Capítulo 13

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Pertenecer.

Thiago

Nunca me he considerado alguien religioso, cuando vivía con mis padres rara vez asistíamos a la iglesia, mi familia es católica pero yo jamás me involucre mucho en eso.

Claro que tengo fe, creo que algo más poderoso rige el mundo, así que si alguien me preguntase si creo en Dios, la respuesta sería que sí. 

Pero solo es eso, por que jamás me he metido a fondo en el tema.

El asistir a un templo cristiano jamás estuvo en mis planes, y quién me viera ahora se reiría  en mi cara, por que sí, estoy entrando al jodido templo, rodeado de una familia todo lo contrario a la mía, unida.

Rebecka luce un vestido azul que le llega a los tobillos y se cierne a sus curvas dejando ver parte de su muslo por la abertura al costado, trae el cabello suelto, no tiene maquillaje más que el labial rojo que pronuncia más sus carnosos labios.

Sus hermanas portan vestidos con aire veraniego y Elle usa un enterizo blanco, por otro lado su padre, los chicos y yo usamos pantalón de vestir y camisa.

Uno creería que el ir a la iglesia les aburriría o molestaría a los jóvenes que vienen a mi lado, pero en realidad se ven demasiado entusiasmados.

Rebecka se levantó antes de que sonara la alarma, lo cual ya por si solo es un milagro, esa mujer podría estar durmiendo mientras un tractor le pasa encima y no se despierta, estuvo lista antes de las nueve, cuando salimos todos estaban listos y podría decir que Hannah, Noah y Rebecka ansiosos, ya tenían afán por llegar.

—Papá, deberían irse adelantando para apartar lugar al frente — le suelta el brazo — iré a buscar a Alison, quiero presentarle a Thiago.

Sin esperar respuesta me toma de la mano jalándome a no se donde.

—¡Te va a encantar! — chilla emocionada — de verdad estoy muy feliz de que estés aquí.

—Bueno, pues siéntete afortunada no siempre acepto citas en una iglesia.

Se gira entrecerrando sus ojos.

—Pues el afortunado eres tú, y no solo por estar conmigo, si no por poder vivir está experiencia — sonríe guiñando un ojo.

No digo nada. En realidad no es como que me emocioné mucho esto, solo espero no aburrirme.

—¡Alison!

Una señora rubia, algo rellenita se gira hacia nosotros y abre los ojos grandemente formando una sonrisa que deja ver sus dientes.

—¡Mi niña!, ven aquí y dame un abrazo.

Suelta mi mano y acelera el paso para llegar hasta ella, se funden en un abrazo lleno de besos, ella se separa un poco limpiando el rostro de la señora, que ahora se encuentra soltando lágrimas.

—Por Dios, de verdad creí que no te vería de nuevo, niña mía, no sabes cuánta falta nos haces aquí, te tenemos en nuestras oraciones siempre.

Rebecka le regala una sonrisa llena de afecto y toma sus dos manos entre las suyas.

—Yo igual los extrañe, sabe que para mí no es fácil estar aquí, pero también los tengo presentes en mis oraciones — se gira haciéndome una seña para que me acerque — Ali, quiero presentarle a Thiago es… un compañero de la universidad.

La señora pone su atención en mi, sonríe y antes de que pueda hablar para presentarme, me abraza tomándome por sorpresa.

—Es un placer tenerte hoy aquí, que el señor pueda darte bendición y palabra — toma mis manos sonriéndome con cariño — siéntete bienvenido y ten mente abierta.

Pálpitos de un corazón herido [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora