Guardián #2

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Espero que les guste~

Nota: Tengo la sensación de que me inspire un poco xD

No recuerda haberse dormido pero un fuerte ruido es lo que lo despierta, sobresaltándolo, rápido en sentarse y con los ojos bien abiertos, parpadeando con confusión y quedando muy cuando cuando se encuentra con un par de ojos oscuros que lo están mirando. Tarda unos segundos en recordar y darse cuenta de quien le devuelve la mirada es el desconocido, luciendo firme sobre sus pies y aterrador con ese ceño fruncido. No está feliz, eso es fácil saberlo.

-Eres un vampiro- lo dice de seguro por sus ojos rojos. Es rápido, moviendo esa extraña lanza con facilidad, pero no tiene mucho tiempo para admirarlo antes de que la punta del arma de repente esté muy cerca de su cara. Es una amenaza, lo entiende.

-¡No te mordí, lo juro!- es rápido en levantar las manos en un gesto pasivo, aunque las usa para protegerse el rostro por si las dudas, intimidado por la mirada y la punta de la lanza que lo amenaza. -Te encontré herido en la plaza y te traje aquí...- se encoge un poco, temeroso. -...solo quería ayudarte- lo dice con mucho cuidado porque lo que menos quiere es ser atacado mucho menos ahora que es de día.

-Déjame ver tus ojos, vampiro- él traga en seco pero obedece, sin entender lo que está sucediendo pero el extraño lo mira en silencio por unos segundos y parece encontrar lo que buscaba porque baja la lanza, relajando apenas su postura. Aún está tenso pero no parece considerarlo un peligro, es mejor que nada. -¿Con qué te alimentas?- preguntó de repente, serio.

-¿Disculpa?- parpadeo, confundido porque la pregunta lo tomo por sorpresa.

-¿Con qué te alimentas?- parece enarcar una de sus extrañas cejas, aunque su tono no es exigente.

-Sangre animal- responde rápidamente, sin querer volver a ser amenazado. -Solo...sangre animal-

-Ya veo- y ahí es cuando se relaja por completo en su lugar, pensativo. -Tus ojos te delatan- agrega ante la mirada confundida y llena de curiosidad del vampiro. -Los ojos rojos brillantes muestran que se alimentan de sangre, tanto de humano como de demonio, pero los tuyos son oscuros, significa que te alimentas pero no como realmente deberías- el vampiro sentado en el suelo no puede evitar taparse uno de sus ojos, pensativo.

-¿Por eso no se me acercan?- piensa antes de poder detenerse. Ha visto pocos vampiros en su viaje, puede contar la cantidad con los dedos de una sola mano, pero todos ellos solo lo miran de reojo y luego se alejan con una mueca de asco poco disimulado. -¿Cómo sabes eso?- no puede evitar la admiración y el asombro mientras lo mira, es la primera vez que conoce algo nuevo y no por experiencia propia.

-Leí mucho- hace un elegante movimiento, la lanza desapareciendo con un ligero destello rosa y el vampiro no puede evitar aplaudir ligeramente mientras deja escapar un sonido de sorpresa. -Soy Nezha, tercer príncipe de loto- se presenta y es bueno poder ponerle nombre al desconocido, aunque tiene la sensación de que ya debería conocerlo.

-¿Eres una clase de...dios?- ladeo la cabeza, recibiendo un ligero asentimiento de parte de Nezha. -¿Los celestiales y dioses tienen sangre dulce? ¿O es por ser inmortal?- no puede evitar pensar, lleno de curiosidad pero no dispuesto a hacer la pregunta en voz alta. -¿Eres un soldado?- lo dice por su ropa y el arma. -¿Vienes a detener a esos demonios devora humano?- es el único y gran problema que tiene el pueblo.

-¿Los conoces?- es rápido en mirarlo, alerta.

-Solo de vista- se rasco ligeramente la nuca. -Atacaron la carnicería de esta calle e intentaron comerse al dueño pero...- empuja suavemente uno de sus colmillos con su dedo índice. -...creo que los asuste y se fueron- no tiene idea de si fue por su aparición repentina o por su especie pero había salvado a alguien y eso era lo que le importaba.

-Tengo que atraparlos- Nezha tiene tanta seriedad en su tono de voz, sus pasos decisivos mientras va hacia la salida.

-Ellos solo salen de noche- informa antes de que el príncipe pueda salir, casi queriendo reír ante la forma en la que se detuvo mucho antes de siquiera cruzar, sus hombros tensos. -Sé dónde se reúnen...- los encontró una vez luego de seguir sus voces fuertes y llenas de burla. -...pero vas a tener que esperar a que sea de noche, no quiero volverme polvo tan rápido- rio ligeramente ante su propio mal chiste.

-Por supuesto- Nezha deja escapar un suspiro y aunque el de ojos rojos había esperado que se fuera, vuelve a adentrarse en la habitación.

-Que agradable~- el vampiro sonrió, contento de tener compañía por un poco más de tiempo, pero no puede evitar que su nariz se arrugue ante la familiar y fea sensación de picazón, su estornudo repentino resonando ligeramente por la habitación, sin sorprenderse cuando se trasforma en murciélago. Cae, solo para parpadear con sorpresa al ser atrapado, alzando la vista para mirar a su salvador.

-Eres un vampiro muy raro- Nezha parece pensativo, sus manos moviéndose muy ligeramente para terminar acunando al murciélago de aspecto rechoncho por culpa de su pelaje castaño oscuro pero el vampiro ignora todo eso a favor de básicamente aplastar su mejilla contra la parte interna de la muñeca del príncipe. Es el primer toque amable que tiene desde que lo transformaron y va a disfrutar de ello, incluso si puede ser un poco abusivo. -...muy raro...- el pequeño animal no lo sabe, demasiado entretenido en su pequeña burbuja de felicidad, pero Nezha lo está mirando con una expresión pensativa que lentamente se ablanda, luciendo cariñoso.

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