Souya corrió hasta los demás que aguardaban a la salida de la "pequeña tribu".
—¿Y Chifuyu?— preguntó Takemichi inclinando su cabeza a un lado.
El chico peliazul se sonrojó furiosamente diciendo que estaba muy lastimado aún y que no podría acompañarlos en su viaje. Los otros dos se lamentaron por la situación, pero considerando el estado en que lo habían visto, lo mejor era dejarle descansar.
Takemichi volteó una vez más y vio que Manjiro le observaba de brazos cruzados con un rostro a pesar de que otros le estuvieran hablando. Tragó saliva, acariciando la marca en su nuca que aún seguía estando muy sensible.
—Le prometimos que cuidaríamos de tí— dijo Hakkai con una pequeña sonrisa para inspirarle confianza—. Después de que me amenazara, me di cuenta que tiene que estar asustado de que algo malo te pase.
—¿Los amenazó?— preguntó parando en seco.
Sus acompañantes hicieron todos sus esfuerzos por cambiar de tema o por lo menos para bajarle el perfil al problema, pero Takemichi no iba a dejar pasar algo así. Les dijo que aguardaran dónde estaban para poder regresar con Manjiro.
Hakkai y Souya vieron a la pareja discutir hasta que el omega le dió una bofetada que resonó con fuerza, pues fue escuchada perfectamente por ellos que estaban a una buena distancia. Fue inevitable hacer un gesto de dolor, acompañado de un siseo.
Takemichi regresó con ellos echando humo por las orejas, diciendo que el alfa era un verdadero idiota y que debió haberle pegado con un muro de roca en lugar de haberse ensuciando las manos con él. Sus amigos no querían hablar para incomodarlo, pero fue el mismo pelinegro que les contó parte de su conversación. Manjiro resultó abofeteado porque se había atrevido a tratarlo como inútil, así como lo había hecho toda su vida.
—Yo no soy inútil— sentenció haciendo un mohín, avanzando con seguridad en dirección hacia donde Hakkai había indicado que estaba su antigua tribu.
—Me alegra saber que ya te diste cuenta de eso— dijo Souya con una pequeña sonrisa.
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El viaje hasta la tribu se suponía que tardaría poco más de una semana, pero se había tenido que extender debido a que no habían considerado que el celo de Souya estaría pronto a llegar.
Takemichi tuvo que construir una especie de "habitación" para que el otro omega pudiese resguardarse dentro hasta que su celo pasara.
—Espero que Inui y Chifuyu estén cuidando bien de Nahoya— dijo Hakkai viendo las chispas de la fogata frente a ellos, subir y perderse en el cielo nocturno.
—Aún sigo sin creer que haya dejado a Souya alejarse tanto de él para un viaje tan peligroso como éste— comentó Takemichi volteando los pescados que estaban asando para comer.
Hakkai le comentó que se lo permitió para que el chico aprendiera a vivir de manera independiente, pues no toda la vida podrían estar juntos. El viaje podría hacer que Souya forjara un carácter más fuerte. Takemichi exhaló agachándose para tomar uno de los pescados y probarlo. Estaba perfecto. Mientras el alfa le conversaba sobre otros temas, el pelinegro se dedicó a preparar un plato con el pescado desmenuzado para poder llevárselo a Souya, junto con una buena cantidad de agua que Hakkai había puesto en un par de cantimploras. Takemichi se disculpó con el más alto para poder ir con Souya y darle lo que habían preparado para él.
Hakkai decidió alejarse unos cuantos metros, pues de todos los omegas del grupo, Souya tenía las feromonas más potentes. Recordó la vez en que los gemelos pasaron por su celo y terminaron causando un gran problema pues habían atraído unos cuantos alfas. Pensó que aquella noche no sería la excepción cuando escuchó pasos ligeros tratando de pasar desapercibidos en medio de la oscuridad.
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Resiliencia [Omegaverse] [Tokyo Revengers]
FanfictionTribus que controlan diferentes elementos de la naturaleza habitan montañas, bosques y bordes de ríos, manteniéndose alejados de los asuntos de las otras comunidades. A la tierna edad de dos años, los niños demuestran tener o no el don del elemento...