Capítulo 28

118 5 6
                                    

Mil y un motivos por los cuales te amo.

Rebecka

18 de Febrero, 2022.


Cuando papá nos adoptó por fin pude tener lo que podríamos llamar "una vida normal" o al menos se esforzaba por dárnosla.

Recuerdo que cada navidad me sentía realmente una niña, la emoción que sentía al ver todos los regalos bajo el árbol, la felicidad de mis hermanos y la que yo sentía a pesar de saber que era mi padre quien los ponía ahí todas las noches antes de amanecer.

Sin embargo todo eso me resulta insignificante, como si lo que ahora siento no se comparara con nada que haya vivido antes.

Sofía, mi obstetra esparce el gel frío sobre mi abdomen.

Sonrío al sentir a Thiago tomar mi mano y levanto la vista encontrándome con la imagen más tierna que he visto.

Tiene la vista fija en el monitor mientras mordisquea sus labios con nerviosismo, los ojos le brillan y tiene las pupilas ligeramente dilatadas.

—Veamos como esta este bebé — regreso mi vista a Sofía.

Contengo el aliento cuando la habitación se llena con la melodía más hermosa que he podido escuchar, el latido de mi hijo.

La doctora frunce el ceño tecleando en la maquina y me alarmó de inmediato.

—¿Qué pasa? — pregunto pero no me hace caso.

—¿Todo esta bien?

Sofía nos ve y asiente lentamente.

—Esperen un momento, necesito confirmar algo — mueve el aparado sobre mi vientre y suelta un jadeo ahogado.

—¿Qué pasa?

—Esta de aquí es una bolsa amniótica — señala en la pantalla — y esta de aquí es otra.

La veo sin entender y sonríe.

—Es un embarazo múltiple, tenemos dos bolsas, dos placentas y por lo tanto dos embriones.

Me echo a reír esperando a que ella lo haga también, pero solo me ve como si estuviera loca.

Levanto la vista hacia Thiago quien parece que en cualquier momento se va a desmayar.

—¿Dos? — asiente y me vuelvo hacia Thiago — no solo te basto con embarazarme, si no que son dos.

No se mueve y no quita la vista de la pantalla, eso solo me hace enfurecer.

—¡Te estoy hablando idiota! — le grito y Sofía prefiere mejor salir del consultorio — No podías mantener la polla quieta ¿no?

Al fin despabila y me ve con las cejar arrugadas.

—¿Ahora esto es mí culpa?

—Pues claro, si no estuvieras de caliente no estuviera preñada — ya no se ni lo que digo — ¡Voy a parecer una ballena!

Se echa a reír y solo lo empeora, me levanto molesta encerrándome en el baño para cambiarme.

La cara se me empapa cuando comienzo a llorar.

Dos bebés...

Mierda dos bebés, ¡se me romperá la vagina!

La puerta se abre dejando ver a Thiago quien ahora me ve preocupado y se acerca tanteando el terreno.

Pálpitos de un corazón herido [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora