Capítulo 21

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Amándonos.

Rebecka

Parece que la vida me da la razón una y otra vez.

Los ojos me escuecen debido a las lágrimas ci tenidas, lágrimas de rabia pura.

Rabia que hace burbujear mi sangre, Nathalia quien se supone es amiga mía y novia de Noah se encuentra sobre Logan quien aun la tiene penetrada.

Es un maldito descaro, yo sintiéndome mal y tratando de venir a arreglar las cosas después de tan incomoda propuesta y los encuentro así.

—Rebecka espera..

Niego dándome la vuelta.

—No tengo nada que hacer aquí, al final tu y yo no somos nada, lo deje claro hace días — me enfoco en Nathalia — Y tú, espero y este halla sido el mejor polvo de tu vida porque ten claro que Noah se entera hoy de esto.

—No tienes derecho Rebecka, no te metas — se pone de pie tapándose — esto no es tu asunto.

Me río y oprimiendo mis uñas contra mis palmas.

—Claro que es mi asunto y claro que me meto, eres una idiota al cambiar a mi hermano por basura como Logan, no te preocupes Nath, son tal para cual.

Salgo dejándola gritar mientras corro hacia mi auto.

No es que sienta algo por Logan pero como a toda mujer o ser humano me hirió, me hirió el ego.

¿Oportunidad para amar?

No gracias.

Terminamos de armar y acomodar todo como a eso de las nueve, y justo ahora Thiago se encuentra preparando la bañera para que tomemos una ducha relajante, estoy molida, me duelen las piernas y espalda, ni se diga de los pies.

Pero definitivamente valió la pena, mi hogar está precioso, pero solo lo siento completo y acogedor en momentos como este al ver la sonrisa que tiene en el rostro el hombre que amo.

—Ya está muñeca — besa mis labios — vamos a relajar los músculos.

Asiento y me pongo de pie con su ayuda, camino más que nada por instinto o más bien arrastro los píes.

Me dejó guiar por él, luce menos cansado que yo, dejo que me desnude y espero a que él haga lo mismo, se mete a la bañera y me tiende la mano para que haga lo mismo.

—Ven muñeca — entro sentándome entre sus piernas.

Jadeo al sentir mis músculos destensarse gracias al agua caliente, suspiro cerrando los ojos con satisfacción, recargo la cabeza en su pecho y dejo que me enjabone.

—Que lindas — me río cuando pasa la esponja por mis senos, pero la sustituye por sus grandes manos — relájate.

Masajea mis senos que se ponen más pesados haciéndome sentir excitada, pasa los pulgares por mis pezones y les da un pequeño tirón haciendo que un jadeo salga de mi boca.

Pálpitos de un corazón herido [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora