se preguntó a si mismo analizándolo detenidamente.
Su atención se alternaba entre Chifuyu y Kazutora, y en cuanto este último buscó la mirada del rubio se dió cuenta que ambos estaban juntos como pareja. Pero no solamente estaba eso, sino que el menor inconscientemente acarició su abdomen brevemente por lo que dedujo que Chifuyu podía estar esperando cachorro.
—¿Viste lo mismo que yo?— preguntó Shinichiro cruzándose de brazos con una expresión seria.
—¿Qué te preocupa de eso?—.
—Que el cachorro no sea de su nuevo compañero— respondió antes de suspirar—. Si el bebé resulta ser hijo de Keisuke, y éste llegara a enterarse, estoy muy seguro que no dudará en matar a Kazutora para recuperar a su familia.
Shinichiro y Wakasa estaban al tanto del último encuentro de Chifuyu y Keisuke debido a que el omega llegó dónde ellos para que le ayudasen a curar sus heridas, en especial la fea quemadura en su espalda que era lo que más le dolía. Aquel día el peliblanco estaba dispuesto a darle una buena paliza a Baji, pero Shinichiro le dijo que él se encargaría de eso.
Pero nada era como parecía. Cuando Shinichiro encontró a Keisuke encerrado en su casa, el alfa más joven estaba atormentándose por lo que había hecho quemando la piel de sus brazos y tórax. El pelinegro confesó haber perdido el control durante su celo mientras estuvo con Chifuyu, pero todo se debía a que no podía medir la fuerza e intensidad de su poder.
"Lo quemé...tratando de acomodarlo para que...dejara de sentir dolor" confesó con voz triste en aquella oportunidad.
Keisuke también le contó el verdadero motivo del porqué había decidido romper el lazo con Chifuyu. Estaba aterrado de que pudiese perder el control en un futuro, y si tenían un cachorro, le daba tanto miedo hacerle algo a él o ella también.
"Chifuyu lo es todo para mí. Tuve que ser cruel con él para que me odiara y se alejara de mi por su seguridad".
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Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]
FanfictionTribus que controlan diferentes elementos de la naturaleza habitan montañas, bosques y bordes de ríos, manteniéndose alejados de los asuntos de las otras comunidades. A la tierna edad de dos años, los niños demuestran tener o no el don del elemento...