Un pasado latente

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Con mucho cuidado logró meter su mano dentro de la prisión, sonriendo con tristeza cuando Keisuke la sujetó con delicadeza.

—¿Por qué te sientes tan real?— preguntó el alfa dejando un beso en el dorso de su mano.

Chifuyu acarició el rostro del pelilargo, diciéndole que era real y que no lo estaba imaginando. Sin embargo Keisuke negó con su cabeza diciéndole que había muerto y que era su imaginación quien le estaba jugando una mala pasada.

Desde que el rubio se había enterado de lo que había ocurrido, iba todos los días a visitarlo para hacerle saber que estaba vivo, con la esperanza de que se pusiera bien y poder sacarlo de su encierro, todo bajo la atenta supervisión de Kazutora, quien lo alejaba en cuanto se daba cuenta que Keisuke perdía el control y así evitar que lastimara a su compañero.

Chifuyu siseó sacando su mano de la "jaula" cuando Keisuke comenzó a irradiar demasiado calor. Kazutora le pidió que congelara las paredes para comodidad del alfa, a lo que el rubio lo hizo de inmediato.

—No ha mejorado en nada— susurró ocultando el rostro en el pecho de Kazutora cuando lo abrazó.

—Dale más tiempo— dijo besando su frente.

Cuando estaban por retirarse de regreso a su hogar, notaron la presencia de hombres que no habían visto antes. Supieron que algo no andaba bien cuando se dirigieron directamente hacia la prisión de Baji.

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Cada cierto tiempo, la tribu sufría el ataque por parte de otras comunidades debido a que estaban prosperando rápidamente y se habían instalado en un buen territorio. Pero los ataques habían considerado bastante luego de que se hiciera conocido el nombre de Mikey, y éste había ganado fama de ser extremadamente violento cuando un grupo de guerreros provenientes de una de las tribus de las montañas había intentado invadir su territorio y además tratar de llevarse a unos cuantos omegas con ellos, entre ellos un desprevenido Takemichi que corría a refugiarse a casa con su pequeño hijo en brazos. Aquel día Manjiro demostró que nadie podía meterse con su compañero y salir impune de ello.

—Creo que te has excedido— dijo Takemichi viendo el cuerpo congelado y destrozado del sujeto que minutos antes había intentado llevárselo con él.

—Yo creo que no fue suficiente— dijo meciendo al inquieto niño en sus brazos que aún lloriqueaba después del miedo que había sentido al verde envuelto en un intento de secuestro—. Debería de enviarles un mensaje a su tribu.

Los hermanos Haitani se acercaron a Manjiro jalando un par de cadenas que ataban a uno de los sobrevivientes del grupo de ataque. El hombre estaba muy golpeado, pero se mantenía en una postura recta demostrando que no se doblegaría ante una tribu "inferior".

Manjiro esperó a que los demás aparecieran con el resto de los sobrevivientes. Takemichi suspiró diciéndole que no era necesario todo ese espectáculo.

Otro sujeto fue acercado dentro de una burbuja de agua creada por un muy orgulloso Chifuyu, quien ya demostraba su pancita bajo su ancha camiseta.

—Este imbécil casi libera a Baji— dijo apuntándolo con su pulgar, riendo al escuchar su queja de dolor al dejarlo caer frente a Manjiro—. En definitiva, panzón peleo mejor.

Kazutora se aproximó arrastrando desde su pie a otro de los sujetos del grupo, regañando a Chifuyu por exponerse al peligro de esa forma, sin embargo lo felicitó por haber mejorado en la potencia de sus puñetazos.

Hakkai llegó con dos chicos bajo sus brazos, diciendo que uno lo había atrapado Seishu y que casi lo mataba por asfixia.

Rindou, que aún sujetaba la cadena del hombre de gran tamaño, vio no tan lejos como los gemelos lidiaban sin tantos problemas con el último guerrero de la tribu atacante. Hizo un ruido gracioso cuando vio que el tipo alcanzó a jalar el cabello de Nahoya y lastimarlo delante de Souya. Pobre hombre, no sabía lo que se le avecinaba. El peliazul lo derribó de un sólo puñetazo y continuó golpeándolo en el suelo una y otra vez hasta que sintió que le había generado el suficiente daño por atreverse a lastimar a su hermano mayor frente a sus ojos. Tomó al chico desde la camiseta y el pantalón, y lo arrojó junto con los demás con una fuerza verdaderamente sobrehumana.

—Esta noche cojo— dijo el alfa con una sonrisa lasciva.

—Mejor ve a calmarlo antes de que lastime a alguien— lo regañó Ran quitándole la cadena y entregándosela a Hakkai.

Ran sabía por experiencia propia lo peligroso que podía llegar a ser Souya una vez que se alteraba al punto en que se encontraba. En una oportunidad, mientras entraba a casa con unas maderas que utilizaría para un mueble para el pequeño Gen, golpeó accidentalmente a Nahoya en la cabeza provocándole un leve sangrado. Justo en ese momento había llegado Souya a ayudar con el cuidado del bebé como lo hacía casi a diario, y al ver a su hermano mayor lastimado perdió el control. Ran supo que no todos los omegas eran débiles cuando de fuerza bruta se trataba. Si Nahoya golpeaba fuerte, Souya lo hacía el triple. Ese día el alfa terminó con un par de costillas y un brazo fracturados.

Con todos los intrusos atrapados, debían tomar la decisión sobre qué hacer con ellos. Manjiro propuso de inmediato eliminarlos, pero Takemichi se opuso rotundamente. Estuvieron discutiendo por un largo rato, sin siquiera escuchar la opinión de los demás.

—Si nos dejan vivos, volveremos con más hombres y los haremos sufrir de maneras inimaginables— dijo el hombre interrumpiéndolos.

Mikey sonrió caminando hasta él, ignorando a Takemichi quien le pedía no cometer una locura.

—Ese chico que tienes de compañero es un inútil— dijo agachándose para encarar a un serio Manjiro, que frunció levemente el ceño—. Me sigue sorprendiendo que aún esté vivo... Es un debilucho, justo como su madre.

Takemichi no alcanzó a detener a Manjiro antes de que éste desatara su furia contra el hombre. El Omega lo vio convertirse en una especie de estatua de hielo que fue derribada de una rápida patada. El hombre se quebró en muchos pedazos al caer al suelo.

—Nadie habla así de mi compañero— dijo Manjiro descubriendo los ojos del niño que aún cargaba en sus brazos—. No quiero sobrevivientes.

Un "sí" se escuchó por parte de los presentes antes de que se llevaran al restante del grupo lejos de la vista de los niños de la tribu.

Takemichi seguía en shock mirando los trozos de hielo que minutos antes habían sido un hombre que mencionó algo importante de su pasado.

Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora