Espero que les guste~
Nota: Aunque no lo crean, en los pueblos es común que haya familias y niños jugando en la plaza más haya de la madrugada
Pasan unos meses antes de que la gente del pueblo parezca notar la falta de los demonios y sus ataques nocturnos, solo para empezar a celebrar. Lo que alguna vez fueron noches tranquilas y quietas, ahora eran un poco más movidas, con niños jugando en la plaza y la gente reunida, hablando entre ellos.
A él le gustaba simplemente caminar, el sonido de los chillidos y risas a su alrededor haciéndolo sonreír, contento ante la sensación de felicidad y tranquilidad que emanaba el pueblo ahora. Ninguno le prestaba mucha atención, especialmente a sus ojos, algunos saludándolo con sonrisa y como si fuera un humano más en el pueblo. Era lindo.
-Me alegra ver que todavía estas aquí- se voltea ante la voz al instante, su emoción en aumento al encontrar al dueño.
-¡Nezha!- sonrió enormemente, corriendo para acortar la distancia entre ellos lo más pronto posible. Su alegría es tanta que no puede evitar lanzarse para darle el abrazo más grande que podía, su felicidad en aumento al sentir como el tenso príncipe le correspondía después de unos segundos. Era torpe pero no lo estaba alejando, eso era lo mejor. -¡Que bueno es verte!- se separa solo para mostrarle su gran sonrisa.
-Siento haber tardado tanto- en el mundo celestial, no se sentía como si hubiera pasado mucho, pero sabía que en el mundo de los mortales, ya había pasado un año completo.
-Nha, no te preocupes. Me imagino que estabas super ocupado- rio ligeramente, sin estar molesto siquiera. El príncipe volvió a visitarlo y eso es todo lo que le importaba. -Además, ¿Qué es un año para un vampiro que no tiene ningún plan en mente?- no pudo evitar reírse por su propia frase. Incluso después de 7 años, aún no se sentía del todo cómodo con lo que era pero estaba progresando o por lo menos, eso pensaba.
-Tengo algo para ti- hablo, algo ansioso de darle su obsequio. El menor parpadeo, curioso mientras veía al príncipe sacaba algo de entre su ropa y ladeando la cabeza ante el collar que de repente se balanceaba frente suyo.
-¿Qué es esto?- su intención de agradecer quedo opacado por su repentina curiosidad. El collar tenía un dije bien amarrado, uno que parecía una piedra gris pero a pesar de su aspecto simple, tenía un aroma extraño y difícil de reconocer.
-Es una piedra lunar- informó, sonriendo ligeramente al ver al vampiro oler la piedra en un intento de identificarla. -Es para protegerte...de la luz del sol- recordar la gran sonrisa y los gritos llenos de emoción de la diosa lunar, quien parecía muy emocionada ante la idea de que una muy pequeña parte de su luna fuera entregada a un vampiro. Exigió conocerlo y solo cuando aceptó, ella lo dejó irse con una amable sonrisa y algunos pasteles caseros.
-Eso significa...- no necesitaba respirar pero no pudo evitar jadear, queriendo mostrar su sorpresa lo mejor posible. -...¿Qué no me volveré polvo?- alzó la vista para ver al mayor, con los ojos rojizos y opacos llenos de asombro.
-No- negó lentamente, permitiendo que el chico procesará la información a su ritmo. -El sol ya no será un problema para ti- en su momento, el solo pensar que el chico frente suyo podía perecer a manos de un cazador o de algún demonio loco, acorralado por la mala suerte de que las noches fueran cortas y por su incapacidad de irse en pleno día, eso no le gustaba. Usualmente, no se metería en los asuntos ajenos, pero...este chico le agradaba por alguna razón y no lo quería muerto.
-Tu...- rodeo la piedra con su mano, temblando ligeramente de ansia y nervios. -...¿Te quedaras conmigo a ver?- por primera vez en mucho tiempo, estaba ansioso por el amanecer.
-Por supuesto- hizo un gesto y empezó a caminar, el de ojos rojos sonriendo enormemente y dando un salto para caminar a su lado. - Dime, vampiro...-
-Todos aquí me llaman Kid, por alguna razón- no tiene idea de donde salió el apodo pero era mejor que nada y sonaba bien en su opinión.
-Bueno, Kid...- era mejor que llamarlo "vampiro". -...las cosas parecen más animadas por aquí- no tenía mucha experiencia en relaciones sociales.
-¿Verdad que si?- rio, divertido ante la torpeza ajena. -Todos están super aliviados de que esos demonios ya no están y...¡Oh, mira!- señaló el buzo oscuro que tenía puesto. -El carnicero me lo regalo como agradecimiento por espantarlos- era cómodo y suave, con un bolsillo grande enfrente y una capucha lo suficientemente grande para poder usarla sin incomodidad. -No le dije nada sobre ti, porque no tenía idea si era una misión en secreto o algo así-
-Eso es lo mejor- asintió, agradecido. Si su presencia no era conocida, era mejor. -Investigue un poco...- el vampiro lo miro, curioso por lo que puede decir a continuación. -...y temo que la sangre animal no va funcionar para siempre- fue directo porque, habiendo leído las consecuencias que podría haber por la falta de alimentación, eso podía ser malo para alguien como Kid, quien no tenía intención de matar a nadie.
-Oh...- parpadeo ligeramente, metiendo las manos en el bolsillo de su buzo. -¿Eso significa que voy a tener...que consumir otra cosa?- se mordió el labio inferior al notar que el príncipe asintió con seriedad. Si, iba a tener que tener eso en cuenta e ir viendo una solución que no tuviera que ver en morder y matar a alguien.
El resto de la noche fue pacifico, con Kid hablando de poco que había pasado en el último año y con Nezha comentando alguna de las cosas que había estado leyendo. En algún momento, decidieron sentarse en una de las bancas de la plaza y simplemente esperaron, una ligera tensión creciendo en ambos cuando vieron los inicios del amanecer. Kid se quedó muy quieto en su lugar, tieso con miedo y ansia, notando como los rayos del sol empezaban a ganar terreno rápidamente y cerrando con fuerza los ojos cuando esté llego a él. No había ardor, ni dolor, ni ampollas formándose en su piel descubierta, solo...calidez.
-...no soy polvo...- jadeo al abrir los ojos, mirándose las manos con sorpresa, sintiendo una burbuja llena de emoción creciendo rápidamente en su interior. -¡No soy polvo!- se levantó rápidamente, dando saltos llenos de felicidad y celebración, actuando más como un niño pequeño que como un vampiro de 25 años que era en teoría. El príncipe tarareo, aliviado incluso si estaba totalmente seguro de que funcionaria, observándolo con una suave sonrisa.
Una puerta de nuevas posibilidades se estaba abriendo ante Kid.

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Vampiro
FanfictionÉl nunca había pedido nada de lo que le sucedió pero las cosas ya están hechas y ahora solo le queda enfrentar las consecuencias, continuar por el camino que le tocó