Teatro

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Espero que les guste~

-¿Tienes un teatro?- Midori enarco una ceja, extrañamente divertida, aunque también muy encantada ante aquello. -De alguna manera, encaja contigo- haber interactuado y conocido Macaque le dio la impresión de ser un demonio de teatro, uno que actuaba con todo su corazón con toda la intención de hacer conocer una historia y para poder mostrar su talento, así que no le sorprendía del todo que el mono anunciará que tenía una obra en unos días.

-¡Eso es asombroso!- MK se emocionó de solo pensarlo, mirando a su amigo con ojos brillantes, pudiendo notar el orgullo puro que emanaba del mono al hablar de su teatro. -Adoro tus historias~- el domador de sombras tenía una gran habilidad a la hora de contar historias, siempre entretenidas pero tan largas que no terminaban en un solo día y te dejaba con la intriga hasta la siguiente visita.

-Gracias~- Macaque infló el pecho, su sonrisa notable y con su cola moviéndose con ánimo. -Y es bueno que te gusten mis historias porque...- hizo un gesto exagerado y que se veía bastante practicado, dejando caer un par de entradas frente a los hermanos que lo miraba con curiosidad. -...no tienen más opción-

-¡¿Una entrada para tu teatro?!- él chico se iluminó, tomando una de las entradas con sumo cuidados, luciendo encantado. -¡Iré, definitivamente iré!- rio alegremente, emocionado.

-Por supuesto que iremos...- sonrió ante la felicidad ajena, suavizando su expresión al notar como la cola del mono se movía un poco más rápido. Lucia ligeramente sorprendido, como si no hubiera esperado que aceptarán con tanta facilidad pero aun así, estaba feliz por su respuesta. -...después de todo, eres básicamente familia a estas alturas- quería reírse ante la expresión ajena, obviamente tomado con la guardia baja. -Estaremos allí- repitió solo para asegurarse de ser clara, agarrando las entradas para pegarlas a la puerta de la heladera con un imán.

-Bien- Macaque lucha por mantener su expresión neutra pero su cola se agita sin su consentimiento y hay felicidad sincera brillando en sus ojos dorados, a lo que los hermanos sonríen con cariño.

Estuvieron toda la semana esperando para ese día en particular, genuinamente emocionados por ver que historia podrían escuchar y ver.

Hasta que al fin, el día llegó.

-Que emoción, que emoción...- MK rebotó ligeramente en su asiento con energía apenas contenida, sin poder borrar la enorme y animada sonrisa que estuvo en su rostro por toda la semana de espera.

-Voy a comprar algo de comer, el olor a palomitas me da hambre- aviso y por un segundo, el chico hizo un puchero. El olor a palomitas no era exactamente fuerte gracias a que estaban algo lejos pero aun así, estaba presente y le daba muchas ganas de probar, incluso si sabia que no podía. -¿Quieres algo?-

-Caramelos, por favor- tarareo. Había descubierto, no hace mucho tiempo, que los dulces duros eran un gusto que se podía dar en cada oportunidad posible. No necesitaba masticarlas ni consumirlos, solo debía dejarlas derretirse en su boca y disfrutar el sabor que lograba opacar el sabor a sangre que usualmente siempre tenía. -Hay una ventaja en estar muerto- sonrió con diversión al escuchar bufar. Ser un vampiro venía con la buena suerte de no poder tener caries, algo de lo que se aprovechaba con una gran sonrisa.

-Te traeré tus caramelos, suertudo- rodo los ojos en una burla ligera y se alejo, decidida a conseguir lo que quería antes de que el lugar se llenará demasiado.

-Gracias~- se acomoda en su asiento, esperando, viendo como la gente a su alrededor se acomodaba. Un empalagoso aroma a dulce durazno alertó a su sensible olfato, haciendo que arrugara de manera inconsciente la nariz, y mirando de reojo al notar que alguien avanzando por su lado derecho, pudiendo ver su postura tensa y su expresión llena de incomodidad, moviéndose para sentarse con mucha cautela, luciendo como si no estuviera del todo seguro si quería estar allí o no. No podía ver bien su rostro, porque mantenía la capucha de su buzo puesta y tenía mucho cabello abultado allí pero de alguna manera, podía ver su ceño fruncido, mirando el escenario como si este lo hubiera ofendido o algo así. -¡Hola~!- decidió saludar, pudiendo oler su incomodidad de cierta manera, parpadeando con ligera sorpresa cuando se encuentra de repente con ojos dorados llenos de confusión. Su rostro no se ve completamente humano, así que tiene la sensación de que es un demonio que intenta esconderse sin usar un glamour por alguna razón. -¿Primera vez aquí?-

-...podrías decirlo de esa manera- sonrió, tembloroso y ansioso, luciendo cada vez más tenso a medida que el lugar se llenaba.

-También es la primera vez que vengo- sonrió, esperando estar ayudando con lo que estaba seguro es ansiedad social de alguien que no sale mucho. -Mi amigo dirige este lugar hace mucho pero es la primera vez que nos invita- su sonrisa se agrando.

-¿Eres amigo del dueño?- enarco una ceja, bufando como si no pudiera creerlo luego de que el menor asintiera con ánimo. -Vaya amigo si no los invito antes- había algo en su tono, enojo mezclado con burla, pero MK no se lo tomo personal.

-Creo que estuvo preparando este acto durante días, lo escuché murmurar para si mismo queriendo que todo fuera perfecto para nuestra primer visita- algo que ablandaba su corazón muerto. Macaque había puesto mucho esfuerzo para que su primera impresión, tanto de su teatro como de su acto, fuera perfecta para ellos.

-...ya veo...- ahora, su expresión esta en blanco y su tono neutral, aunque él puede notar como aprieta los puños con fuerza. Se pregunta, por unos segundos, si este demonio conoció a Macaque y esta molesto por algo.

-Él cuenta grandes historias- decide comentar. -Mi favorita hasta el momento es "El Guerrero Lunar"- Macaque le había contado esa historia hace mucho, con sombras incluidas, mucho antes de decidir mostrarla en el teatro de sombras.

-No me suena- negó el de buzo, luciendo interesado, logrando ignorar la gente a su alrededor por unos segundos.

-Me gusta~- sonrío con cariño melancólico al recordar la historia. -Cuenta la historia de como el Guerrero Lunar, defensor de la noche, se hace amigo del Rey del Sol, gobernante del día- algo brilla en los ojos ajenos, tan dorados como los de su amigo, pero no tiene tiempo para identificarlo porque tan fácil como aparece, se desvanece. -Fueron amigos durante mucho tiempo pero algo paso, muchas cosas malas, y terminaron peleando- conoce el contexto básico tras la inspiración para esa historia. -El Rey del Sol se alejo, creyendo haber matado a su amigo, pero el Guerrero Lunar se levantó, negándose a permitir que su vida terminará allí-

-...no suena como un buen final...- murmuró el extraño, desviando la vista, metiendo las manos temblorosas en los bolsillos de su buzo.

-No lo es- negó lentamente. -Creo que no solo hubo cosas que salieron mal, sino que hubo muchos malentendidos entre ellos. El Rey del Sol estaba pasando por cosas que el Guerrero Lunar no podía entender y al mismo tiempo, el Rey del Sol no parecía tener en cuenta lo que el Guerrero Lunar pensaba o sentía. Les falto comunicarse...- dudo, jugando ligeramente con sus dedos. -...pero aun espero que haya una continuación y que puedan arreglar lo que entre ellos se rompió-

-Eres muy positivo- suspiro, luciendo cansado por alguna razón, encogiéndose ligeramente en su asiento.

-¡Gracias!- sonrío enormemente, tomándolo como un cumplido a pesar del tono ajeno, volteándose al escuchar un murmullo y viendo a su hermana acercándose a paso rápido.

-Oficialmente, odio a la gente- Midori se deja caer en su asiento con cansancio notable, aferrándose a sus pote de palomitas y con un vaso grande que MK esta seguro esta lleno de gaseosa.

-No lo haces- bufo ligeramente, apenas conteniendo su risa, extendiendo su mano para agarrar la bolsa llena de dulces de múltiples sabores. -Eres vendedora, socializar es parte de tus días- le quita la envoltura a uno de los caramelos y se lo llevo a la boca, tarareando con gusto ante el sabor.

-No es mi día laboral y decido que no quiero socializar más por hoy- es una sentencia, metiéndose un puñado de palomitas a la boca para masticar ruidosamente, con una clara intención de cumplir sus propias palabras. MK rio con diversión, acomodándose cuando las luces a su alrededor se apagan y el escenario se ilumina, dando comienzo al show.

Él lo disfruta, su hermana también, pero el extraño con el que hablo antes se mantiene tenso durante  toda la historia.

VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora