Las semanas seguían pasando, y el vientre de Betty se veía cada vez más abultado, aunque no exageradamente; Nadie sabia aun sobre su embarazo, y después de intentar abortar al bebé sin éxito, ella no volvió a ser la misma. Al parecer, se sentía un tanto culpable aún.
Jughead nunca la dejaba sola, a menos que tuviera que trabajar; El se la pasaba del trabajo hacia Betty, y nada más. La situación no estaba nada fácil y los estresaba a los dos.
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Sábado por la mañana, y Betty estaba comiendo papas fritas en el Pop's con su mejor amiga Verónica; No habían tenido tanto tiempo para compartir como antes, porque la morocha estaba sumergida en el mundo de la maternidad con su bebé Vanessa.
Betty ya le había dicho a su mejor amiga sobre su embarazo, hasta le había dicho lo de su intento de aborto el otro día, y estaba desahogándose con ella.
—Me siento como un monstruo, Verónica. Te juro que me di cuenta de que estaba haciendo las cosas mal cuando lo vi. ¿Cómo iba a sacar a ese bebé de ahí? ¿Cómo iba a permitir que mataran a ese pobre niño? Dios...— Se lamento, comiendo papas fritas mientras sus ojos se cristalizaban.
Verónica suspiro, escuchándola atentamente y tomándola de las manos por encima de la mesa. —Deja de comer y escúchame, Betty. Fue un error y al menos te diste cuenta de que estabas haciendo algo malo a tiempo. ¿Entendido?—
Betty asintió, mirándola. —Puede que tengas razón, pero lo que estuve a punto de hacer no me deja dormir. Quisiera poder pedirle perdón al bebé— Confeso, tomando otra papa frita para llevársela a la boca.
—Dime una cosa, Betty. Si no quisiste deshacerse de tu bebé... ¿Significa que lo quieres? ¿Sientes algo por él o ella?— Le pregunto la morocha a su mejor amiga.
Betty hizo un silencio, mirándola. —No lo se. No quise que lo mataran, pero justo ahora... no me lo tomes a mal, pero justo ahora no siento nada por él, o ella. Aun no creo que yo este preparada para ser madre. No se si podre con esa responsabilidad tan grande—
—Betty, es que no hay un manual para ser mamá— Aseguro Verónica. —Mira... Archie y yo deseábamos convertirnos en padres, pero no teníamos la más mínima idea de como serlo. Y mira, la pequeña Vane es nuestra vida entera. Algo me dice que cuando lo tengas en tus brazos lo vas a amar como a nada en este mundo. Te lo digo por experiencia—
—Eso espero— Contesto Betty, bajando la mirada.
Después de esa charla con Verónica, Betty contacto a Jughead para que ambos fueran a encontrarse en el parque desde que este terminara de trabajar y agotar su turno en el hospital, y eso hicieron. Se encontraron en el parque y se sentaron en una banca en un largo silencio. Desde lo del bebé, las cosas estaban extrañas entre los dos últimamente.
—De acuerdo... se que quieres decirme algo, pero hace rato que estas callada. ¿Qué ocurre?— Le pregunto Jughead, posando una mano en su mejilla.
Betty no le dijo nada, pero lo que no le dijo con palabras, se lo dijo con un beso lento y tierno; Atrapo los labios del chico en un beso que lo dejo confundido, pero que el no rechazo; Se besaron, pero con toda la ternura del mundo, con lentitud.
Tras separarse de ese beso mágico y que tanta falta hacía, mantuvieron sus frentes unidas y los ojos cerrados, y sonrieron involuntariamente. Jughead fue el primero en abrirlos y luego dejar un beso pequeño en la frente de su novia.
—¿Y eso por que, nena?— Le pregunto, mirándola con una sonrisa.
—Eres mi novio— Contesto, encogiéndose de hombros. —Que las cosas estén tensas entre nosotros no significa que yo haya dejado de amarte—
Jughead sonrió y la tomó de ambas manos, besándolas. —Tampoco he dejado de amarte ni un poco—
Betty le sonrió y tomo aire. —Entonces vamos con mis padres—
Jughead abrió los ojos como platos, mirándola. —¿Qué? ¿Con tus padres? ¿Ahora?—
—Si, ahora— Exigió. —Hace casi un mes les dije que le presentaría a mi novio y no lo he hecho. Así que, si no vas ahora, pensaran que me lo invente. Menos Cheryl, porque ya lo sabe—
Jughead tomo aire. —De acuerdo, pero... ¿Les dirás de tu embarazo?—
—No lo sé— Contesto Betty, mirándolo. —Jughead... voy por el tercer mes de mi embarazo y sabes que ese bebé va a crecer. No voy a poder seguir ocultándolo mucho tiempo—
—Lo se nena, pero... tus padres van a querer matarme— Dijo Jughead, divertido.
—No te preocupes Juggie. Desde el día que me salvaste la vida en la playa aquella vez... te ganaste tu lugar en mi familia. Todo saldrá bien, lo prometo— Aseguro Betty, besando su mejilla. —¿Vamos?—
Jughead asintió, y tomados de las manos fueron hasta la casa Cooper; Al llegar, Betty fue quien toco la puerta, y fueron recibidos por Hall.
Hall sonrió al ver a su hija menor, pero cuando vio a Jughead abrió los ojos como platos y lo miro de arriba abajo.
—Hola, papá. ¿Te acuerdas de Jughead?— Le pregunto Betty a su padre mientras rodeaba al ojiazul con su brazo.
—Hola señor Cooper— Saludo Jughead.
Hall respondió abrazando a ambos chicos, dejando a Betty y a Jughead confundidos y algo sorprendidos.
Hall se separo y los miro, con una sonrisa. —Claro que me acuerdo del amable muchacho que te salvo la vida, hija— Aseguro Hall, contento.
En eso se acercaron Polly y Alice, cada una con alguno de los gemelos en brazos, y su impresión al ver a Betty junto a Jughead fue similar.
—Valla... veo que viniste muy bien acompañada— Admitió Polly, mirando a su hermana menor junto al ojiazul con una ceja alzada, dejando a Dadwood en el piso.
—¿Qué hacen ahí, niños? Pasen y Hall, cariño, ya déjalos en paz por favor— Le pidió Alice a su esposo, divertida, mientras se retiraba a la sala de estar aun con su nieta Junniper en brazos.
Fue muy buena la primera impresión y todo iba bien por el momento, pero aun no pasaba la peor parte.
¿Cómo decirle a los Cooper que el estaba saliendo con su hija, y de paso avisarles que el la había embarazado? Tal vez eso no termine del todo bien.
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