Sin Control

512 96 51
                                    

Espero que les guste~

Nota: La historia dice que querían el corazón del monje para alcanzar la inmortalidad si mal no recuero, así que se me ocurrió que todo ese poder qué tiene haría que su sangre fuera diferente

Nota-2: ¡No duden en dejar ideas, mi gente! ^_^

Pigsy y Tang tiene una extraña amistad que, según las anécdotas esporádicas que le cuentan, empezó en la secundaria. No puede imaginarse como es que llegaron a ser amigos, porque ambos son diferentes entre si y pelean con regularidad, pero hay un cariño genuino entre ambos que es notable entre tantos gritos y cometarios casi mordaces. Es raro pero en el buen sentido.

-Eres un inútil- bufo Pigsy con una mueca al ver el corte que su amigo se hizo a si mismo por accidente. Es increíble conocer a alguien tan torpe a la hora de cortar y se pregunta como es que el hombre no perdió un dedo a estas alturas. -Aleja tu asquerosa sangre de mis ingredientes- frunció el ceño al ver como el corte ajeno sangraba.

-¡Estoy herido, trátame con cariño!- Tang frunce el ceño, haciendo un puchero mientras cumple y acuna su mano herida lejos de lo que había estado cortando. El corte no es lo suficientemente profundo como para ser preocupante pero sigue sangrando.

-Inútil- repite, rodando los ojos con burla y acercándose para agarrar la muñeca ajena, arrastrando a su quejumbroso amigo para acercarlo al fregadero y abrir la canilla, colocando la mano herida bajo el chorro de agua. Ignora los lloriqueos y quejas a favor de mantenerse firme, sin notar la reacción del chico que los había estado observando en silencio.

Hay un olor dulce que llega repentinamente a la nariz del vampiro, quien es rápido en taparse la nariz y la boca con una mano, pudiendo sentir como sus colmillos se alargaban y estaba seguro de que sus ojos amenazaban con volverse rojos a pesar del glamur activado. Es la sangre de Tang, lo sabe, pero esta huele diferente, tan dulce que de seguro puede ser empalagosa y casi siente que lo llama. Siente que saliva, queriendo probar, solo para regañarse a si mismo.

MK nunca había perdido el control después de esa primera vez. Teme lo que pueda hacer en un ataque de frenesí y hambre, porque es cuando el instinto completo se hace cargo y nubla por completo su mente, así que se esfuerza por recordar sus días de comida y de alimentarse para que algo así no sucediera pero en ese mismo momento

Les da la espalda y aunque tiene la intención de irse, de alejarse todo lo posible, su instinto y sed de sangre lo mantiene estático en su lugar, si extremidades sintiéndose pesadas como si estuvieran hechas de concreto. No es bueno, no es nada bueno.

-¿MK?- el demonio se volteo, frunciendo el ceño con preocupación al verlo retorcerse en su lugar. -¿Estás bien, chico?- deja a su amigo para acercarse a su empleado, abriendo los ojos con horror al encontrarse con unos ojos de un intenso tono de rojo y colmillos alargados. Duda un poco pero su preocupación es más grande que cualquier miedo que pueda tener, inclinándose a su lado y apoyando lentamente su mano en la espalda ajena, pudiendo sentir su temblor y tensión. -Háblame, chico. Ayudaré en lo que pueda- porque sabe que MK no tiene malas intenciones.

-Es...Tang...- logró jadear y aunque le cuesta, logra agarrar su teléfono, presionando el botón de pánico que Red Son le había hecho especialmente para él y súplica porque su hermana pudiera llegar antes de hacer alguna tontería de la que se podría arrepentir. -...debe...alejarse...- sabe que si él intenta irse, terminará por morder a alguien, el instinto es fuerte y esta ganando terrero por encima de su consciencia a ritmo alarmante.

-Rayos...- el cerdo no puede negar que había temido que algo de esto pudiera pasar, porque las historias de vampiros fuera de control que había escuchado durante su vida eran difíciles de olvidar, pero sabe y entiende que nos la culpa del chico.

-...no dejes...que lo lastime...- es lo único que puede decir antes de perder la lucha, el glamour cayendo y dejando ver al vampiro hambriento, quien sisea ruidosamente y se voltea a ver al de anteojos con hambre en su mirada roja.

-¡Tang!- Pigsy se apresura y se lanza sobre MK al verlo con la intención de saltar, agarrándolo desde atrás mientras metía la cuchara de madera que apenas había logrado agarrar y la mete en la boca ajena, usando toda su fuerza y peso para mantenerlo en su lugar lo mejor posible a pesar de sentirlo removerse con violencia.

-Pigsy, ¿Qué...?- Tang se sobresalta y solo entonces se voltea, abriendo los ojos con sorpresa. -¡¿Es un vampiro?!- parece horrorizado y asombrado al mismo tiempo.

-¡Te lo explico luego!- Pigsy hace una mueca, sintiéndose mal ante los gruñidos y chillidos que el chico suelta. Es fuerte y le esta haciendo doler los brazos pero se niega a retroceder. -¡Lárgate y cierra las puertas, ahora!- ordena.

-¡No voy a dejarte solo con eso!- hace un gesto, sin darse cuenta que el corte aun abierto solo empeora las cosas. MK ruge y la cuchara que mantiene su boca abierta cruje, amenazando con romperse.

-¡Se llama MK y es mi empelado, mi responsabilidad!- bufo y aunque tiene las piernas cortas, rodea al chico en un intento de mantenerlo lo más quiero posible. -¡Ni se te ocurra hacerle daño!- gruñó en medio del esfuerzo al notar que su amigo agarro un cuchillo. Esta temblando notablemente pero eso no quita que este sosteniendo algo peligroso.

-¡Él quiere morderme!- chillo con pánico, manteniendo el cuchillo en lo alto, como si se estuviera preparando para defenderse. Un crujido ruidoso resuena y la cuchara de madera se rompe, haciendo que el cerdo caiga de espaldas al suelo y el vampiro quede libre, lanzándose con claras intensiones sobre el aterrado hombre que se acurruca en una esquina. Hay gritos, uno lleno de miedo y otro lleno de preocupación, pero antes de que el chico pudiera acercarse demasiado, alguien sale de las sombras y de pronto, hay un brazo en la boca ajena. MK clava sus colmillos sin pensar y toda la lucha se detiene en cuanto siente la sangre inundar su boca, picante pero algo aguada, como la de sus bolsas.

-Tranquilo, tranquilo- Macaque tarareo, ignorando el dolor en su brazo ante los colmillos a favor de sentarse lentamente y abrazar al chico contra su pecho, suspirando de alivio ante la falta de lucha.

-¿Estás bien?- Midori lo mira con preocupación, aunque el mono hace un gesto despreocupado, sin lucir siquiera molesto de ser usado como alimento repentino. -Cielos, que bueno que llegamos a tiempo- miro de reojo al hombre aterrado en la esquina y enarca una ceja, preguntándose que tipo de sangre podría tener para causar ese tipo de reacción en MK. -¿Estás bien, Pigsy?- se acercó al cerdo para ayudarlo a levantarse.

-Tan bien como se puede- el demonio hizo una mueca, los hombros y los brazos le dolían, su espalda también. -¿Él estará bien?- señaló hacia el chico, quien parece haberse quedado dormido al calmar su hambre, aunque aún no suelta el brazo ajeno.

-Lo estará pero puedes esperar muchas disculpas después de eso, se sentirá muy culpable- ya lo puede imaginar. -¿Debería preocuparme?- señaló hacia Tang, quien se está abrazando a si mismo, luciendo shockeado de alguna manera.

-Me encargaré de él, solo...- Pigsy tarareo, haciendo una mueca. Ya puede imaginarse la cantidad de preguntas y reclamos que va a recibir en cuanto su amigo reaccione. De seguro va a estar ofendido por no haberle dicho que su empleado es un vampiro. -...avísame en cuanto él quiera hablar, ¿si?- es suplicante pero esta preocupado y lo que menos quiere es que el chico se culpe a si mismo o que piense que algo así pueda alejarlo.

-Lo haré- sonrió ligeramente, apoyando su mano en el hombro ajeno para darle un apretón tranquilizador, para luego acercarse al mono. -¿Puedes sacarnos de aquí o necesitas algo de tiempo?- preguntó con cierta diversión al verlo parpadear lento y pausado, luciendo adormilado. El chico debió consumir bastante sangre para que Macaque ya estuviera tan cansado y un poco pálido.

-Por supuesto que puedo- bufo, bostezando ampliamente mientras creaba un portal de sombras bajo ellos y los hundía en la oscuridad. Pigsy respira profundo y deja escapar un largo suspiro, acercándose a su aterrado amigo. Ahora solo podía esperar.

VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora