Día nevado

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Souya agitó sus manos para lograr disipar los nervios que sentía. Era la cuarta vez que intentaba abrir la puerta y salir de casa por si solo.

—Yo puedo con esto— se dijo sujetando el pomo de la puerta.

—¿Estás seguro de que no quieres que te empuje fuera? Siento que eso te falta para quitarte el miedo— dijo Nahoya meciendo sus pies sentado sobre la mesa de la sala, divertido por la escena que su hermano estaba montando.

El peliazul le pidió no ser tan cruel con él, considerando lo mucho que se estaba esforzando para poder salir de casa y así conocer al cachorro de Seishu y Hajime.

Souya en un impulso abrió la puerta y se encontró parado en la entrada a Ran con un bulto en los brazos. El alfa le agradeció su buena educación mientras entraba a la casa a toda prisa. Nahoya levantó una ceja,  confundido por la extraña actitud de su compañero. Unos quejidos encendieron las alertas en los gemelos. Smiley le preguntó a Ran qué traía en los brazos, a lo que el pelilargo le respondió que un bebé, quitando la manta que cubría al pequeño. El recién nacido era Shima, el hijo de Kakucho e Izana.

—¡¿Por qué demonios tienes un bebé?!— preguntó alterado Nahoya bajando de la mesa.

—Me lo robé— dijo con naturalidad con una pequeña sonrisa.

—¡¿TE ROBASTE UN BEBÉ?!— gritó Nahoya. Ran definitivamente hacía cosas que lo sacaban de quicio, pero con eso se había lucido.

Mientras la discusión se daba entre la pareja, dónde Ran intentaba explicarle la razón del cómo logró sacar al bebé de la casa de sus amigos sin que se dieran cuenta, y Nahoya trataba de alcanzar su cuello para estrangularlo; el pequeño Shima llegó a los brazos de Souya, quien presenciaba la discusión con mucha diversión.

Rindou apareció en la sala después de escuchar el escándalo desde el baño, y cuando vio a Angry con el bebé en los brazos luciendo muy adorable, sintió que su corazón se derretía de amor. Pero luego pensó en lo más importante ¿De dónde diablos había salido ese bebé?

Souya sonrió al notar la presencia del alfa cerca de él y le mostró al recién nacido en sus brazos, ignorando por completo la discusión de la pareja tras ellos.

—Se parece a Izana— dijo acercándose más al bebé para inspeccionarlo de mejor manera.

—Es su hijo— dijo Ran muy divertido, lo que le valió más regaños por parte de Smiley por atreverse a ignorarlo en medio de la pelea.

Rindou llevó dramáticamente la mano a su frente. Y como si ya hubiera sabido lo que ocurriría, golpearon la puerta tan fuerte que pensó que la derribarían. Caminó hasta la puerta y al abrirla, Izana entró a la casa insultando y maldiciendo a Ran, creando una lanza de hielo con la que intentó atravesar al alfa. Kakucho le dijo que no fuera tan lejos por una broma de mal gusto de parte de Ran. Pero Izana estaba furioso; el pelilargo le había hecho vivir los momentos más angustiosos de su vida cuando entró al cuarto del bebé y no lo encontró ahí.

—Lamentamos las molestias— dijo Souya entregándole el bebé a su padre.

—Creo...que eso debemos decir nosotros— respondió viendo cómo Izana quebraba la mesa con una patada que falló al intentar darle a Ran.

Izana se detuvo cuando el ruido que estaba provocando despertó al bebé, quien lloraba a todo pulmón. El peliblanco le dijo que Ran que después arreglaría cuentas con él, caminando hacia su retoño.

Rindou se preguntó cómo su hermano y Kakucho podían estar tan enamorados de un par de omegas tan violentos; Nahoya a pesar de que parecía feliz todo el jodido día ocultaba una personalidad grosera y agresiva tras su permanente sonrisa en su rostro. En tanto, Izana era impredecible en cuanto a su forma de ser. Pero algo habían aprendido de él, y es que el peliblanco era peligrosamente violento, y sumado a su fuera sobrehumana, lo convertían en una persona de mucho respeto, incluso para su mismo compañero.

Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora