Midori #2

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Espero que les guste~

Nota: Según lo que pude encontrar, la transfusión y las bolsas para la sangre en 1.667

Nota-2: Para darles una fecha aproximada, esto ya ocurre en 1.979

El camino fue tranquilo y sin incidentes, con em vampiro atento y encantado por la historia que escuchaba, algo divertido por las expresiones que la demonio hacía de vez en cuando.

-...y paso 500 años bajo una montaña, hasta que un monje tonto y odioso llegó. Era torpe y descuidado...- Midori hizo un mueca, a lo que Kid no pudo evitar reír.

-El monje no te agrada, ¿verdad?- podía sentir su molestia.

-Mira, incluso si Sun Wukong no me agrada del todo con ese historial de matanza contra demonios, creo firmemente que ni siquiera él se merecía ser esclavizado por ese tonto monje y su horrible corona- ella respondió.

-Si...creo que tienes razón- no pudo evitar asentir, entendiendo un poco a lo que se refería. -Entonces...¿La historia continúa?- preguntó, algo ansioso por saber la continuación.

-Por supuesto que continúa pero primero...- estacionó y apago el motor por el momento. -...debo buscar una cosa- lo miro. -Espera aquí~- canturreo con una sonrisa antes de bajar y ante la atenta mirada del vampiro, vio como la piel verdosa se aclaraba rápidamente hasta lucir como piel humana y ligeramente bronceada.

-¿Cómo hiciste eso?- no pudo evitar preguntar apenas ella volvió al auto, aún asombrado al ver como la piel apenas bronceada volvía a tornarse verde.

-Es un Glamour, un hechizo que permite ocultar lo que necesites- alzó su mano derecha, mostrando la pulsera hecha a mano con diferentes tonos de verde que rodeaba su muñeca. -Los demonios aprendemos ese hechizo cuando somos jóvenes pero esto es para aquellos que no pueden hacerlo...- lo pensó un poco. -...también es mas fácil, solo hay que activarlo y desactivarlo-

-Vaya- con algo así, podría caminar por donde sea con la capucha abajo, sin temor de que alguien pudiera ver sus colmillos y saber que era. Quería pedir uno pero se mordió la lengua. Ella no sabía lo que era él, ¿o si?

-Puedo hacerte uno...- ella se le adelantó, algo que lo sorprendió. -...luego de que termines esto...- dejo caer algo en el regazo del vampiro, quien se sobresalto ante eso. -...y yo consigo algo de comer. Muero de hambre- sonrió, colocándose el cinturón de vuelta mientras pensaba en lo que podía conseguir para llenar su estómago.

-Esto es...- no podía apartar la vista de la bolsa hecha de algún tipo de plástico, el líquido rojo intenso que lo llenaba que salvará un poco. -¿Cómo lo supiste?- alzó la vista para mirarla con algo de horror y miedo, un poco sorprendido también por su obvia tranquilidad.

-Cariño...- apoyo suavemente su mano contra la ajena, sus ojos verdes brillando con paciencia y dulzura. -...te vi almorzar una vaca-

-¡¿Qué?!- la vergüenza lo lleno. -¡N-Ni siquiera te note! ¡¿Cómo es que...?!- su mente estaba en pánico, recordando lo que había hecho pero sin recordar tener a alguien a su alrededor. No había escuchado, ni tampoco olio nada.

-Puedo ver a tras vez de las plantas, así que no fue difícil ver lo que le hiciste a esa vaca...- tarareo, dándole un ligero apretón a la mano ajena. -...pero también pude ver el cuidado que tenias cuando la moviste y como te aseguraste de que estuviera viva antes de dejarla sola- sonrió, mirándolo sin rastro alguno de miedo o asco. -No eres el primer vampiro que veo...pero si eres el primero que no intenta atacarme directamente. Eres amable- lo dijo como si fuera un hecho conocido y asegurado. -Ahora, tranquilizante y come. No voy a juzgarte-

-Gracias- se sacó el tapón que tenía la bolsa y después de un poco de duda, recibiendo una sonrisa suave y alentadora al mirarla, se permitió comer. Era la primera vez desde su trasformación que probaba la sangre humana, un poco aliviado de que fuera en una bolsa, y no pudo evitar tararear con gusto y placer. Era dulce, aunque algo aguado, como una especie de paleta de agua, y tenía un toque de algo raro, de seguro por aquello que le ponían para guardar la sangre para poder usarla después. Su piel parecía tomar un tono pálido más concreto, el color opaco en sus ojos aclarándose lentamente y dejando un rojo brillante, sintiéndose más fuerte que en los últimos años. -¿Cómo puedo tener más de estos?- especialmente para el futuro.

-Con dinero- se aseguró rápidamente de que oso espejos estuvieran bien posicionados. -Solo tienes que avisarme y te ayudaré a conseguir más- él asintió, pensativo. Tenía algo de dinero de algunos trabajos rápidos y simples que pudo conseguir a lo largo de los años. -¿Quieres que continúe con la historia?- ofreció mientras encendía el auto, contenta de verlo más cómodo.

-Por favor- se acomodo en su lugar, contento de poder saciar su hambre y escuchar una buena historia. Muy pronto, estuvieron nuevamente en camino, aunque ninguno de los dos parecía tener un objetivo concreto.

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