MODO DE NARRACIÓN: Tercera persona (ellos).
━MANGA SPOILERS.
Síndrome de alejandría: enfermedad que tiñe naturalmente los ojos de color morado.
-Deberíamos besarnos para romper la tención.-
El jóven frente a él no hizo nada más que fruncir el ceño y por lo que podía notar, debajo de sus vendas su boca hizo una mueca enojada.
Tragó en seco, tomando con fuerza el vaso de medicina en sus manos.
-¡¡Carajo, ______, casi te mueres allá afuera!!, ¡¿Y eso es lo primero que me dices?!━regañó, conteniéndose enormemente de no volver a estrangular al otro Pilar.-
Aquel peli-__ poseedor del síndrome de alejandría, no pudo hacer nada más que temblar sobre su lugar, ocultándose lo más que pudo con las sábanas de la camilla donde estaba.
Obanai estaba enojado, ¿cómo no estarlo? El idiota que tenía por novio casi muere en batalla, todo por querer lucirse frente a él a pesar de ya haber demostrado millones de veces lo fuerte que era. La única parte que no lo tenía furioso era que salvaron a toda una aldea.
Pero ese no era el punto.
Tenía ganas de apuñalarlo él mismo y de repetirle en la cara lo tonto que era por poner en riesgo su vida de tal manera, pero trató de calmarse.
-Eres un idiota, no vuelvas a hacerlo━y dió una suave caricia en su cabello, muy contrario al golpe que esperaba.-
_______ sonrió y no pudo evitar jalar al heterocromático hacia él, tomándolo por sorpresa.
-¿Entonces ahora si nos besamos?-
-¿Eres idiota o solo un cachondo sin neuronas?-
-Tus palabras me hieren, Obanai.-
Ninguno de los dos pudo evitar soltar una pequeña risa, el pelinegro bajó parte de sus vendas y dejó un suave y mullido beso en los labios ajenos, sosteniendo su cabeza por la nuca y cerrando ambos los ojos. Luego de unos segundos se separaron gracias a Kaburamaru que empezó a deslizarse por el cuello de _______.
Una sonrisa se coló en sus labios antes de dejar otro beso en la frente del Pilar de la Serpiente, dándole otro abrazo a pesar de sus vendadas manos.
-Aún no te perdono━dijo una vez terminó acurrucado junto a su pareja, siendo rodeado por sus brazos.-
-AGH, ¿De verdad? Amooor━alargó la 'o' apretujándolo más entre sus brazos━¿Qué debo hacer para que lo hagas?-
-En primer lugar, que dejes de meter los pies en el agua para atraer a los malditos tiburones. Casi me da un infarto━volvió a fruncir el ceño, acariciando la cabeza de su amigo Kaburamaru.-
El Pilar de la Tormenta rodó los ojos sin dejar de sonreír, asintiendo.
Era obvio que lo iba a volver a hacer, pero era ya parte de su personalidad.
Aunque se esforzaría para que Iguro no pasara por más preocupaciones ni corajes.
-Está bieen, trataré de no volver a hacerlo.-
-Vuelves a hacerlo y te dejo afuera de la finca una noche entera. No me importa que tan herido estés.-
Ninguno dijo una palabra más.
Eran altas horas de la noche, el cielo parecía que se caía a pedazos por la lluvia pero el sonido de los truenos no era más fuerte que el cansancio de ambos cazadores.
Irónicamente, el Pilar de la Tormenta le temía un poco a las lluvias, pero esta vez al tener a Iguro cerca, no había nada que le hiciera temblar del miedo.
Solamente cerró los ojos y decidió dormir, sientiendo como poco a poco todos sus dolores desaparecían y dejaba de estar consciente.
[ • • • ]
Cuánto daría por poder cumplir su promesa.
Prometió no llamar la atención de los tiburones, y aún así, lo hizo. Una sonrisa se formó en sus labios, si no estuviera en aquella situación, probablemente Obanai cumpla su sentencia de dejarlo fuera de la finca.
Pero este no era el caso.
Había perdido varios miembros, un pie, su brazo derecho, sus ojos hacían su mayor esfuerzo por no dejarlo ciego, y desde su abdomen al cuello corría un gran y profundo corte, por el que brotaban miles de gotas escarlata y que dejaban un charco bajo de él que al mismo tiempo, empapaba su única mano en la que sostenía el mango de su katana con la hoja rota.
Quería llorar, pero no podía.
Quería gritar, pero su garganta dolía.
Dentro del Castillo Infinito, se desató la pelea que daría fin a la Era de la Oscuridad y la muerte.
Pero para obtener la paz, hay que hacer varios sacrificios, ¿no?
Así que al enfrentarse cara a cara con la Primera Superior, terminó en tan deplorable estado. Su cuerpo se entumecía pero con su poca fuerza, rebuscó entre uno de los bolsillos de su uniforme, retirando de su cuerpo su haori ya destrozado.
Sacó una pequeña caja, sollozando al abrirla y dejar ver un liso anillo de plata.
Esa misma noche estaba dispuesto a proponerle matrimonio a aquel que tanto amaba, pero el tiempo tenía otros planes.
Sostuvo con fuerza la caja y la acercó a su pecho como si la estuviera abrazando, manchando el esmalte negro con su propia sangre, tratando de no llorar en voz alta.
Ya no le importaba su propia vida, solo deseaba que Obanai estuviera bien.
Él falló, y aún así a lo único a lo que se aferraba era en recordar a detalle la vívida imágen del Pilar.
Cabello negro que le encantaba peinar, piel pálida en la que pudo dejar miles de besos, su baja estatura que parecía encajar perfectamente con la suya.
Y su parte favorita, sus ojos.
Hipnóticos ojos de ambos colores que lo atrayeron tal cual una serpiente a su presa.Sonrió a pesar de su adolorido estado, acomodándose sobre la pared en la que estaba recargado y cubriendo su abdomen con lo que quedaba de su haori, pues no quería ser encontrado mientras aún sangraba, todo esto sin dejar de sostener la caja.
La muerte le respiraba en la nuca, y lo supo una vez sus ojos dejaron de funcionarle y su cuerpo dejó de reaccionar.
Aun así, su sonrisa no desapareció.
Y decidió morir aún teniendo el anillo en manos, sin saber que Obanai muy pronto le haría compañía en el más allá.
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━CUALQUIER FALTA DE ORTOGRAFÍA FAVOR DE AVISAR.
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Aphrodite | Kny x male! reader
Fanfic━━¡One shots! hay miles de historias donde puedes estar con tu personaje favorito de Kimetsu, pero, no hay muchas donde seas un chico. este 'libro' te da la oportunidad de serlo! pasa y diviértete! ¡con mi imaginación activa me es imposible estar...