—¿Betty?— La llamó la voz de Jughead, justo detrás de ella.
Betty se espantó, y se puso de pie rápidamente, buscando con la mirada de en dónde había escuchado esa voz, o que era parte de su imaginación y sus pensamientos.
—Betty— La volvió a llamar la voz de Jughead, apareciendo frente a ella.
Betty dió un pequeño salto del susto que se llevó al tener al mismísimo Jughead frente a ella, en este momento.
Era él, sin duda; Era el, mirándola con sus profundos ojos azules, con esa cara de perro arrepentido y el cabello alborotado.
—Jughead...— Murmuró la rubia, mirándolo con los ojos abiertos como platos y el corazón levemente acelerado. —¿Que... Que haces aquí?—
—Vine a recuperarte— Contestó el chico, sin dejar de mirarla fijamente. —Vine a recuperarte porque te amo, Betts. Te amo como no amé a nadie antes y no tolero perderte. Eres la madre de mi único hijo. No sé cómo, pero quisiera buscar la manera de que me perdonaras—
Betty tomó aire para responder, pero en ese momento, llegó Alice con el niño ya más tranquilo en sus brazos, y la mayor se detuvo en seco al encontrarse con Jughead.
Y Julian, abrió los ojos bien grandes, bajó de inmediato de los brazos de su abuela y corrió hacia su papá, tan feliz que hasta temblaba.
—¡Papi! ¡Papi! ¡Papi! ¡Si! ¡Mi papi!— Gritó, abrazándolo.
Jughead sonrió, muy contento por ver al niño, su hijo, su sangre. Su retoño de amor con la mujer de su vida. Lo abrazó y le dió tantos besos en la carita que perdió la cuenta.
—Mi niño... No te imaginas lo mucho que papi te extrañó— Aseguró Jughead, tan feliz que empezó a llorar mientras abrazaba a su hijo y seguía llenándolo de besos. —Te amo muchísimo hijo—
—Te amo mucho mucho papi— Contestó el menor, refugiado en el hombro de su padre.
Betty sonrió y su corazón se llenó de tanta ternura, que no pudo evitar que se le escaparan algunas lágrimas, pero de felicidad.
Felicidad de ver lo mucho que Jughead amaba a su hijo Julian, y lo mucho que su hijo amaba a su papá.
Alice se acercó a Betty mientras ésta aún miraba la tierna escena. —¿Por qué no me dijiste que Jughead vendría a ver a Julian tan pronto?—
Betty la miró y se encogió de hombros. —Supongo que... Lo olvidé—
Y es que era mentira; Jughead no dijo que iba a llegar a California. Solo llegó y ya, pero eso de que el la quería recuperar a ella, y que aún la amaba, no salía de su cabeza.
Julian no quiso separarse de su padre ni un minuto. Por eso, Betty y Jughead llevaron a su hijo a jugar a la playa, juntos, en compañía también de Alice.
El sol de la tarde tornando el cielo de naranja y las relajadas olas del mar, con ese encantador sonido.
Betty y Jughead viendo al fruto de su amor correr y saltar contento por la arena de la playa, con su pequeña pala roja y su cubo verde en mano para hacer castillos de arena.
Mientras Alice observaba contenta a su nieto y le tomaba fotos, la rubia más joven y el pelinegro tenían cosas qué tratar.
—Jughead— Lo llamó Betty, mirándolo. —Dime la verdad. ¿Qué haces aquí realmente?—
Jughead la miró. —Te lo dije, vine a recuperarte a ti y a mi hijo. Vine a recuperar a mi familia—
—Pero... ¿Que hay de tu trabajo? ¿Cómo hiciste para tomarte el tiempo y venir hasta acá?—
—Tomé mis vacaciones por adelantado— Respondió Jughead, sonriéndole, hasta que esa sonrisa se borró. —Escucha... Se que no me perdonarás de la noche a la mañana y que tal vez este no es el mejor momento, pero metí la pata, y metí la pata enserio. Por eso vine a tratar de reparar el daño que hice. Te amo y no voy a dejarte ir tan fácil—
Betty le sonrió levemente, y en ese momento su pequeño hijo se les acercó, corriendo.
—Mami, papi... Castillo, ayuda— Pidió el pequeño, señalando el castillo de arena que había empezado a armar.
—¡Ya oyeron al niño! ¡Vengan a ayudar!—Exigió Alice, desde donde estaba el pequeño castillo de arena.
Betty y Jughead fueron juntos a ayudar a su hijo con el castillo de arena, y también con la ayuda de Alice, lo construyeron juntos. Se pasaron aquella tarde como si nada hubiese pasado entre ellos, en familia.
Incluso los dos fueron los que llevaron a su hijo a dormir, cuando éste ya no podía más con el cansancio. Lo llevaron a su cama, lo arroparon y dejaron besos tiernos en su mejilla.
Se quedaron un momento admirando a aquel dulce niño que habían engendrado aquí mismo en California, orgullosos del fruto de su amor, y cuando salieron de aquella habitación, era hora de hablar.
—Betts... Escucha— Le pidió Jughead, tomando aire, mirándola. —Lamento mucho lo que pasó. Es que... Es que sentí muchos celos. Pensé que tarde o temprano encontrarías a alguien mejor que yo y te ibas a aburrir de mi. Hay muchos hombres que te codician, porque eres realmente preciosa y... Y eres demasiado para mí, no te merezco—
—No, Jughead— Negó la rubia, posando una mano en su mejilla y sonriéndole. —Eres suficiente para mí, y no creo que hubiese podido encontrar a un mejor hombre. Responsable, sencillo y amoroso, además de trabajador—
—Me sentí muy inseguro, Betty. Me volvía loco cuando otro hombre te miraba con otros ojos o que te mensajearan. Lo siento tanto... Te juro que nunca quise lastimarlos a ti o a Julian, las cosas que dije no eran ciertas, solo estaba enojado, asustado, irritado. No me justifico, pero estoy realmente arrepentido Betty, lo siento— Se disculpó Jughead, empezando a llorar.
Betty lo abrazó, y no pudo evitar llorar también. —Tambien lo siento Juggie. Siento haber dicho cosas hirientes, tratarte mal y lamento que mi orgullo no me permitiera decir todo lo que siento, perdón— Sollozó.
—Te amo, y nunca podré dejar de hacerlo— Confesó Jughead, sin soltarla.
—Te amo Jug— Respondió Betty, aún en el abrazo.
Hubo reconciliación, y es el primer paso para cerrar las heridas 🥺🥺❤️Samy ❤️
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♡Amor de Verano♡ ▪Bughead▪
Fanfiction¿Que pasaría si te enamoraras de una persona que sólo verás en un verano?