Hakkai se disculpó con Manjiro por haberse excedido al momento de golpear a Keisuke. Cuando lo hizo no pensaba en nada más que proteger a Chifuyu del sujeto que instantes atrás lo había intentado golpear. Mikey lo tranquilizó diciendo que era la única forma de contenerlo. Para evitar más problemas, el líder le pidió al más joven llevar a Baji a su hogar para que se recuperara.
-Listo- susurró Hakkai luego de dejar al pelinegro en el sofá de la sala.
-Chi...fuyu- murmuró Keisuke estirando su mano para agarrar la tela del pantalón del otro alfa.
Hakkai vio sobre la mesita de centro una bandeja de metal con algunos objetos pequeños. Cuando Keisuke rodeó su pierna con su brazo, el alfa peliazul lo golpeó con esa bandeja debido al susto que le provocó. Se disculpó repetidas veces por su reacción antes de huir de la casa.
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Souya le enseñaba a la bebé cómo debía de darle caricias en la cabeza Chifuyu, pero por más que lo intentara, la pequeña pelinegra terminaba dándole jalones de mechones al rubio.
-Se está esforzando- susurró Chifuyu abrazado a Aimi.
Seishu se sentó frente a sus invitados de brazos cruzados y un semblante muy serio. Aclaró su voz para llamar la atención tanto de Chifuyu como de Souya, tuvo que contener la risa cuando su hija posó sus ojos verdes en él e hizo un ruidito adorable.
-Antes de regañarte, te daré la chance de explicar qué fue todo lo que vimos antes- dijo el rubio frunciendo el ceño.
Cuando Chifuyu tuvo la intención de contarle absolutamente todo desde un comienzo, se vio interrumpido por unos insistentes golpes en la puerta. El chico trató de no reflejar su esperanza de que aquel persona tras la puerta fuese Baji, buscándole para pedirle perdón por lo ocurrido. Chifuyu estaba dispuesto incluso a regresar a casa con él si se lo pedía en ese mismo momento. Pero su desilución fue grande cuando fue Hakkai quien entró a la casa, cargando en sus brazos un montón de prendas de vestir que el rubio reconoció como suyas.
-¿Me echó de casa?- preguntó sintiendo como su corazón se rompía, con un tono de voz tan triste que la bebé en sus brazos hizo un gran puchero antes de largarse a llorar.
De pronto tenían a Chifuyu llorando a coro con Aimi, abrazados entre sí, mientras los demás intentaban consolarlos.
-Él no te echó. Seguramente todavía sigue aturdido en su sofá- decía Hakkai en pánico viendo la forma de cómo calmarlo-. Yo me tomé la molestia de sacar tu ropa de ahí. No puedes volver a esa casa hasta que las aguas se calmen.
-¿Por qué está aturdido?- preguntó limpiando el rostro de la niña con un pañuelo que le entregó Seishu.
-Se pegó en la cabeza... Pero eso no importa ahora- dijo rápidamente.
El resto del día, Seishu le dió un discurso/regaño sobre aprender a respetarse como persona, y que por muy enamorado que estuviese de Keisuke, no debía preocuparse por él en lo más mínimo, ya que había dejado en evidencia que era alguien sumamente peligroso, y que en una siguiente oportunidad no se detendría y el golpe si lo daría. Chifuyu se mantuvo en silencio en todo momento y con la cabeza gacha. No le gustaba cuando Seishu lo regañaba porque siempre terminaba amenazándolo de golpearlo con una roca si no le obedecía.
-Puedes quedarte en mi casa- dijo Souya cuando surgió el problema de dónde pasaría la noche el chico rubio, tomando en cuenta que no podía regresar a su hogar todavía.
Chifuyu actuó testarudo diciendo que no era necesario que se preocuparan por él, ya que podría arreglárselas para hallar un sitio donde dormir. Viendo que sus amigos seguían insistiendo tuvo que decir el verdadero motivo por el cual estaba rechazando sus ofertas, en especial la de Souya. Su celo está pronto a llegar, por lo que quería incomodarlos, en especial al peliazul, considerando que aún no se enlazaba a Rindou.
"Es un mentiroso" pensó Souya con tristeza.
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Chifuyu detestaba ese lugar. Pero no tenía otra alternativa. Abrió la puerta de la habitación y creyó que podría estar bien hasta que vio una enorme araña esconderse bajo la cama.
-¡No hay manera! Prefiero dormir en el bosque- se dijo cerrando la puerta de la habitación.
Tuvo la intención de quedarse en el antiguo refugio que tiempo atrás ocuparon para pasar sus celos, pero viendo el deterioro y la acumulación de insectos horribles, era más seguro dormir en el bosque, puesto que ahí los insectos tenían cosas más interesantes para hacer que acercarse a un triste humano dormido. Pero Chifuyu sería inteligente; no se quedaría dónde estaba acostumbrado a ir cuando escapaba de casa luego de una discusión con Keisuke. Buscaría un sitio difícil de acceder, o lo crearía él mismo.
Chifuyu tuvo la suerte de encontrarse con la madriguera de un cerdo salvaje que tiempo atrás vivía en ese bosque. Se tuvo que armar de valor para quitar todas las alimañas y vegetación seca de su interior. Pero ya a mitad de la noche pudo celebrar que tenía un pequeño lugar donde descansar.
-Los omegas de esta tribu son realmente extraños- dijo Kazutora sobresaltándo al rubio, que terminaba de alejar las últimas ramas.
-¿Desde cuándo estás ahí?- preguntó con la mano sobre su pecho sintiendo su corazón latir con rapidez debido al susto que le había dado.
-Desde que empezaste a limpiar- respondió encogiéndose de hombros, caminando hasta el otro- ¿Haces esto siempre? Digo ¿Qué tiene de malo descansar en una cama?
Chifuyu mintió diciéndole que de vez en cuando le gustaba salir de excursión y ponerse en contacto con la naturaleza, y coincidentemente ese era el día para realizar todo aquello.
Kazutora estalló en risa, diciéndole que tenía una muy extraña costumbre, lo que confirmaba su creencia sobre los omegas que habitaban en ese territorio.
-Haruchiyo va a encajar muy bien en este lugar- dijo mientras del suelo sacaba unas rocas para crear un asiento fuera del refugio natural de Chifuyu-. Espero que no te moleste que me quedé aquí. Me da pereza regresar a la tribu, así que dormiré en este sitio. Así también podré protegerte en caso de que alguien venga.
Chifuyu se preguntó quién era la persona que Kazutora había nombrado, pero en realidad el sueño era más grande en ese momento que su curiosidad. Ya podría consultarle en la mañana, por lo que luego de darle una última mirada, se adentró en el refugio para recostarse en su cama improvisada de hojas.
Cuando el sol salió y sintió el trinar de las aves del bosque, Chifuyu se sorprendió de encontrar a Kazutora plácidamente dormido, rodeando su cuerpo con su brazo y pierna.
-¡¿Qué haces aquí?!- preguntó apartándolo con su pie.
-Tenía frío, y tú también... Te quejaste por casi una hora sobre eso mientras dormía- dijo restregándose los ojos.
-Mantente alejado de mí... Tengo compañe- - se dió cuenta de lo que estuvo por decir por lo que aclaró su garganta para corregirse-. Tengo una enfermedad muy contagiosa.
Kazutora levantó su ceja intrigado. Era bastante obvio que Chifuyu mentía, pero aún así le preguntó cuál enfermedad lo aquejaba para ver hasta donde era capaz de llegar con su invención. El rubio trató de explicarle, incluso fingió tener tos, lo que terminó provocando la risa del otro. Kazutora desordenó su cabello antes de salir del refugio.
-Espero que te mejores pronto entonces- dijo despidiéndose con la mano, dándole la espalda-. Charlaremos después.
Chifuyu sonrió victorioso. Últimamente sus mentiras mejoraba ya que varios parecieron creerle.
N/A: El siguiente capítulo se pondrá algo intenso 👀
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Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]
FanfictionTribus que controlan diferentes elementos de la naturaleza habitan montañas, bosques y bordes de ríos, manteniéndose alejados de los asuntos de las otras comunidades. A la tierna edad de dos años, los niños demuestran tener o no el don del elemento...