Después de ese encuentro con Jughead, Betty no dejo de pensar en él; Paso un fin de semana entero pensándolo, y lo que ella no sabía es que a el le pasaba exactamente lo mismo.
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Betty estaba entrando a casa de sus padres, para pasar a verlos a ellos y a los gemelos antes de irse a hacer las cosas que normalmente hace día tras día.
Trabajo.
—¡Tía Betty!— Chillaron los gemelos de pelo rojo, corriendo a los brazos de Betty.
Betty abrió sus brazos, feliz, y tomo a los dos pequeños de tres años; Sus sobrinos se convirtieron en la adoración de la familia Blossom y los Cooper desde que nacieron, desde antes de nacer, incluso.
Ella les lleno las caritas de besos mientras los dos menores la ahogaban en sus pequeños abrazos, hasta que Polly se les acerco, divertida.
—Van a ahogar a su tía, niños, ya— Exigió Polly, mirándolos, divertida.
—Son los niños mas amorosos de este mundo— Admitió Alice, acercándose mientras su esposo Hall la rodeaba con su brazo.
—Vengan a despedirse de papi, pequeños— Pidió Jason, con una sonrisa, acercándose a sus hijos y abrazándolos.
La verdad es que Junniper y Dadwood eran dos niños felices, amorosos y rodeados de amor, con padres muy unidos, mas que nunca. Los padres de Betty seguían igual de unidos, y en general los Cooper y los Blossom estaban muy bien, aunque no se pudiera decir lo mismo de todos los Blossom.
Betty salió de casa de sus padres, y empezó a caminar al Pop's; Había quedado de encontrarse con Cheryl, antes que nada, pero mientras caminaba al Pop's, sentía pasos detrás de ella.
Ignoro eso por completo, pensando que se trataba de su imaginación, pero esos pasos se sentían cada vez mas cerca y empezaban a darle miedo.
Asustada, se giro y saco una pistola eléctrica de su bolsillo. —¡Da la cara y deja de...!
Ella hizo silencio y bajo la guardia de inmediato cuando vio de quien se trataba; Era Jughead, con ambas manos en alto como reflejo de defensa, con una camisa blanca que tenia los primeros botones sueltos, haciendo que la mirada de la rubia se desviara un poco.
—Lo siento, Betts. Solo quería saludarte, lo juro— Aseguro Jughead, acercándose a ella lentamente.
Betty soltó un suspiro de alivio. —No me asustes así. ¿Acaso me estabas espiando?—
—¿Qué? No... solo... solo pasaba por ahí, te vi y quise saludarte, de verdad— Mintió. —Me toca trabajar a las diez de la mañana y te quería saludar—
Betty sonrió levemente, acercándose a él. —Esta bien, te creo, supongo. Es un placer verte—
—Oh no, el placer es todo mío. Bueno... ya te saludé, supongo que ya debo dejarte— Admitió Jughead, algo nervioso.
Betty soltó una pequeña risa. —Esta bien, espero que nos podamos ver muy pronto Juggie—
—Si, y además espero poder invitarte a salir pronto— Dijo el ojiazul, retirándose mientras le guiñaba un ojo.
Betty sonrió mientras lo veía irse, y se giro para retomar su camino al Pop's. Mientras caminaba al Pop's, esa sonrisa no se le borraba; La forma en la que el la hacia sentir hasta la asustaba un poco.
Llego al Pop's, y su amiga, casi hermana pelirroja la estaba esperando mientras se tomaba una malteada, y cuando la vio, se puso de pie y ambas se abrazaron cuando se encontraron.
—Entonces empezaste a tomar malteadas sin mi— Reclamo Betty, separándose del abrazo con una sonrisa.
—Es que tardaste Betty querida— Se justifico Cheryl, mirándola con una ceja alzada. —¿Por qué tan feliz?— Le pregunto mientras tomaba asiento nuevamente.
La sonrisa de Betty se hizo mas grande mientras esta se sentaba frente a la pelirroja. —No me lo vas a creer. He vuelto a encontrarme con Jughead—
Cheryl empezó a ahogarse con la malteada que se estaba tomando y empezó a toser. —¿Qué? ¿El chico de California?—
—Si, ese mismo, pero ya cálmate, respira— Le pidió Betty, divertida, poniéndose de pie y acercándose a Cheryl para acariciar su espalda.
Después de que la pelirroja proceso la noticia, las dos se sentaron en calma para seguir conversando al respecto.
—¿Jughead se mudó a Riverdale?— Pregunto, aun sin poder creerlo. —¿Por qué?—
—No sé, me dijo que por su trabajo, ahora es un doctor— Contesto la ojiverde mientras se tomaba su malteada.
Cheryl sonrió, pero esa sonrisa de repente se borró. —¿Y no has sabido algo de Toni?—
Betty suspiro y tomo las manos de Cheryl por encima de la mesa. —Creo que Toni sigue en California, Jughead vino a vivir aquí solo—
Cheryl bajo la mirada, decepcionada, y volvió a mirar a Betty, fingiendo su mejor sonrisa. —Bueno, al menos tu volviste a encontrarte con tu príncipe azul—
Betty la abrazo. Desde que no volvió a ver mas a Toni, la pelirroja no ha vuelto a ser la misma y Betty lo sabía.
Mas tarde, la rubia y la pelirroja se separaron para cumplir con sus responsabilidades correspondientes, la vida de adulto, trabajo, trabajo y mas trabajo.
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Ya la tarde iba cayendo y el sol iba pintando el cielo de naranja desde el horizonte cuando Jughead había terminado su turno en el hospital; Tenia lo que restaba de la tarde y toda la noche libre, y estaba sumamente aburrido mientras vagaba en las calles de Riverdale.
Eso fue hasta que vio una figura bastante conocida a lo lejos, caminando en las calles; Era Betty, con una remera fresca de flores, blanca con girasoles en todos lados, el sabia que esa era su flor favorita.
El la vio dirigirse al Pop's, y aunque sabia que estaba mal tal vez, la siguió hasta allá hasta que la vio entrar, y se quedó mirándola desde afuera, por la ventana.
La vio sola, en una de las mesas del Pop's, con esa malteada de fresa que tanto le gustaba, hasta que tomo valor y se digno a entrar; Cuando lo hizo, la mirada de la rubia se enfocó enseguida en él.
El también pidió una malteada y fue a acercarse a ella. —Buenas tardes, señorita. ¿Puede un desconocido como yo sentarse al lado de una dama como usted?—
Betty asintió con una sonrisa, mirándolo. —Para mí sería un honor—
Esto solo estaba siendo el principio de algo gigantesco.
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