Betty asintió y salió a la playa antes de que su familia continuara advirtiéndole de los peligros que se podría encontrar, pero esa noche no se imaginaba que su vida cambiaría para siempre.
Caminaba por la playa, y el sol ya había caído; La luz de la luna alumbraba las suaves y calmadas aguas de la playa iluminada por las estrellas abundantes de aquella noche.
Eso le transmitía tanta paz que se empezaba a preguntar si iba a querer irse cuando tuviera que hacerlo.
Ella paso por una pequeña cafetería que se encontró en esa hermosa playa llena de luces, y le llamo la atención; Tal vez ahí tenían las ricas malteadas que ella solía comprar en Pop's, porque le hacían falta.
Entro a aquella cafetería y no había muchas personas; Era un lugar cálido y de energía agradable, recordándole al Pop's.
Casualmente, en ese preciso momento entro Jughead. Saludo a algunas de las personas que se encontraban ahí y se acerco al mostrador, queriendo encontrarse con el encargado, pero entonces la vio.
Vio a la rubia que estaba a su lado en ese preciso momento y eso movió algo en él; Ese cabello rubio suelto, libre y ondulado largo, esos brillantes ojos esmeralda y esa sonrisa que indicaba que ella estaba feliz en ese momento. Quedo tan impactado que no noto la presencia del encargado de la cafetería cuando llego.
—Disculpe... ¿Tiene malteadas?— Le pregunto Betty al de la cafetería.
—Claro que sí, señorita. ¿De que la quiere?— Pregunto.
—Fresa por favor, para llevar— Pidió la ojiverde.
—Enseguida señorita— Aseguro el encargado, retirándose a buscar el pedido de la rubia.
Betty esperaba su malteada, y Jughead aun la observaba, pensando en la mejor manera para hablarle, porque de verdad quería hacerlo.
Finalmente aclaro su garganta y se acerco un poco más. —Hola— Saludo gentilmente.
Betty lo miro y al principio no supo que decir, teniendo a ese apuesto chico alto, de pelo negro y abundante y con ojos profundamente azules, penetrantes, pegados a ella.
—Hola— Contesto ella, algo tímida.
—Aquí esta, señorita. Disfrútela— Le dijo el chico de la cafetería a Betty, pasándole la malteada con una sonrisa.
Betty le sonrió, tomando su malteada. —Gracias— Agradeció, para entonces retirarse.
Jughead se quedó mirándola mientras caminaba para salir de la cafetería, y hasta su manera de caminar le atraía, le parecía atractiva la manera en la que ella caminaba.
—Despierta tigre— Le dijo el chico de la cafetería a Jughead, divertido.
Jughead volvió a tener la cabeza en la tierra y miro a aquel chico. —Lo siento, Max. Vine a verte y veo a esa chica... ¿Sabes quien es? No la había visto—
Max se encogió de hombros. —Tampoco la había visto antes, puede que sea parte de la familia que vino aquí de vacaciones. Ve y pregúntale tu mismo—
Jughead miro la dirección a la que se fue la chica, y luego a su amigo Max. —Nos vemos luego— Se despidió, para luego retirarse rápidamente.
Betty, por su parte, salió de aquella cafetería y ya se había terminado su malteada mientras caminaba por la playa llena de luces, aunque al mismo tiempo desierta.
—Hey, chica nueva— La llamo una voz, acercándose a ella.
Betty se giro a mirar quien la llamaba, y se encontró otra vez con aquel chico de la cafetería que la saludo. —Hola... ¿Puedo ayudarte en algo?—
Jughead negó, mirándola. —No, solo que no tuve la oportunidad de presentarme. Soy Jughead Jones, un placer— Se presento, estrechándole la mano.
Betty lo miro de arriba abajo y estrecho su mano con la de él, algo desconfiada. —Soy Elizabeth Cooper, pero me llaman Betty. Un placer también. Adiós— Se despidió, dándole la espalda para irse a casa.
—Espera, Betty— Le pidió Jughead, siguiéndola. —¿Eso es todo? ¿No me dejaras acompañarte a tu casa o algo así?—
Betty lo miro y rodo los ojos. —¿Por qué tendría que hacerlo? No te conozco, perdón. Hasta luego— Le volvió a dar la espalda para irse, caminando rápidamente.
—De acuerdo, soy un desconocido, pero no tengo motivos para hacerte algo— Contesto el ojiazul, aun caminado detrás de ella. —La playa esta desierta y es peligroso. Yo conozco muy bien la zona—
—No lo intentes amigo. Adiós, piérdete o llamo a la policía— Advirtió la rubia, apresurando su paso.
Jughead suspiro y dejo de insistir, pero se quedo siguiéndola de cerca sin que ella se diera cuenta. No iba a dejarla sola a su suerte así de fácil.
Betty caminaba a las orillas de la solitaria playa, y la verdad es que no estaba muy segura de donde quedaba la casa en la que su familia estaba vacacionando. Seguía caminando sin tener muy fijo su rumbo hasta que sintió pasos detrás de ella y pensó que era Jughead otra vez.
—Amigo, te dije que no...— Empezó a hablar la rubia, hasta que vio que no era Jughead. Era un hombre que aparentaba unos cuarenta años, y se veía muy, pero muy ebrio.
—¿Qué me ibas a decir, preciosura? ¿Eres nueva, mi amor?— Le pregunto, acercándose aún más, riendo malévolamente.
—Oiga... aléjese— Exigió Betty, dándole la espalda para empezar a correr.
El señor empezó a caminar con velocidad, con intenciones de acercare a ella. —No corras, belleza, ven—
—¡Deja de seguirla o llamo a la policía!— Amenazo Jughead, apareciendo ante el borracho.
El señor rio, mirando a Jughead. —Disculpe joven, no sabia que era su novia— Admitió para luego irse, sin dejar de reír como loco.
Jughead negó con la cabeza y luego miro a Betty. Ella temblaba y se veía asustada, y también lo miraba de una manera que ni el mismo Jughead entendía.
—¿Te encuentras bien? ¿El llego a hacerte algo?— Le pregunto el chico a la ojiverde, acercándose lentamente.
Betty negó, tomando aire y mirándolo. —Gracias, no tenias que—
—No fue nada, aquí aparecen muchos turistas borrachos. ¿Sabes a donde vas o estas perdida? No tengas miedo de admitirlo— Dijo Jughead.
Betty suspiro, bajando la mirada. —De acuerdo, creo que estoy algo perdida. Dijiste que conoces muy bien la zona. ¿Me ayudas?— Pregunto, jugando con su cabello envuelto en una coleta.
Primer acercamiento 😏
Amo el apoyo que le están dando desde el principio 😍los amo mucho ❤
Samy ❤
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♡Amor de Verano♡ ▪Bughead▪
Fanfiction¿Que pasaría si te enamoraras de una persona que sólo verás en un verano?