Seishu abrió la puerta después de que la golpearan insistentemente. Puso mala cara cuando Hakkai apareció con ojos rojos y un gran puchero.
—No hay nadie en casa— dijo cerrándole la puerta en la cara.
La bebé en sus brazos comenzó a reír al escuchar los golpes en la puerta otra vez. Seishu suspiró molesto. No recordaba en qué momento se había convertido en el pañuelo de lágrimas de sus amigos, pues siempre que tenían algún problema llegaban a él primero. No los entendía; nunca los trató bien y tampoco utilizaba las expresiones correctas para decir lo que estaba sintiendo.
—¡Taka-chan me engaña!— chilló el alfa entrando a la casa, sin siquiera preguntar. No se iba a arriesgar a que el rubio le cerrara la puerta en la cara otra vez.
—Para ser engaño ¿No deberían tener una relación primero?— preguntó pasándole a Aimi cuando ésta estiró sus bracitos hacia el alfa—. ¿O se volvió amigo de otro tipo?
Hakkai hizo un gran drama diciéndole que estaba siendo muy cruel con sus palabras al desmerecer todo el trabajo que había hecho hasta ese momento para mejorar su relación con Mitsuya. Y si alguien como Seishu, que pasaba por alto muchos detalles de la vida de los demás, consideraba que lo que tenía con el chico de cabellos lila no era más que una simple amistad, significaba que había fracasado por completo.
Inui quería golpearlo, pero le había prometido a Kokonoi que no se mostraría violento delante de Aimi. Bufó sentándose delante del alfa llorón para escuchar la historia del porqué creía que Mitsuya le era "infiel". Tuvo que recordarse la promesa otra vez, pues definitivamente Hakkai estaba exagerando.
—No puedo creer que este gran escándalo que acabas de hacer es porque lo viste conversando y chocando el puño con uno de los nuevos— dijo Seishu sintiendo su mano temblar por las ganas que tenía de golpear a Hakkai por hacerle perder su preciado tiempo.
—¡Pero él ni siquiera me deja tocarlo!— dijo exagerando su reacción—. Cuando lo he intentado, golpea mis manos o me aparta lejos de él.
El rubio se dió cuenta del triste trasfondo de la situación. Mitsuya todavía no superaba el trauma de su secuestro, o por lo menos no al nivel que Souya y Chifuyu, quienes podían salir de casa o realizar más actividades donde se veían relacionados con otros alfas. Incluso le había llegado el rumor de que Souya se había enlazado por fin con Rindou.
—¿Has logrado hablar con él de lo sucedido aquella vez?— preguntó cruzando una pierna sobre la otra.
Hakkai guardó silencio por unos segundos. Le explicó que intentó hacerlo un par de veces, pero que no había conseguido hacer que Mitsuya hablara en lo más mínimo del tema, y si lo lograba, el chico decía encontrarse bien antes de cambiar la conversación. El alfa estaba desesperado por tener un poco de contacto con el pelilila, aunque fuese un pequeño roce de manos. Pero ni siquiera eso conseguía de su parte.
Inui entonces pensó en algo. Tal vez sería algo cruel, pero a esas alturas Hakkai no tenía nada más que perder. Le explicó su plan maestro. El alfa tendría que dejar su hogar atrás y mudarse a otra casa. Podrían pedirle a Takemichi ayuda con eso, o al noviecito de Souya o Nahoya.
—Intenta hablar con él nuevamente, y si su respuesta sigue siendo la misma, quiere decir que no necesita tu ayuda y todo este tiempo te estuviste desgastando por nada— dijo con firmeza.
Hakkai guardó silencio mientras la niña en sus brazos dormía con una pequeña sonrisa.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~
El peliazul inhaló tanto aire como pudo antes de entrar a casa. Al abrir la puerta fue recibido por Luna y Mana de forma afectuosa con un gran abrazo. Si las cosas no resultaban bien con Mitsuya, le dolería tanto dejar atrás a las niñas que ya veía como sus hermanas pequeñas.
Takashi desde la habitación de sus hermanas dándole la bienvenida antes de seguir con lo suyo, que era ordenar y limpiar el cuarto que compartía con ellas.
Hakkai le pidió a las pequeñas unos minutos a solas con el omega para poder charlar, a lo que niñas accedieron diciendo que irían a fastidiar a Takemichi y al bebé.
—¿Qué pasó?— preguntó Mitsuya viendo a las niñas salir de casa.
—Quiero que hablemos seriamente— dijo sentándose sobre la cama que el mayor ocupaba.
Takashi suspiró diciéndole que si iba a insistir sobre el tema de su secuestro, podía olvidarse de aquello, pues no sería algo de lo que iban a conversar. Hakkai le dijo que estaba muy preocupado por la forma en que le había afecto y sin querer confesó haberse sentido celoso de la interacción que le vio tener con ese tal "Draken".
—Ya te dije que estoy bien— gruñó harto por la insistencia del más joven.
—Si estás bien, entonces toma mis manos— dijo extendiéndolas frente a él.
Mitsuya apretó su mandíbula con fuerza, sin embargo fue incapaz de hacer lo que el otro le pedía. Hakkai dejó caer sus brazos cuando se convenció de que el mayor no iba a tocarlo. Suspiró diciéndole que ya no iba a fastidiarlo más y que dejaría de interponerse en su camino para que pudiese ser feliz con Draken, con quién si tenía la confianza para tocar sus manos.
Hakkai estaba dejando ir al amor de su vida sólo para que pudiese estar cómodo con alguien que no le generase estrés, pensando en todo lo que hubo de trasfondo.
—Draken no sabe de lo que pasó— dijo rascando su nuca— Así que no puede juzgarme, ni tampoco ensuciarse si lo toco.
Hakkai se sintió increíblemente culpable por haber orillado a Mitsuya a hablar sobre eso. Pero así pudo entender qué pasaba por la cabeza del mayor y la razón detrás de su tendencia a evitar todo contacto físico con él.
Mitsuya dió unos pasos atrás al notar la intención de Hakkai en acercársele. Le pidió que no cometiera una locura cuando el alfa extendió sus brazos hacia él. Se sintió acorralado cuando ya no tuvo más camino por dónde retroceder, quedando apegado contra la pared a sus espaldas. Hakkai se acercó un poco más para finalmente envolver con sus brazos la figura del mayor.
El alfa recordó las ocasiones en que su hermano mayor lo golpeó tan fuerte que le fracturó algunos huesos. Ese mismo dolor trajo de regreso ese recuerdo cuando Mitsuya le fracturó las costillas utilizando accidentalmente su poder para alejarlo. Pero Hakkai no lo dejaría ir tan fácil. Era la única forma de poder espantar a los fantasmas de aquellos días que atormentaban al chico.
—Detente— decía Mitsuya más aterrado del daño que estaba provocando en Hakkai, que ya en su temor.
—Quiero que veas lo limpio que estoy...a pesar de abrazarte— dijo soltándolo por fin—. No estás sucio. Por favor, Takashi... Déjame ayudarte en esto.
Mitsuya sonrió levemente estirando su puño a Hakkai para que éste lo chocara con el suyo. El alfa accedió de inmediato. El mayor bajó su mano temblorosa y le pidió que accedería a recibir su ayuda siempre y cuando le diera tiempo y dejara de ser tan insistente. Hakkai había conseguido el pase libre para poder curar la gran herida emocional que su destinado cargaba con él.
ESTÁS LEYENDO
Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]
FanfictionTribus que controlan diferentes elementos de la naturaleza habitan montañas, bosques y bordes de ríos, manteniéndose alejados de los asuntos de las otras comunidades. A la tierna edad de dos años, los niños demuestran tener o no el don del elemento...