París

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  — ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!

  Todos gritaban mientras yo estaba encima de una mesa, bebiendo hasta el final una botella. El alcohol viajaba a través de mi cuerpo y sentía como todo me daba vueltas.

— ¡Ese es mi amigo! ¡El mejor modelo de Corea!

  Hoseok; mi mejor amigo... Él organizó la fiesta. Mi fiesta de despedida.

  Bajé de dónde estaba y salí hacia la piscina, sacando un cigarrillo en el camino.

   ¿Pero como sucedió todo esto?

  —— Podía sentir como mi pulso estaba acelerado al igual que mi corazón. Mis manos sudaban y mi labio estaba atrapado entre mis dientes siendo repetidamente lastimado.

  A mi lado habían 25 hombres más, los cuales esperaban ser llamados al frente. En mi mente pedía a lo que sea que me estuviese escuchando: ser elegido.

  Desde muy pequeño mi sueño más grande ha sido ser modelo. Desfilar frente a la gente, cautivar, llamar la atención y ser cotizado.

  Para eso mis padres me hicieron tomar todas las clases necesarias, para llegar a dónde estoy: La audición más aclamada de toda Corea del sur. La cual busca los rostros más hermosos y cuerpos más perfectos para llevarlos a Francia y volverlos parte de las mejores casas de moda a través de una agencia llamada "Alpha"

  Yo acababa de modelar para el jurado, por ser el menor fuí el último en salir.

  Estaba ansioso y tal vez un poco nervioso pero sabía y conocía mi potencial.

  Sin embargo no fui elegido y volví a casa sintiéndome rechazado.

  Lloré hasta quedarme dormido junto al ramo de flores que me dieron mis padres, asegurando estar orgullosos de mí y diciéndome que merecía ser seleccionado.

  Al salir el sol desperté sin ganas de nada. Calcé mis pies con las pantuflas y bajé a la cocina.
 
  Mis ojos seguían a medio cerrar pero por lo poco que podía ver, logré distinguir dos figuras que esperaban en la sala.

— Despertó — dijo mi madre con una enorme sonrisa.

— ¿Qué sucede? — pregunté siendo guiado por los hombros, bajo los brazos de mi padre.

— Vinieron a verte.

— ¿A mí?

— Queremos hacerle participe de nuestras más sinceras disculpas y pedirle que por favor, venga con nosotros a Francia.

  ¿Qué?
  ¿Era una especia de broma?

— N-no lo entiendo... — dije a punto del colapso.

— Hubo un error con los apellidos, y seleccionamos a otra persona que no había clasificado. Usted fue uno de los escogidos y vinimos personalmente para asumir nuestra equivocacion.

  Me tuve que sentar, o me iría literalmente de culo.

  Ellos me entregaron un sobre con mi nombre y el boleto para viajar y en ese momento reaccioné brincando del sofá; completamente emocionado.

— ¡Sí!

  No podía creer que de verdad eso estaba pasando ¡Iría a París!

  Al darles la buena noticia a mis amigos, organizaron una despedida para mí, ya que me iría por al menos un año.

  Bebimos, bailamos y la pasamos increíble un día antes de partir.

  Mis padres me llevaron al aeropuerto; me hicieron sentir querido, apoyado y motivado.

París - Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora