Se fueron los días, y llego el día de la escapada de Betty con Jughead; Iban a ser apenas unos cuantos días libres, pero eran suficientes como para ir a California y pasarla bien, y aun mas con esa compañía.
Betty preparaba su mochila cuando llego Jughead en su auto, y bajo para ir directo a la casa de la rubia, a recogerla.
El la miro con una sonrisa cuando la vio con ese suéter más grande que ella, color rosa, con un unicornio en medio y con una adorable coleta. De su mochila colgaban muchos animalitos diminutos.
Betty noto la manera en la que el ojiazul la miraba, y después de recoger su mochila sonrió, acercándose a él. —¿Qué pasa? ¿Tú por qué me miras así?—
Jughead negó, dejando un delicado beso en su frente. Nada, te ves adorable. —¿Nos vamos?—
Betty asintió, y entonces ambos fueron en el auto del ojiazul al aeropuerto; Cuando se sentaron a esperar su vuelo, Jughead tenía a Betty tomada de manos, y ella estaba algo ansiosa. De ahí surgió una duda.
—Nena... ¿Puedo preguntarte algo?— Le pregunto Jughead, mirándola.
Betty asintió, mirándolo, algo extrañada. —Claro, lo que quieras—
—¿Le contaste a alguien que te ibas conmigo a California? No sé, a tu familia o amigos...— Pregunto Jughead.
—Yo... sí. Les conté a mi familia que iba a salir y a mis amigos también. No puedo salir, así como así, o creerán que me desaparecí— Mintió, divertida.
Ella no le había contado a nadie a donde iba exactamente, pero les había hecho saber a su familia que saldría. No les dijo a donde, pero les aviso que saldría.
—De acuerdo, solo preguntaba porque pensé que habías salido sin avisar nada, se preocuparían si haces eso— Aseguro Jughead, posando una mano en su mejilla.
—Descuida, ya no soy una niña— Le recordó la rubia al chico, divertida.
—Igual se podrían preocupar, pero si tú lo dices...— Contesto Jughead, encogiéndose de hombros y besando su cabeza.
Su vuelo iba a salir, y ellos tomaron su avión; Uno al lado del otro, abrazados, ella aferrándose a él, mientras el la abrazaba también. El avión despego e iban en silencio, solo abrazados.
Jughead iba del lado de la ventana, mirando las nubes, y cuando volvió a mirar a Betty, noto que ella se había quedado profundamente dormida. No es que ella acostumbrara a dormirse en los aviones durante el vuelo, pero estaba tan tranquila que se quedó dormida ahí, al lado de él, sintiendo su calor.
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—Betts... Betts... despierta— La llamo Jughead, dejando varios besos en todo su rostro. —Ya llegamos, el avión está aterrizando—
Betty empezó a abrir los ojos lentamente, y Jughead aún seguía dejando besos en todo su rostro, como la forma menos agresiva de despertarla.
Ella levanto la mirada y se encontró con la sonrisa del chico al mirarla, haciéndola sonreír a ella también. —¿Entonces ya llegamos?—
—El avión está aterrizando— Aviso Jughead, abrazándose a ella.
Betty sonrió con la idea de estar una vez mas en California, y se quedo abrazada a el hasta que el avión aterrizo y los dos tomaron en el aeropuerto un auto que también le pertenecía al ojiazul. Tomaron ese auto hasta la cabaña que Jughead había comprado.
Era una cabaña realmente grande. El pelinegro estaciono el auto frente a esa maravillosa cabaña de dos niveles, con enorme balcón, jardín y piscina trasera, y llevo su mochila y la de Betty al interior de la cabaña, directo a la habitación en la que se quedarían.
Después de dejar el equipaje en la habitación, Jughead salió a la sala de la cabaña en busca de Betty, pero no la encontró. Tampoco estaba delante de la cabaña.
Hasta que la busco en el patio trasero, en donde estaba la piscina; Ella parecía niña pequeña, mirando todo, encantada, fascinada.
Jughead se acerco a ella y la abrazo por detrás, besando su mejilla. —¿Qué haces, hermosa?—
—Es que me encanta estar aquí otra vez. El viento, el sonido de las olas de la playa... ¿Qué es lo primero que vamos a hacer? ¿Ya iremos con JB y con tu papá?— Pregunto la ojiverde, girándose a mirar al chico.
—Lo que quieras— Dijo Jughead, dejando repetidos besos en su mejilla.
—¿Lo que yo quiera?— Pregunto Betty, mirándolo con asombro en sus ojos.
—Lo que quieras, pequeña— Aseguro el ojiazul.
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—Si... Jug... así— Gimió ella, mientras el pelinegro la tenía contra el piso del cuarto, arremetiendo con violencia dentro de ella.
—Si, nena... gime para mí, estamos solos bebé...— Murmuro Jughead en un gemido contra su oído, entrando más profundo y rápido contra ella.
Jughead la tenia debajo de él, besando su cuello y pechos mientras entraba y salía de ella, cada vez mas profundo, y tomo una de sus piernas, elevándola y dándole un nuevo ángulo mientras lo hacían.
El supo que le encantaba cuando escuchó que sus gemidos eran casi gritos, y ello los acerco a los dos a su poderoso orgasmo que los atrapo de repente, apoderándose de todos sus sentidos y haciéndolos temblar ya por segunda vez en el día.
Ya cuando se habían recuperado, los dos se quedaron en el piso, besándose con delicadeza y dulzura; Estaban tan excitados que no quisieron llegar a la cama para lanzarse el uno al otro.
—¿Y ahora qué?— Pregunto Betty en voz baja, empezando a acariciar el pecho y el torso desnudo de Jughead.
Jughead dejo un beso en su mejilla y se abrazo a ella. —Ahora, señorita... vamos a descansar un poco, comeremos algo y después iremos con mi papá y con Jellybean—
Betty se emociono como niña pequeña y aplaudió, y luego hizo un silencio. —Si, pero... será mejor que no nos bañemos juntos—
—¿Qué? Pero... ¿Por qué?— Pregunto Jughead, confundido y algo decepcionado.
Betty suspiro, mirándolo. —Sabes perfectamente que ninguno de los dos puede mantener el control—
—Oh, por eso— Admitió Jughead, besando rápidamente sus labios. —No importa, si se trata de ti, no me importa perder el control—
—Tampoco a mi— Contesto Betty, volviendo a besarlo.
Visita a la familia Jones 😍
Samy ❤
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♡Amor de Verano♡ ▪Bughead▪
Hayran Kurgu¿Que pasaría si te enamoraras de una persona que sólo verás en un verano?