Cultivando momentos.Thiago
Alguna vez llegue a escuchar o incluso ver en alguna serie de televisión como los personajes se quejaban de sus parejas embarazadas, siempre creí que lo hacían para vender.
Pues no, es real.
O al menos en mi caso lo es, Rebecka es una montaña rusa de emociones con todas las hormonas golpeándola a cada nada.
De repente puede estar muy enfadada o triste y llorando por todo o justo como ahora que no para de reír.
—Respira.
Voltea a verme y vuelve a reír.
—No — se toma el pecho tratando de calmarse — no puedo.
Termino riéndome junto con ella cuando vuelve a leer ese capítulo de su libro en el que uno de los personajes se desnuda en un escenario de strippers y termina besando a una anciana.
—Ay — se queja tomándose el vientre — me duele mi pancita.
Sonrió con ternura y me acerco a dejar un beso en su muy abultado vientre, llevamos aquí casi un mes y ellos no paran de crecer haciéndola ver preciosa.
—También me duele mi boquita…
Me río incorporándome para besarla, esta es la Rebecka amorosa.
—¿Cuándo des a luz dejaras de ser tan mimada? — pregunto contra sus labios y frunce el ceño.
—Me conociste siendo así ¿Ya no te gusto? — sus labios forman un puchero.
—Muñeca, eres una caprichosa, pero te amo más que a nada y me encanta que seas así.
—Que bueno, porque no pensaba cambiar — se ríe y la veo mal — Oye no puedes culparme, mi padre mandó a cerrar Disney solo porque aún le tenía demasiada ansiedad a las multitudes.
La veo incrédulo esperando a que me diga que bromea.
—¿Es en serio? — asiente y sonríe como si lo estuviera recordando.
—Imagina lo felices que fuimos cinco niños en un parque con todos los personajes para nosotros — se ríe y me quedo atrapado en el brillo de sus ojos — hicimos que los personajes se subieran con nosotros, creo que ese día fue como un descanso para ellos.
Me acerco a besarla y sonrió contra su boca.
—Te amo preciosa.
—Te amo más chulito — vuelve a besarme — tenemos hambre.
Vuelvo a reír en cuanto se sonroja, con esta sería la tercer vez que pide de comer y a penas son las dos de la tarde.
—¿Qué se te antoja?
Se muerde el labio y frunce el ceño para después darme una gran sonrisa.
—Quiero mole con pollito y arroz.
La veo con sorpresa.
—Muñeca ¿De dónde te voy a sacar comida mexicana?
Me alarmó en cuanto sus labios comienzan a temblar y los ojos se le cristalizan.
—No, no llores, le diré a la señora Laura que prepare algo.
La mala cara no la quita y simplemente se recuesta en el sofá.
Suspiro y me encamino a la cocina en dónde la señora Laura se encuentra picando fruta.
—Joven Thiago, ¿Necesita algo?
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Pálpitos de un corazón herido [+18]
Teen FictionPrimer libro. Su vida desde el vientre de su madre fue difícil, ser hija de una drogadicta y un delincuente no puede ser fácil. Hay cosas en la vida que no son justas, ella es la representación de eso. Dolor, traumas, abusos y miedo es lo único que...