Betty se sirvió la cerveza, se tomó un largo trago y miro a la pelirroja. —Definitivamente es buena idea, solo serán un par de tragos para distraerse—
Cheryl asintió, un tanto confundida, y junto a la rubia empezó a tomar cerveza mientras disfrutaban el perfecto paisaje que les brindaba California, pero Betty solo lo miraba a él, con esas otras chicas, y eso provocaba que su sangre ardiera.
Pero es que Jughead siempre fue muy sociable, amable y servicial con todo el mundo, ya sean hombres, mujeres, niños o ancianos.
Se acabaron las cervezas, y Betty fue por más; Seguiría tomando, y Cheryl empezaba a darse cuenta de lo que estaba pasando.
—Betty, ya deja de tomar— Exigió Cheryl, arrebatándole la botella de cerveza. —¿Por qué? ¿Acaso estas celosa?—
Betty empezó a reír a carcajadas, como si le hubiesen contado el mejor chiste del mundo. —¿Perdón? ¿Celosa por un chico que no es mi novio? Cheryl, estas mal amiga, tomate un trago— Invito, tomando una copa para llenarla, pero estaba desperdiciando mas de lo que caía en la copa.
Cheryl rodo los ojos y le quito la copa para que dejara de desperdiciar la cerveza, y la miro. —Mira...te vas a embriagar y tus padres y hasta los míos van a matarme. Deja las malditas cervezas, Betty— Exigió.
Betty suspiro pesadamente, bajando la mirada. —Tienes razón, dejaré la cerveza—
Cheryl sonrió con superioridad. —Eso es, Betty querida. Me gusta que me hagan caso—
Betty sonrió, mirándola. —Tomemos whisky—
La sonrisa de Cheryl se borró y se convirtió en la expresión de una persona ya enojada. —¡Elizabeth Cooper! ¡Te exijo que dejes el alcohol en este...!— Dejo de hablar cuando la rubia ya había desaparecido para ir por mas alcohol.
Betty se fue corriendo a la licorería por mas alcohol, y uno aun mas fuerte; Su familia no estaba nada mal, económicamente hablando. Por eso, lo que se había gastado en alcohol no era nada para ella.
Cuando volvió hacia Cheryl, esta la estaba esperando de brazos cruzados, realmente enojada.
—Vas a dejar de tomar esa basura en este momento, Betty— Exigió la pelirroja, mirándola, desafiante.
Betty negó, con una sonrisa burlona. —Oye, ahí viene Toni—
Cheryl soltó una pequeña risa. —Buen intento, pero no voy a...
—¡Chicas!— Chillo Toni, corriendo hacia ellas.
Cheryl se giro inmediatamente y atrapo a la morena en sus brazos, en un cálido abrazo con un beso en la cabeza. —Te estaba esperando, Tt—
—Si, mi primito me dijo— Respondió, separándose del lindo abrazo y mirando a su alrededor, confundida. —Oye... ¿Betty no estaba aquí hace un momento?—
Cheryl sintió su corazón dar un salto cuando miro a su alrededor y Betty ya no estaba. —Oh no... nuestros padres me mataran. Creo que ella está muy ebria—
—Ay por Dios... hay que buscarla Cheryl, puede meterse en problemas— Advirtió Toni.
—Tienes razón... vamos a buscarla— Dijo la pelirroja, alarmada y nerviosa, dispuesta a buscar a la rubia.
Cheryl y Toni empezaron la exhaustiva búsqueda en aquella playa, pero mucha gente empezaba a llegar a esa hora, y se hacia difícil; Cada segundo que pasaba era una tortura para las dos, porque no sabían en donde podría estar Betty o en que problemas se podría meter andando ebria por la playa.
Jughead se dio cuenta de que las chicas buscaban algo, y se les acerco, preocupado, sobre todo porque no vio a Betty con ellas. —Chicas... ¿Qué pasa? ¿Y Betty?—
—Precisamente a ella la estamos buscando, vago. Se nos perdió y está muy ebria, créeme— Aseguro Cheryl, asustada. —¡Betty! ¡Aparece niña!— Exclamo la pelirroja, desesperada.
—¿De casualidad no la viste, Jug?— Le pregunto Toni, preocupada.
—Las ayudare a buscarla, vamos— Exigió Jughead, asustado, empezando a caminar en busca de la ojiverde en la playa.
—¡Alguien se ahoga!— Grito una mujer, asustada, señalando el agua.
El pelinegro, la morena y la pelirroja vieron hacia la dirección que señalo la mujer, y había una persona hundiéndose en el agua junto a un tono rojizo alrededor, que parecía sangre, y mucha.
Cheryl y Toni casi entraron en pánico mientras Jughead se iba corriendo al agua para rescatar a esa persona, como parte de su deber como salvavidas de esa playa.
Él le pedía al cielo que esa persona no fuera Betty.
Nado hasta llegar a esa persona, se sumergió para llegar a ella, porque se estaba hundiendo, inconsciente en el agua, y la tomo en sus brazos para nadar de regreso a la orilla.
Cuando salió del agua con esa persona en sus brazos, se dio cuenta de que era Betty, sangrando por un evidente golpe en la cabeza y totalmente pálida, sin respirar, sin mostrar signos de vida.
—Ay por Dios... ¡Betty!— Grito Cheryl, llorando, corriendo hacia Jughead.
—Jughead ha salvado muchas vidas... sé que hará algo— Aseguro Toni, también muy preocupada.
Las personas se acercaron a la escena y rodearon a los chicos para ver a Jughead una vez mas en acción. El estaba tan asustado que su corazón golpeaba con fuerza su pecho, aunque ya hubiera hecho esto antes.
La dejo delicadamente sobre la arena de la orilla de la playa y empezó a hacer presión en su pecho con ambas manos, para tratar de sacar el agua de sus pulmones y su estómago.
Presionaba y presionaba, pero estaba siendo inútil; Betty no estaba reaccionando y no mostraba señal alguna de que fuera a hacerlo.
Su pequeño cuerpo frio, inerte y totalmente pálida piel, sin reacción alguna, hicieron que Cheryl y Toni quisieran entrar en pánico mientras Jughead seguía haciendo presión contra su pecho sin éxito.
—Betty, Betty por favor, no te vallas nena, resiste— Suplico Jughead, con los ojos cristalizados, empezando a darle respiración boca a boca.
Él había deseado probar sus labios desde el primer día en que la vio, pero en este momento lo estaba haciendo para salvarle la vida, si es que podía.
En eso, llegaron los padres de Betty, quienes no sabían por que había tantas personas agrupadas allí.
Cuando vieron que se trataba de su hija menor, también entraron en pánico y se acercaron rápidamente.
—¡Elizabeth! ¡Elizabeth!— Exclamo Alice, arrodillándose ante su hija, llorando desesperadamente.
Hall se arrodillo junto con su mujer y miro a Jughead, llorando. —Por favor sálvala...
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