Capítulo 33

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¿Aceptan?

Thiago

—¡NO! — gritamos al unísono y la doctora salta asustada.

—No, nos diga, mejor anotelo en una hoja y ya está.

Asiente y gira el monitor impidiéndonos ver.

—Esta bien, pero pudieron decirlo al inicio y no casi ocacionarme un infarto.

Rebecka se ríe avergonzada y nos vemos fijamente, es obvio que esto a sido por impulso.

Es de esas cosas que últimamente nos pasan, como si estuviéramos conectados, con solo verla sé que piensa exactamente lo mismo que yo.

La doctora nos da más indicaciones y le entrega las vitaminas a Rebecka junto con el sobre que contiene el sexo de nuestros hijos.

Una vez en el auto Rebecka llama a su hermana pidiéndole que nos veamos en un restaurante.

Nuestra casa ahora se encuentra llena de la familia de ella ya que sus padres siguen en trámites para comprar una propiedad, el que ellos se vengan a vivir aquí cambia los planes con los mellizos ya que han decidido que ya que sus padres tendrán su propia casa aquí ellos pasarían su primer año con ellos en lo que consiguen un departamento propio.

Rebecka al principio no lo tomo muy bien, se que le hacía ilusión el que sus hermanos vivan con ella, pero creo que tienen razón, ella y yo necesitamos adaptarnos a esta nueva vida, tanto de esposos como cuando lleguen los bebés, amo a mi esposa y con ella a su familia pero aun así quiero vivir solo con ella.

El camino hacia el restaurante es tranquilo y silencioso, nuestra vida como pareja ha cambiado, la mayoría del tiempo está llena de silencios como este, pero ahí es en donde caes en cuenta de que escogiste a la persona correcta.

No importa lo que hagamos, así solo estemos coexistiendo uno al lado del otro, con ella se siente el paraíso, es tan reconfortante tenerla en mi vida que simplemente no puedo verme de otra forma.

—¿Crees que acepten?

Sonrió viéndola de reojo.

—Creo que no parara de llorar.

—¿Cuál de los dos?

—Los dos.

Se ríe y nuevamente compruebo lo hermosa que luce.

Vuelvo mi vista a la carretera en cuanto ella recuesta la cabeza en el respaldo cerrando los ojos hasta que llegamos.

—Muñeca — la muevo levemente consiguiendo que medio abra los ojos adormilada — Vamos.

Hace un mohin con los labios pero aún así asientenquitandoce el cinturón antes de que bajemos.

Sujeto su mano sonriendo por instinto luce completamente hermosa, jamás creí que pudiera una persona parecerme cada día más bella pero con mi esposa así es, el que esté embarazada solo le aumenta día con día la belleza y me es imposible no sentirme el hombre más afortunado del mundo.

No sé que fue lo que hice o que vio en mi pero estoy feliz de que me halla elegido para pasar el resto de su vida conmigo.

Rebecka es como una obra de arte, sí, arte abstracta por qué no importa cuanto tiempo pases tratando de descifrarla o entenderla, cada día, cada segundo ella te sorprendera y en mi caso siempre ha sido para bien.

Al entrar de inmediato visualizo la mesa en la que nuestros amigos se encuentran platicando.

Rebecka y yo nos vemos con complicidad al notar que la charla que tienen es algo calurosa ya que la rubia tiene las mejillas sonrojadas y Noah no para de verla como si de de un plato de comida se tratara.

Pálpitos de un corazón herido [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora