Rebecka
06 de Septiembre, 2021.
Hay ocasiones en que tu vida cambia drásticamente, a veces no eres consiente de en qué momento ocurre, pero ahí está.Para bien o para mal alguna de las decisiones que tomaste rige tu destino.
Eso asusta, claro que lo hace. Pero cuando la suerte ya está echada, cuando la decisión que tomaste trae consecuencias, ya no hay marcha atrás.
Trato de abrir los ojos, pero el que la luz me lastime me hace cerrarlos, me quejo mientras los froto con pesadez, la cabeza me da vueltas y el sabor a hiel en mi boca es horrible.
Tengo la garganta seca y me encuentro desorientada, ¿En qué momento llegamos a casa?
Tengo vagos recuerdos de la noche anterior, después de salir del parque Hannah insistió en ir a algún antro y como la compañía de Thiago no fue del todo desagradable, acepte.
Bailamos, cantamos y bebimos, bebimos demasiado.
Abro lentamente los ojos y al escanear la habitación me doy cuenta de que no es la mía, inmediatamente intento ponerme de pie, pero el peso en mi cintura no me lo permite.
Bajo la mirada con miedo y me encuentro con un brazo que me rodea. Y no cualquier brazo, ¡El brazo de Thiago!
Escaneo mi aspecto con desespero, suspiro con alivio al percatarme de que tengo toda mi ropa en su lugar.
Abro los ojos grandemente cuando el recuerdo del atascon que nos dimos ayer me golpea con fuerza.
Los cierro con fuerza al no poder dejar de repetir una y otra vez las imágenes de mi mente, incluso siento el calor aglomerarse en mis mejillas.
Con cuidado quito su brazo de encima y salgo de la cama muy despacio para evitar un momento incómodo si llegase a despertar.
Me dirijo al baño y siento pena de mí misma al ver mi reflejo en el espejo «deplorable» tengo el maquillaje corrido, el cabello hecho un desastre y los labios hinchados.
Lavo mi cara y me unto el dedo de pasta dental para intentar quitarme la pastosidad de la lengua, peino un poco mi cabello con los dedos y salgo en silencio.
Observo la cama en dónde Thiago sigue dormido, mantiene la mejilla pegada a la almohada y los mechones negros caen por su frente, las mejillas se me encienden una vez más al notar que sus labios, así como los míos están hinchados y rojos.
Sin esperar más tomo mis tenis y salgo en silencio de la habitación, no sé cómo llegué aquí, pero tengo que irme antes de que se vuelva peor.
Al llegar a la sala casi pego un grito, me giro tapando mis ojos con horrorizada.
— ¡Joder! — chillo con desagrado — ocupar una habitación como la gente normal no sería mala idea.
Me giro una vez compruebo están cubiertos, el ver a mi hermana tener sexo no es un recuerdo que quiera conservar.
ESTÁS LEYENDO
Pálpitos de un corazón herido [+18]
Teen FictionPrimer libro. Su vida desde el vientre de su madre fue difícil, ser hija de una drogadicta y un delincuente no puede ser fácil. Hay cosas en la vida que no son justas, ella es la representación de eso. Dolor, traumas, abusos y miedo es lo único que...