Glamour

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Espero que les guste~

-Vaya...- Kid miró la pulsera que su nueva amiga ató a su muñeca, pensativo. Parecía simple pero muy bonita, con hilos rojos y amarillos entrelazados, dos colores que creía que iban bien juntos. -¿Funciona?- no se sentía diferente, pero podía verse las manos y ver el cambio de su piel, así que supuso que algo había cambiado.

-Sip, te ves bien- sonrió ella. El vampiro se veía menos pálido, con un color más saludable para un humano, sin colmillos a la vista y ojos oscuros en vez de rojos. Se veía como un chico cualquiera, aunque aún sin reflejo en los espejos. Ese era un problema que no tenía idea de cómo resolver. Él no pudo evitar sonreír, emocionado de todas las nuevas posibilidades ante una apariencia más normal y menos llamativa.

Pero resulta, que no todo era tan bueno.

Incluso con su disposición, encontrar trabajo era...mucho más difícil de lo que esperaba. Su apariencia joven era un pequeño inconveniente, principalmente para aquellos que creían que era demasiado para trabajar. Algunas personas lo veían como un niño desesperado por dinero y le ofrecían pequeños trabajos pero otros solo fruncían el ceño al verlo y lo echaban con la excusa de que buscaban a alguien mayor o con más experiencia.

-...que horror...- bufo al llegar a donde su amiga, quien la miró con simpatía. Aún le resultaba raro verla con la piel ligeramente bronceada y sin los cuernos pero estaban a la vista de muchos y según ella, esa era la mejor apariencia.

-No conseguiste nada hoy, ¿eh?- él solo pudo quejarse, dejándose caer de sentón en el borde de la vereda y abrazando sus rodilla contra su pecho, ocultando su rostro con cansancio. -Te propongo algo...- hablo después de unos segundos de silencio, logrando que él alzará ligeramente la vista para mirarla con curiosidad. -...trabaja para mí-

-¿En serio?- se animo visiblemente, algo de esperanza creciendo en su interior.

-Muy en serio, me vendría bien una mano- se sentó a su lado, acomodando suavemente su falda para poder cruzarse de piernas. -Puedo pagarte con bolsas de sangre- eso lo animo. -No puedo prometer una por día pero si dos por semana, quizás tres si tenemos suerte- ya estaba haciendo cálculos mentales.

-¡Eso sería genial! ¡Muchas gracias!- pensar que podía tener bolsas aseguradas era su mayor alivio. -Ahora que lo pienso, ¿en qué trabajas?- porque no había visto cajas de productos ni nada por el estilo en el interior del automóvil.

-Hago de todo un poco. Arreglos florales, jardinería, algo de decoración...- enumero, pensativa. -...aunque también vendo algo de ropa, pociones, algunos adornos y algunos hechizos simples-

-Eso...es mucho- estaba asombrado, ella parecía hacer de todo y se preguntó, por unos segundos, si lo había estado haciendo durante mucho tiempo ella sola.

-Todo esta en mi auto. Dimensión de bolsillo, ventajas de ser un demonio con mucho estudio- sonrió, enorme y divertida ante la mirada llena de confusión en el rostro ajeno. -Mi mamá siempre dice que hay que poner todo el esfuerzo y encontrar la manera de salir adelante, así que intento hacer de todo para no quedarme...colgada, por así decirlo- agregó, el cariño visible en su mirada al recordar a su mamá.

-Mi mamá...- se sentía extraño, hace mucho que no hablaba de ella en voz alta, se sentía diferente a cuando miraba algunas de las fotos que había logrado llevarse. -...ella siempre decía que mientras fuera un trabajo honesto y no le hiciéramos ningún mal a nadie, era bueno-

-Ella suena como alguien asombrosa- sonrió, suave y dulce, pudiendo entender al escucharlo hablar en pasado.

-Lo era- asintió, una pequeña sonrisa apareciendo en su rostro. La extrañaba mucho. -Midori...- llamó, una duda que había tenido desde en su encuentro volviendo a brillar en su mente. Se sentía como un buen momento para preguntar. -...¿Por qué estas viajando?-

-Por mi familia- fue rápida en contestas. -En la ciudad en la que nací, los demonios son temidos u odiados, dependiendo de su poder y sus acciones- hizo una mueca, de seguro por los recuerdos que sólo ella podía ver en esos momentos. -Mi familia...no tenía lo suficiente para irse, así que nos tuvimos que quedar, escondidos bajo una apariencia humana ficticia. No me gustaba vivir una mentira, mostrar lo que no soy, así que ahorre todo lo que pude durante años para comprar mi auto y empezar mi viaje- lo miro, decisión pura y sincera brillando en sus ojos. -Busco un lugar donde a los demás no les importen los demonios, uno en donde mi mamá pueda bajar su glamour y salir a la calle sin miedo o vergüenza- sonrió. -Busco un hogar-

-...eso suena muy bien- su amiga tenía un objetivo en mente al empezar el viaje, una meta para continuar día a día y no rendirse, algo muy dulce y noble si tenía que ser sincero.

-¿Y tu?- ahora era turno de ella de preguntar.

-Yo...no tengo un objetivo en mente- solo caminar y seguir adelante, alimentarse sin tener que lastimar a nadie y si podía ayudar a alguien en el camino, eso era lo mejor que podía hacer. Quizás incluso ver y conocer cosas nuevas, nada muy concreto.

-Awwww, no te preocupes cariño- rodeo sus hombros con su brazo y lo acercó a su costado con total naturalidad, sin tener lo que él era. Kid no pudo evitar parpadear con sorpresa antes de acurrucarse contra ella, un poco necesitado de contacto físico y disfrutando del aroma a flores y naturaleza que ella tenía encima. -Encontraremos una meta para ti, estoy segura de ello-

-Eso sería genial- le gustaba como sonaba la parte de "encontraremos". Por primera vez desde su última conversación con Nezha, se sentía acompañado.

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