Capítulo 29

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Novios en fuga.

Thiago

La observo danzar y saltar junto a sus hermanas y la mía, sonríe luciendo por inercia más hermosa de lo que ya es.

La ligera curvatura en el vientre ya se le nota, sobre todo con el vestido que se amolda a su cuerpo.

Tantas cosas en tan poco tiempo, pero no podría estar más feliz, tengo a la mujer que amo a mi lado y ahora es completamente mía.

—Es preciosa — sonrió a mamá quien observa como mi mujer danza canciones cristianas — se merece que la ames cariño, los dos se merecen el uno al otro.

—Mamá te juro que jamás creí poder amar a nadie como a ella — sonrió cuando Rebecka se roba una de las fresas del pastel — es la mujer que quiero tener toda mi vida, con quien quiero formar mi familia y a quien amaré cada día más que el anterior, incluso cuando en ocasiones quiera alejarme.

Se ríe haciéndome sonreír y la estrecho entre mis brazos cuando los ojos se le cristalizan.

—Gracias hijo, gracias por que a pesar de todos los errores que cometí — solloza estrujándome el corazón — Eres un hombre con gran corazón y un ser humano excepcional.

—Te amo mamá.

No dice más, simplemente permanecemos en silencio observando a las mujeres en la pista, no tengo nada que reprocharle, hizo lo que pudo con lo que tenía y aún con sus errores la amo.

La fiesta transcurre un buen rato más, Rebecka acaba con las fresas y parte de los postres luciendo sumamente adorable al intentar hacerlo a escondidas cunado claramente todos somos conscientes de lo que hace.

—Thiago, esto es una locura — se ríe mientras corro con ella sujeta a mi mano — se supone que es nuestra fiesta.

—Muñeca todos están lo suficientemente ebrios como para notar que no estamos.

Nos detenemos en la acera y le hago una seña al taxi.

—Ni siquiera traemos ropa — la ignoró — el vestido ya me incómodo y los zapatos ya me cansaron...

—Rebecka, tengo todo listo — informo — el jet nos espera listo para irnos.

Sigue parloteando peleándome el que regresemos, después de un rato en el taxi se queda dormida.

Los tacones ya no los trae y me hizo desatar el corset del vestido.

—Llegamos — informa el chófer.

Asiento pagándole el monto y salgo con Rebecka en brazos encaminándome hasta donde se encuentra John con los pasaportes e identificaciones.

—Gracias John.

—Es un placer señor — inclina levemente la cabeza — ya esta todo lo que ordenó listo.

Asiento y con su ayuda subo al jet dejando a Rebecka en la habitación de este.

Después de asegurarme de que todo esté bien, le envío un mensaje a Orson para informarle en dónde estamos.

No quería hacer las cosas a escondidas, pero Rebecka necesita descansar tanto física como mentalmente, estos meses después del secuestro no han sido sencillos.

La conozco y se que quiere ser fuerte, pero aún así tiene dolor, la terapia le ayuda pero por momentos la siento ida, es como si se enfrascara en todo el dolor y resentimiento que siente hacia ellos.

El detective sigue buscando a Martha pero ella no aparece, se dice que los hombres de Juan también la buscan. Dudo que vuelva a aparecer, si es lo suficientemente lista lo mejor para ella es esfumarse, no es fácil huir de la mafia.

Pálpitos de un corazón herido [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora