━━¡One shots!
hay miles de historias donde puedes estar con tu personaje favorito de Kimetsu, pero, no hay muchas donde seas un chico.
este 'libro' te da la oportunidad de serlo! pasa y diviértete!
¡con mi imaginación activa me es imposible estar...
NOTA: vamos a fingir que Yorīchi nunca se encontró con Uta.
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Estabas tan tranquilo jugando solo.
Saltando de por aquí y por allá, lanzando piedrecillas con tu resortera que tú mismo habías construido.
Los animales del lugar huían en cuanto te veían, parecían estar acostumbrados a verte todos los días. Lo cual era cierto.
Otoño recién empezaba, eso significaba ver miles de hojas en el suelo al igual que las que aún colgaban de los árboles tornarse de unos lindos colores anaranjados/cafés y ver como las frutas de aquella temporada comenzaban a crecer, tal y como lo eran los kaki o las manzanas, tus frutas favoritas.
Te detuviste por segundos para admirar el cielo. Estaba tan claro que el mismo Sol brillaba tanto que no podías mirarlo ni siquiera por más de cinco segundos. Por alguna razón presentías que algo bueno ocurriría.
Te agachaste de nuevo para tomar otra piedra del suelo y colocarla en el resorte de tu 'arma', cerrando tu ojo derecho para lograr enfocar mejor el árbol al que querías darle. Entre el bosque había uno que otro árbol marcado por ti, todo esto con tal de mejorar tu puntería y poder defenderte de los ladrones que se cruzaban en el sendero.
Tomaste una buena bocanada de aire y...
Soltaste la banda, viendo de inmediato como la pequeña piedra salía disparada con velocidad.
Estabas por celebrar hasta que escuchaste un pequeño gritillo y algo caer entre las hojas. Abriste los ojos sorprendido y algo nervioso, tiraste la resortera por algún lugar para comenzar a correr entre los árboles.
Conforme te acercabas tu preocupación aumentaba, pues temías haber lastimado a alguna ave o a un conejo.
Pero grande fué tu sorpresa al encontrarte a un pelirojo tumbado en el suelo, von su mano sobre su frente y una ligera mueca de dolor en su rostro.
-¡Lo siento! ¿Te duele mucho? Déjame ayudarte━sin esperar alguna respuesta de su parte lo tomaste de la mano para levantarlo.-
Lo cual lo tomó desprevenido y casi lo hace caer, pero lo sostuviste con fuerza y revisaste de mejor manera su herida. Tenía una ligera marca que pronto se convertiría en un moretón.
Lo miraste avergonzado cuando su mirada y la tuya se encontraron, tus mejillas se calentaron tanto que tuviste que ser el primero en desviar la mirada.
-Lo siento de nuevo. Vayamos a curarte━te disculpaste por segunda vez y de nuevo lo tomaste de la mano, casi arrastrándolo solo para llevarlo a tu hogar.-
Aquel chico de cabellos oscuros miraba con extrema atención sus manos entrelazadas. Tu tacto era tan...cálido a comparación del suyo que era helado.
